El difunto exministro del Interior y excongresista, Horacio Serpa Uribe, decía que no hay que hablar de todo ni opinar todos los días ni a toda hora porque se cae en el error no solo de hablar por hablar sino además de que en algún momento pueda decirse algo sin un buen argumento que soporte las frases que se está diciendo.
Está visto que el ahora senador Miguel Uribe Turbay, quien conozco y aprecio, jamás escuchó estas frases de quien un día fue su jefe político y si las escuchó, parece que se le olvidaron o que le entraron por un oído y le salieron por el otro.
Esperé que Miguel Uribe no cometiera el mismo error en el que han caído la mayoría de sus compañeros de la bancada del Centro Democrático, es decir, de querer parecerse a Álvaro Uribe Vélez, descalificando todo cuanto se hace sin el menor argumento, convirtiéndose además en seres hostigantes y obsesivos, pero veo que no fue así.
Puede que Álvaro Uribe Vélez, se le vea bien y le luzca pelear así sea diciendo mentiras e inventando realidades, el problema es que no a todo mundo le queda bien porque no hace parte de su personalidad como si sucede con el expresidente. Lo mismo sucedía con aquellos políticos que quisieron imitar a Jorge Eliecer Gaitán y lucían como malos actores recitando poesías.
También esperé que Miguel Uribe cumpliera con su promesa de hacer una oposición inteligente, y que pena senador, pero lo que está haciendo no es nada inteligente.
Yo de usted mejor respiraría y tomaría un vasito con agua, mientras el Gobierno de Gustavo Petro toma forma y eso mi querido senador, implica esperar a que el presidente ponga a consideración del Congreso de la República su proyecto de Plan Nacional de Desarrollo que será la carta de navegación de su Gobierno y por lo cual se le podrá calificar.
Veo que Miguel Uribe no se ha dado cuenta que los proyectos e ideas que se están ejecutando no son de Petro sino de Iván Duque y que por tanto oponerse a lo que ejecute el presidente de la república durante sus dos primeros meses de Gobierno, es oponerse al mandatario anterior, es decir, al Gobierno del Centro Democrático.
Veo además que el senador Uribe, en medio de su oposición obstinada, obsesiva y hostigante olvida que nuevo presidente, sin importar quien fuera, debía presentar un proyecto de reforma tributaria, porque hay un déficit fiscal del 5,6% del PIB. Me pregunto si el congresista estaría diciendo lo mismo en el caso de que el primer mandatario hubiese sido, Federico Gutiérrez o Rodolfo Hernández.
¿Es que acaso para Miguel Uribe Turbay la reforma tributaria es buena solo si quien la propone es de sus simpatías? Toda reforma tributaria es indeseable para cualquiera, pero ¿qué hacemos?, sin impuestos no hay Estado y esa es una realidad que él, como congresista que es, debería saber -porque entre otras-, de ahí sale el sueldo que se le paga todos los meses.
En lo que el senador debería tener los ojos puestos, es en lo que piensa invertir el Gobierno Nacional cuando recaude ese dinero, las metas que se plantea y el cumplimiento de estas y, sobre todo, que no se le ocurra gravar ningún alimento que pertenezca a la canasta familiar, porque fue eso lo provocó la protesta social en el Gobierno Duque.
Por otro lado, quedé bastante sorprendido con sus declaraciones en la entrevista con Juan Pablo Calvas para la Wradio, en donde puso el espejo retrovisor hacia Juan Manuel Santos, con la intención de responsabilizar al exmandatario y al ministro del Interior, Alfonso Prada, por el evidente atraso en los diferentes territorios del país como si fueran ellos quienes acaban de salir del Palacio de Nariño y no Duque y, olvidando además que antes de Santos estuvo Álvaro Uribe a quien también debería responsabilizar por esas falencias.
Y me sorprendió mucho más verlo ensuciando el nombre de los magistrados del Tribunal Administrativo de Cundinamarca cuando fallaron la demanda interpuesta por el POT de Bogotá. Si estas declaraciones poco decentes hubiesen salido de la boca de Álvaro Uribe no me sería extraño, el problema es cuando las dice una persona que se precia de decente.
Insisto, Miguel Uribe Turbay prometió ejecutar una oposición inteligente, pues bien, mi querido senador, la estamos esperando.
El difunto exministro del Interior y excongresista, Horacio Serpa Uribe, decía que no hay que hablar de todo ni opinar todos los días ni a toda hora porque se cae en el error no solo de hablar por hablar sino además de que en algún momento pueda decirse algo sin un buen argumento que soporte las frases que se está diciendo.
Está visto que el ahora senador Miguel Uribe Turbay, quien conozco y aprecio, jamás escuchó estas frases de quien un día fue su jefe político y si las escuchó, parece que se le olvidaron o que le entraron por un oído y le salieron por el otro.
Esperé que Miguel Uribe no cometiera el mismo error en el que han caído la mayoría de sus compañeros de la bancada del Centro Democrático, es decir, de querer parecerse a Álvaro Uribe Vélez, descalificando todo cuanto se hace sin el menor argumento, convirtiéndose además en seres hostigantes y obsesivos, pero veo que no fue así.
Puede que Álvaro Uribe Vélez, se le vea bien y le luzca pelear así sea diciendo mentiras e inventando realidades, el problema es que no a todo mundo le queda bien porque no hace parte de su personalidad como si sucede con el expresidente. Lo mismo sucedía con aquellos políticos que quisieron imitar a Jorge Eliecer Gaitán y lucían como malos actores recitando poesías.
También esperé que Miguel Uribe cumpliera con su promesa de hacer una oposición inteligente, y que pena senador, pero lo que está haciendo no es nada inteligente.
Yo de usted mejor respiraría y tomaría un vasito con agua, mientras el Gobierno de Gustavo Petro toma forma y eso mi querido senador, implica esperar a que el presidente ponga a consideración del Congreso de la República su proyecto de Plan Nacional de Desarrollo que será la carta de navegación de su Gobierno y por lo cual se le podrá calificar.
Veo que Miguel Uribe no se ha dado cuenta que los proyectos e ideas que se están ejecutando no son de Petro sino de Iván Duque y que por tanto oponerse a lo que ejecute el presidente de la república durante sus dos primeros meses de Gobierno, es oponerse al mandatario anterior, es decir, al Gobierno del Centro Democrático.
Veo además que el senador Uribe, en medio de su oposición obstinada, obsesiva y hostigante olvida que nuevo presidente, sin importar quien fuera, debía presentar un proyecto de reforma tributaria, porque hay un déficit fiscal del 5,6% del PIB. Me pregunto si el congresista estaría diciendo lo mismo en el caso de que el primer mandatario hubiese sido, Federico Gutiérrez o Rodolfo Hernández.
¿Es que acaso para Miguel Uribe Turbay la reforma tributaria es buena solo si quien la propone es de sus simpatías? Toda reforma tributaria es indeseable para cualquiera, pero ¿qué hacemos?, sin impuestos no hay Estado y esa es una realidad que él, como congresista que es, debería saber -porque entre otras-, de ahí sale el sueldo que se le paga todos los meses.
En lo que el senador debería tener los ojos puestos, es en lo que piensa invertir el Gobierno Nacional cuando recaude ese dinero, las metas que se plantea y el cumplimiento de estas y, sobre todo, que no se le ocurra gravar ningún alimento que pertenezca a la canasta familiar, porque fue eso lo provocó la protesta social en el Gobierno Duque.
Por otro lado, quedé bastante sorprendido con sus declaraciones en la entrevista con Juan Pablo Calvas para la Wradio, en donde puso el espejo retrovisor hacia Juan Manuel Santos, con la intención de responsabilizar al exmandatario y al ministro del Interior, Alfonso Prada, por el evidente atraso en los diferentes territorios del país como si fueran ellos quienes acaban de salir del Palacio de Nariño y no Duque y, olvidando además que antes de Santos estuvo Álvaro Uribe a quien también debería responsabilizar por esas falencias.
Y me sorprendió mucho más verlo ensuciando el nombre de los magistrados del Tribunal Administrativo de Cundinamarca cuando fallaron la demanda interpuesta por el POT de Bogotá. Si estas declaraciones poco decentes hubiesen salido de la boca de Álvaro Uribe no me sería extraño, el problema es cuando las dice una persona que se precia de decente.
Insisto, Miguel Uribe Turbay prometió ejecutar una oposición inteligente, pues bien, mi querido senador, la estamos esperando.