Es muy cierto que no se deben tolerar los abusos hacia las personas, ya sea hombre o mujer, y mucho menos cuando estos incluyen casos de acoso. Sin embargo, considero que ha llegado el momento de darnos una segunda oportunidad, especialmente en un país como el nuestro, donde se habla tanto de la paz y la reconciliación, pero a menudo se limita a temas relacionados con el conflicto armado. Estos temas van mucho más allá y están relacionados con la actitud que cada uno de nosotros adopta frente a la vida.
Es cierto que sobre el periodista y exconcejal Hollman Morris pesan señalamientos por maltrato a algunas mujeres con las que ha estado relacionado. También es cierto que su actitud frente a algunas personas que han trabajado bajo su mando no ha sido la mejor, y que incluso llegó a censurar a Manolito Salazar cuando ambos trabajaban en el programa matutino del Canal Capital, “El Primer Café”. Sin embargo, considero que no se le debe juzgar moralmente y negarle oportunidades laborales, ya que es un profesional con capacidad y talento en el campo de las comunicaciones.
Es claro que su posible nombramiento como director del sistema de medios públicos RTVC no ha caído bien en sectores radicales por los líos judiciales que en el pasado tuvo con su exesposa, Patricia Casas. Esto sumado a los señalamientos que le hacen algunas mujeres que trabajaron a su lado durante su paso por el Concejo de Bogotá y en su labor como periodista. A través de un video divulgado en redes sociales, Casas dejó claro que sus problemas con Morris fueron superados y le deseó muchos éxitos en el caso de que fuera nombrado como gerente de RTVC. Es decir, para ella prima la capacidad laboral y esta nada tiene qué ver con los problemas que en el pasado tuvieron de la puerta de su casa hacia adentro.
A pesar de que Hollman Morris y yo no somos ni medianamente cercanos, opino que Patricia Casas tiene razón y estoy totalmente de acuerdo en que sea nombrado a la cabeza del sistema de medios públicos porque, ante todo, reconozco su gran talento y capacidad laboral, la misma con la que puso en alto al Canal Capital. Lástima que la ineptitud de la actual gerente lo tenga en medio del olvido ciudadano.
No por el hecho de que el exconcejal y periodista haya cometido errores en el pasado se le debe matar en vida, condenándole a no poder ejercer una labor en la que ha demostrado ser eficiente. Todos en algún momento nos hemos equivocado y no por eso merecemos estar en la picota pública, mucho menos si estos errores tienen qué ver con temas que pertenecen a nuestra intimidad.
Si continuamos juzgando socialmente a la función pública con ese puritanismo y moralismo radical, nos vamos a quedar sin funcionarios públicos. Como seres humanos que son, es claro que algún defecto deben tener y algún error han podido cometer.
Ahora, si Hollman Morris llegase a ser nombrado como director de RTVC, previo a su posesión en el cargo debe pedir perdón a las personas que de una u otra manera ofendió con su manera de actuar en ejercicio de su cargo como gerente del Canal Capital y durante su labor como concejal de Bogotá, y comprometerse a no repetir estos hechos, a respetar las opiniones de los demás así estas sean contrarias a su manera de pensar y, sobre todo, a no utilizar el poder que le otorga el cargo para pasar por encima de las personas. Solo así tendrá su consciencia tranquila y su labor en pro de los derechos humanos y el bienestar general será creíble.
Si es cierto que el presidente Gustavo Petro está considerando el nombre de Hollman Morris para que dirija RTVC, bienvenido su nombramiento y deseo que tenga muchos éxitos en su labor como comunicador.
Todos en esta vida merecemos una segunda oportunidad y Hollman Morris no puede ser la excepción.
Es muy cierto que no se deben tolerar los abusos hacia las personas, ya sea hombre o mujer, y mucho menos cuando estos incluyen casos de acoso. Sin embargo, considero que ha llegado el momento de darnos una segunda oportunidad, especialmente en un país como el nuestro, donde se habla tanto de la paz y la reconciliación, pero a menudo se limita a temas relacionados con el conflicto armado. Estos temas van mucho más allá y están relacionados con la actitud que cada uno de nosotros adopta frente a la vida.
Es cierto que sobre el periodista y exconcejal Hollman Morris pesan señalamientos por maltrato a algunas mujeres con las que ha estado relacionado. También es cierto que su actitud frente a algunas personas que han trabajado bajo su mando no ha sido la mejor, y que incluso llegó a censurar a Manolito Salazar cuando ambos trabajaban en el programa matutino del Canal Capital, “El Primer Café”. Sin embargo, considero que no se le debe juzgar moralmente y negarle oportunidades laborales, ya que es un profesional con capacidad y talento en el campo de las comunicaciones.
Es claro que su posible nombramiento como director del sistema de medios públicos RTVC no ha caído bien en sectores radicales por los líos judiciales que en el pasado tuvo con su exesposa, Patricia Casas. Esto sumado a los señalamientos que le hacen algunas mujeres que trabajaron a su lado durante su paso por el Concejo de Bogotá y en su labor como periodista. A través de un video divulgado en redes sociales, Casas dejó claro que sus problemas con Morris fueron superados y le deseó muchos éxitos en el caso de que fuera nombrado como gerente de RTVC. Es decir, para ella prima la capacidad laboral y esta nada tiene qué ver con los problemas que en el pasado tuvieron de la puerta de su casa hacia adentro.
A pesar de que Hollman Morris y yo no somos ni medianamente cercanos, opino que Patricia Casas tiene razón y estoy totalmente de acuerdo en que sea nombrado a la cabeza del sistema de medios públicos porque, ante todo, reconozco su gran talento y capacidad laboral, la misma con la que puso en alto al Canal Capital. Lástima que la ineptitud de la actual gerente lo tenga en medio del olvido ciudadano.
No por el hecho de que el exconcejal y periodista haya cometido errores en el pasado se le debe matar en vida, condenándole a no poder ejercer una labor en la que ha demostrado ser eficiente. Todos en algún momento nos hemos equivocado y no por eso merecemos estar en la picota pública, mucho menos si estos errores tienen qué ver con temas que pertenecen a nuestra intimidad.
Si continuamos juzgando socialmente a la función pública con ese puritanismo y moralismo radical, nos vamos a quedar sin funcionarios públicos. Como seres humanos que son, es claro que algún defecto deben tener y algún error han podido cometer.
Ahora, si Hollman Morris llegase a ser nombrado como director de RTVC, previo a su posesión en el cargo debe pedir perdón a las personas que de una u otra manera ofendió con su manera de actuar en ejercicio de su cargo como gerente del Canal Capital y durante su labor como concejal de Bogotá, y comprometerse a no repetir estos hechos, a respetar las opiniones de los demás así estas sean contrarias a su manera de pensar y, sobre todo, a no utilizar el poder que le otorga el cargo para pasar por encima de las personas. Solo así tendrá su consciencia tranquila y su labor en pro de los derechos humanos y el bienestar general será creíble.
Si es cierto que el presidente Gustavo Petro está considerando el nombre de Hollman Morris para que dirija RTVC, bienvenido su nombramiento y deseo que tenga muchos éxitos en su labor como comunicador.
Todos en esta vida merecemos una segunda oportunidad y Hollman Morris no puede ser la excepción.