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Tiene razón el presidente Gustavo Petro cuando insiste en que debe renunciar el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), César Lorduy. “Siendo un acosador de mujeres, y [al] haber sido procesado hasta que prescribió el caso de feminicidio, no tiene ninguna autoridad para juzgar a nadie. Le solicito a la bancada de Cambio Radical que lo eligió al CNE que se exprese al respecto”, escribió Petro en su cuenta de X el pasado domingo 13 de octubre, luego de que Cambio publicó una entrevista que María Jimena Duzán le hizo a Íngrid Aguirre, representante a la Cámara por el partido Fuerza Ciudadana, que lidera el ex gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo.
Pero la acusación de la parlamentaria contra Lorduy, que está consignada en una demanda por corrupción y acoso sexual que ella instauró hace un año en la Fiscalía, en época del fiscal Francisco Barbosa y que no se ha movido, es mucho más burda que lo que deja ver el presidente: según la representante Aguirre, en una reunión con Lorduy, a mediados de 2023, a la que ella asistió acompañada por su pareja, Rafael Martínez, actual gobernador del Magdalena, el magistrado les dijo que a él le habían asignado el caso de la revocatoria que cursaba contra Patricia Caicedo, hermana del entonces gobernador, quien era candidata a la alcaldía de Santa Marta.
–Si ustedes no quieren que ella salga revocada, necesitamos que 500 payasos suelten la risa–, les dijo.
–Doctor, ¿nos aclara qué quiere decir eso?–, le contestaron.
–Eso es fácil de interpretar –respondió–. Si quieren que su candidata no se revoque, es tan sencillo como que 500 payasos suelten la risa.
Ante semejante respuesta, Aguirre repuso:
–Nosotros no vamos a ceder a ningún tipo de extorsión. Se equivoca. Fuerza Ciudadana nunca ha participado de este tipo de situaciones y este caso no va a ser la excepción. No vamos a ceder a chantajes ni a extorsiones de su parte y lo vamos a denunciar.
Semanas después, Lorduy contactó de nuevo a la representante a la Cámara. La citó a su oficina el 23 de septiembre. Ella, ingenuamente, creyó que el magistrado quería disculparse o retractarse de su despropósito. Pero cuando entró a su oficina del Consejo Nacional Electoral escuchó que le decía:
–¿Qué pensaron de la propuesta que les hice? En dos días debo fallar.
–A usted le quedó claro que Fuerza Ciudadana no va a acceder a sus chantajes y a su extorsión.
Y el magistrado Lorduy repuso esta barbaridad:
–Bueno, hay otra forma de resolverlo: tú puedes pagarme con tu cuerpo.
Después de la entrevista a Aguirre, María Jimena Duzán les preguntó su opinión a Lorduy y a su abogado, Iván Cancino, y la respuesta fue:
–Se están dando las explicaciones del caso ante la justicia y no ante los medios.
El señor Lorduy también fue acusado hace 40 años de la muerte de Alicia Mercedes Ribalbo, la cual, según él, obedeció a un accidente y, según otros, a un feminicidio. De todos modos, sobre Lorduy pesa la duda porque si bien él no fue condenado por ese hecho, el proceso prescribió y la verdad quedó sepultada.
De modo que el tema es claro: demasiadas acusaciones asquerosas pesan sobre el orondo presidente del Consejo Nacional Electoral, lo cual hace evidente que el más mínimo sentido de la decencia índica que él no puede seguir al frente de esa institución, ni de ninguna otra.