Ojalá esta vez sí pase la reforma política a ver si se purifica la política, aunque sea un poco. A ver si al instaurarse la financiación exclusivamente estatal de las campañas, como lo propuso Luis Carlos Galán, los aspirantes al Congreso ya no tengan que gastar miles de millones para hacerse a una curul y, por lo tanto, como sucede con varios parlamentarios, no los embargue la tentación de buscar como sea recursos para pagar sus campañas, sin importarles si el origen de esos fondos no es tan santo, si provienen del dinero que les exigen como cuota a los empleados de sus Unidades de Trabajo Legislativo (UTL), o si se los dan los contratistas como pago por ayudarles a conseguir determinados contratos, para no hablar de los aportes que les hacen los narcotraficantes y otros propietarios de negocios ilícitos con el fin de garantizar que, como congresistas, se los protejan.
La reforma política: de lo bueno de Petro
04 de octubre de 2024 - 05:05 a. m.