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Matador y la cultura de la cancelación

Piedad Bonnett
16 de abril de 2023 - 02:00 a. m.
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Muchas cosas se han dicho ya sobre el caso del caricaturista Matador, pero creo que hay que seguir reflexionando no solo sobre la violencia intrafamiliar, sino sobre la cancelación y sus graves implicaciones. El mismo Matador, en Los Danieles, aceptó los hechos con honestidad y valentía, y manifestó su arrepentimiento. Pero también develó los abusos de su acusador, en cuyo Twitter una actriz suplantó la voz de su esposa. Y Cecilia Orozco, en magnífica columna, denunció todo lo que hay en el supuesto acto justiciero del abogado De la Espriella: revictimización de la esposa; expresiones soeces y denigrantes, impropias de un profesional del derecho; una retaliación por las burlas que le ha hecho el caricaturista y hasta la promoción de una marca suya.

Considero que la violencia conyugal en la que incurrió Matador es totalmente condenable; que su esposa hizo bien cuando llamó a la policía; que la vida privada de las personas públicas debe salir a la luz cuando se trata de delitos de odio o violencia machista, racista, homofóbica; que el alcohol no es una excusa que atenúe el abuso, y que las denuncias en redes, a menudo, son necesarias. Otra cosa, sin embargo, es la cancelación —la simbólica, que destruye moralmente, y la real, que amenaza la vida laboral—, sobre todo cuando está impulsada, como en este caso, por la venganza y el oportunismo.

La cancelación, adelantándose a la justicia, intenta destruir a otro sin lugar a apelaciones. Y a menudo opera resucitando hechos sucedidos mucho tiempo atrás, sin considerar los atenuantes, como se hizo con Günter Grass porque a los 15 años el gobierno de Hitler lo llamó a filas, o con Trudeau por haberse pintado la cara de negro en una fiesta de disfraces cuando era un jovencito. Errores, sí, pero que pueden explicarse en ciertos contextos y que no debemos juzgar desde el esencialismo, pues el que parecía “malo” ayer no tiene por qué serlo hoy. Muchos de los cancelados, además, al no tener una segunda oportunidad, caen en depresión, se arruinan, terminan suicidándose.

Matador se curó del alcoholismo, fue perdonado por su mujer, sigue casado con ella, son padres de un niño de nueve años y no ha incurrido hasta ahora en otro episodio violento. Esperamos que la cancelación profesional no toque a este caricaturista, capaz de incomodar con su crítica a los poderosos, como corresponde a su oficio. Lo que hizo El Tiempo muestra una doble moral, porque si bien lidera la importante campaña “No es hora de callar”, ha podido hacer algo mucho más interesante y aleccionador, como entrevistar a su colaborador de 20 años, confrontándolo, pero también proporcionándole el derecho a la explicación. Tuvo una magnífica oportunidad de propiciar una reflexión colectiva sobre el machismo y el alcoholismo, y no lo hizo porque, desde mucho antes, al periódico le estaban resultando incómodas sus perspectivas políticas.

Perdón es una palabra que Colombia viene repitiendo porque la necesitamos. En un país que está tratando de entender, que ha perdonado y está en trance de perdonar tantas crueldades atroces en aras de la paz, que ha oído tantos falsos perdones de victimarios infames, tendríamos que censurar con más firmeza intentos de cancelación que disfrazan oscuras intenciones.

 

Elisabeth(07474)19 de abril de 2023 - 08:23 a. m.
Ojalá El Espectador incorporara a Matador en su equipo.
Melibea(45338)17 de abril de 2023 - 11:46 a. m.
La venganza ya sea moral,física y verbal es uno de los timoneles para ajustar cuentas en Colombia un ejemplo de está situación ,es lo ocurrido a matador,como usted explica.Si el hecho de agresión fue superado pues su esposa lo perdonó,y conviven pacíficamente,no habría razón ,para que lo ataquen,de manera tan cruel y despiada.Esta se alimenta del rencor y es la promotora de todas nuestras guerras sin distingos ya sean de derecha,izquierda,pobres,ricos ignorantes o sabios etc.
Alba silva(33055)17 de abril de 2023 - 03:56 a. m.
A quien debieron llamar los directores de El Tiempo, antes de proceder al despido de Matador, fue a la esposa, afectada con la violencia, de un hecho sucedido hace mas de 9 años, puesto que el desempleo es grave en una familia, en la que todos viven de un sueldo. Eso si se puede llamar revictimización de la señora que ya perdonó la falta hace mas de 9 años. De otro lado, nada tiene que ver el hecho, con el gran trabajo que hace Matador, denunciando a través de sus caricaturas la corrupción.
Alvaro(63032)17 de abril de 2023 - 03:12 a. m.
El pasado no se puede borrar, si la sra logro sanar y perdono al infractor y no hay repeticion y se curo del alcoholismo, pues pasar la.pagina y continuar con su proyecto de vida. Laboralmente si el sr era incomodo para la direccion del periodico pues saquelo sin justa causa y paguele la indemnizacion de ley . Apoyarse en ese evento es de doble moral, pues que no me digan que todos en El Tiempo son seres iluminados, que han logrado la perfeccion.
LUIS(59571)17 de abril de 2023 - 03:06 a. m.
MUY EQUILIBRADO E INTERESANTE SU ESCRITO.
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