¿Qué nos espera en el 2030 y años siguientes, que están a la vuelta de la esquina? Si pudiéramos preverlo, ¿cómo deberíamos actuar?
Vivimos tiempos de cambios vertiginosos y complejos que generan alta incertidumbre. Lo inesperado puede emerger sin que nos encontremos preparados. Nadie imaginaba en las fiestas de año nuevo del 2019 que la vida cotidiana de todos cambiaría por la emergencia de un virus y por las respuestas de los gobiernos, ni que dos años después, así las tasas de letalidad hubieran disminuido, nos encontraríamos, de nuevo, en terrenos inciertos, ascendiendo la ladera de un nuevo pico. Las formas de trabajar y de aprender han cambiado y las agendas de los hogares, los individuos, de las empresas y los gobernantes se han alterado por fuerza de las circunstancias.
Nos cambian la vida también los desastres del cambio climático, los terremotos en la política, las emergencia de nuevas tecnologías en el mundo digital, biotecnología, generación de energías renovables y de las nuevas formas de producción de bienes y servicios, que irrumpen a escala planetaria a velocidades sin precedente. Cambio demográfico, inmigraciones, nuevas formas de identidad de los individuos están transformando la sociedad.
¿Qué nos espera en diez, quince, veinte años?
La prospectiva como base para que los gobiernos puedan construir lo que los especialistas en el campo denominan la “capacidad anticipatoria” se está abriendo paso. La OCDE promueve su adopción para que los Estados miembros puedan vislumbrar las grandes tendencias con el fin de diseñar políticas con visión estratégica y aprendan, unos de otros, de las buenas prácticas en su capacidad de anticipación.
En Colombia el tema está adquiriendo relevancia con el liderazgo del DNP y universidades como el Externado de Colombia han hecho aportes significativos por la vía de estudios de prospectiva y la formación de profesionales especializados. Estamos, sin embargo, aún lejos, como sociedad, de construir y ofrecer visiones compartidas de futuro, debatirlas, de involucrar a la población a conocerlas y apropiárselas.
El ejercicio prospectivo está consolidado en Finlandia, Alemania, Singapur, Canadá, Francia y otras naciones. Para la identificación de megatendencias apelan a las ciencias, las duras y las sociales. Algunas de ellas, identificadas por el área a cargo en Alemania*, son las siguientes:
Cambio demográfico: en el 2030 el planeta tendrá 8.500 millones de habitantes. El envejecimiento de la población, con excepción del continente africano, será un hecho. La urbanización en Asia y África será dramática. Las corrientes migratorias a escala global, motivadas en el cambio climático y los conflictos políticos, estarán a la orden del día.
Medio ambiente en mayor deterioro: pese a los esfuerzos (del tipo París, Glasgow), no se consiguen aún los cambios en las tendencias del calentamiento global. Las temperaturas siguen en aumento, lo mismo que el nivel de los océanos y se prevén eventos extremos climáticos. En contrapartida, los gobiernos se ven obligados a emitir nuevas normas y los presupuestos públicos para hacer frente al cambio climático estarán en alza.
Disparidades sociales en el orden del día: la concentración del ingreso será mayor en los años 30. Pese a que las desigualdades entre naciones tienden a disminuir, las inequidades dentro de regiones y países aumentan. Los poderosos de los Estados Unidos, China y los países europeos acapararán porciones mayores del ingreso… y del poder. La radicalización política estará a la orden del día aún en países de alto ingreso e irá de la mano de la pobreza y otras dimensiones de la exclusión social.
Transformación digital: el internet de las cosas, la miniaturización de sensores, la inteligencia artificial y otras tecnologías transformarán el mundo del trabajo al hacer posible la realización automática de tareas de mayor complejidad y resolución de problemas anteriormente a cargo de seres humanos. Los niños de hoy se enfrentarán a mercados laborales en los que nuevas ocupaciones y destrezas serán las de mayor demanda.
Nuevos roles de género: nuevas formas de despliegue de la individualidad desarrolladas a partir de complejos procesos de la formación de la identidad conducen a que “las biografías lineales se transformen en complejas y dinámicas multigrafías”*.
Desplazamiento del poder de los hombres a las mujeres: las mujeres tendrán mayor relevancia en la medida en que la sociedad de la información favorece las competencias intensivas en formación y conocimiento.
Estas y otras megatendencias tienen que ver directamente con una sociedad como la colombiana. Anclados en las broncas del pasado perdemos la oportunidad de anticiparnos para enfrentar un mundo cambiante, al que tendrán que enfrentarse niños y jóvenes de hoy.
* https://z-punkt.de/de/themen/megatrends (Ministerio de Educación e Investigación)
¿Qué nos espera en el 2030 y años siguientes, que están a la vuelta de la esquina? Si pudiéramos preverlo, ¿cómo deberíamos actuar?
Vivimos tiempos de cambios vertiginosos y complejos que generan alta incertidumbre. Lo inesperado puede emerger sin que nos encontremos preparados. Nadie imaginaba en las fiestas de año nuevo del 2019 que la vida cotidiana de todos cambiaría por la emergencia de un virus y por las respuestas de los gobiernos, ni que dos años después, así las tasas de letalidad hubieran disminuido, nos encontraríamos, de nuevo, en terrenos inciertos, ascendiendo la ladera de un nuevo pico. Las formas de trabajar y de aprender han cambiado y las agendas de los hogares, los individuos, de las empresas y los gobernantes se han alterado por fuerza de las circunstancias.
Nos cambian la vida también los desastres del cambio climático, los terremotos en la política, las emergencia de nuevas tecnologías en el mundo digital, biotecnología, generación de energías renovables y de las nuevas formas de producción de bienes y servicios, que irrumpen a escala planetaria a velocidades sin precedente. Cambio demográfico, inmigraciones, nuevas formas de identidad de los individuos están transformando la sociedad.
¿Qué nos espera en diez, quince, veinte años?
La prospectiva como base para que los gobiernos puedan construir lo que los especialistas en el campo denominan la “capacidad anticipatoria” se está abriendo paso. La OCDE promueve su adopción para que los Estados miembros puedan vislumbrar las grandes tendencias con el fin de diseñar políticas con visión estratégica y aprendan, unos de otros, de las buenas prácticas en su capacidad de anticipación.
En Colombia el tema está adquiriendo relevancia con el liderazgo del DNP y universidades como el Externado de Colombia han hecho aportes significativos por la vía de estudios de prospectiva y la formación de profesionales especializados. Estamos, sin embargo, aún lejos, como sociedad, de construir y ofrecer visiones compartidas de futuro, debatirlas, de involucrar a la población a conocerlas y apropiárselas.
El ejercicio prospectivo está consolidado en Finlandia, Alemania, Singapur, Canadá, Francia y otras naciones. Para la identificación de megatendencias apelan a las ciencias, las duras y las sociales. Algunas de ellas, identificadas por el área a cargo en Alemania*, son las siguientes:
Cambio demográfico: en el 2030 el planeta tendrá 8.500 millones de habitantes. El envejecimiento de la población, con excepción del continente africano, será un hecho. La urbanización en Asia y África será dramática. Las corrientes migratorias a escala global, motivadas en el cambio climático y los conflictos políticos, estarán a la orden del día.
Medio ambiente en mayor deterioro: pese a los esfuerzos (del tipo París, Glasgow), no se consiguen aún los cambios en las tendencias del calentamiento global. Las temperaturas siguen en aumento, lo mismo que el nivel de los océanos y se prevén eventos extremos climáticos. En contrapartida, los gobiernos se ven obligados a emitir nuevas normas y los presupuestos públicos para hacer frente al cambio climático estarán en alza.
Disparidades sociales en el orden del día: la concentración del ingreso será mayor en los años 30. Pese a que las desigualdades entre naciones tienden a disminuir, las inequidades dentro de regiones y países aumentan. Los poderosos de los Estados Unidos, China y los países europeos acapararán porciones mayores del ingreso… y del poder. La radicalización política estará a la orden del día aún en países de alto ingreso e irá de la mano de la pobreza y otras dimensiones de la exclusión social.
Transformación digital: el internet de las cosas, la miniaturización de sensores, la inteligencia artificial y otras tecnologías transformarán el mundo del trabajo al hacer posible la realización automática de tareas de mayor complejidad y resolución de problemas anteriormente a cargo de seres humanos. Los niños de hoy se enfrentarán a mercados laborales en los que nuevas ocupaciones y destrezas serán las de mayor demanda.
Nuevos roles de género: nuevas formas de despliegue de la individualidad desarrolladas a partir de complejos procesos de la formación de la identidad conducen a que “las biografías lineales se transformen en complejas y dinámicas multigrafías”*.
Desplazamiento del poder de los hombres a las mujeres: las mujeres tendrán mayor relevancia en la medida en que la sociedad de la información favorece las competencias intensivas en formación y conocimiento.
Estas y otras megatendencias tienen que ver directamente con una sociedad como la colombiana. Anclados en las broncas del pasado perdemos la oportunidad de anticiparnos para enfrentar un mundo cambiante, al que tendrán que enfrentarse niños y jóvenes de hoy.
* https://z-punkt.de/de/themen/megatrends (Ministerio de Educación e Investigación)