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Notas de buhardilla

A trampear se dijo

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Ramiro Bejarano Guzmán
09 de marzo de 2025 - 05:06 a. m.
"Eso no fue un consejo de ministros sino una reunión de unos políticos que están en el poder y en trance de competición electoral": Ramiro Bejarano Guzmán.
"Eso no fue un consejo de ministros sino una reunión de unos políticos que están en el poder y en trance de competición electoral": Ramiro Bejarano Guzmán.
Foto: Presidencia
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El segundo episodio de los consejos de ministros televisados resultó bastante aburrido y contradictorio. Supuestamente el tema eran unos decretos extraordinarios que no se estudiaron, pero en cambio varias de las intervenciones dejaron en duda las motivaciones que determinaron a Petro decretar la conmoción interior y a expedir bajo esa sombrilla una normatividad excepcional de precaria constitucionalidad, como lo debe de haber advertido la Corte Constitucional.

No hubo un solo ministro que hubiere justificado la conmoción interior y su relación con la erradicación parcial de coca y la sustitución de su cultivo. Menos Petro, quien se dedicó a proyectar la campaña para 2026, pues nos quedamos sin saber por qué esa supuesta erradicación de la mortal mata no se podía impulsar sin acudir a ningún estado de excepción.

El presidente Petro valiéndose de un librito del que no dio más explicaciones, dizque regalado por la canciller, trató de mostrarse magnánimo criticando la egolatría, salvo la suya, para sustituirla por “nosotros”. Un calambur nada difícil de descifrar, tanto más cuanto que Petro, sin la menor prudencia, anunció que esa es la única manera en que esos “nosotros” asegurarán su permanencia en el poder en 2026, discurso provocador que empezó a repetir como “Frente amplio” el ministro Armando Benedetti.

Esto no fue un consejo de ministros sino una reunión de unos políticos que están en el poder y en trance de competición electoral, en la que difundieron cifras y logros mentirosos. De lo hablado en esa extenuante noche nada fue en provecho de los destinos nacionales sino de los cálculos electorales que ya tienen muy bien aceitados Petro y sus ministros. Eso explica la razón por la cual no hay un solo ministro o director de departamento administrativo que no sea petrista, pues el que cruce la línea roja de la independencia o se atreva a criticar lo marginan, porque allá solo es permitido denigrar de magistrados, altas cortes, críticos e independientes.

En el consejo de ministros se vendió la improvisada esperanza de que todos los dineros que van a recoger con los impuestos por decretar se invertirán en subsidios a las gentes de frontera para que erradiquen algo de coca y sustituyan cultivos. Y todo eso se piensa ejecutar en doce meses que todavía no han empezado a computarse, porque, si todo va bien, esta anualidad de abundancia forzada coincidirá con la próxima campaña electoral y con la devolución del IVA a sectores sensibles de la población. Faltaba la posterior amenaza de que, si le tumban la conmoción interior, Petro pedirá ayuda al sátrapa de Maduro.

Seguramente se beneficiarán algunos campesinos que reciban estos subsidios, quienes más temprano que tarde regresarán al cultivo de la coca, pero el Gobierno quedará con el botín para gastarlo en campaña electoral en la que además distribuirá más auxilios a adultos mayores y familias de escasos recursos. Todo eso estaría bien si detrás de esta falsa generosidad politizada no se escondiera el propósito peligroso de desequilibrar con falacias la próxima contienda para elegir presidente y congresistas del M-19.

Esta soterrada campaña lanzada tempranamente bajo conmoción interior ya tomó la delantera porque ha sometido a los canales de televisión a soportar la pesada carga de transmitir los consejos de ministros que, repito, no son más que aquelarres electoreros.

Las cifras que le representa al petrismo hacer campaña desde el Gobierno abusando de los canales privados de televisión son gigantescas. No es solo que los canales tengan que conjugar esas pérdidas injustificadas, sino que el partido que aspira a quedarse otros cuatro años no tendrá que invertir un solo centavo para sufragar los costos de tan apetitosa publicidad.

Si esta tanda de consejos de ministros va a continuar hasta mayo de 2026, como todo parece, cuando llegue el día de esas elecciones el candidato promovido por la Casa de Nariño con la plata de los contribuyentes resultará inderrotable así se esfuercen sus contradictores en vencerlo.

La peor noticia es que en el horizonte no hay una sola autoridad que haya advertido lo que será un asalto seguro a la democracia.

Adenda. Tienen razón el gobernador de Cundinamarca y el alcalde de Bogotá al reclamar a Petro y al Gobierno Nacional respeto a la autonomía que la Constitución les reconoce para regular el uso del suelo en sus territorios, desconocida groseramente por la exministra Muhamad al salir echada del cargo que deshonró.

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