Notas de buhardilla

Externado… ¡presente!

Ramiro Bejarano Guzmán
01 de abril de 2018 - 02:00 a. m.
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Mientras la Universidad Nacional eligió democráticamente y sin problemas a su nueva rectora, en el Externado —donde soy profesor emérito—, otrora cuna del radicalismo liberal, reelegir al actual rector o nombrar uno nuevo se volvió una tempestad que sacude sus cimientos.

El rector del Externado es nombrado por el Consejo Directivo integrado por profesores y estudiantes. Este debe decidir en mayo si, al vencer el sexenio para el cual fue designado, lo reelige por una sola vez por tres años más.

El exprofesor Eduardo Montealegre ejerció su derecho al preguntar por qué no se ha renovado un Consejo Directivo que lleva 20 años vigente y por qué no se rinden cuentas. Similar petición formularon los profesores Néstor Osuna, Jorge Perdomo y otros 20 exalumnos. Aunque ambas peticiones son duras y críticas, pero legítimas y razonables, ninguna de las dos debe poner a tambalear 132 años de existencia de la institución y deberían ser respondidas prontamente, sin importar las tutelas que se anuncian. Faltaría más que el Externado esté arrinconado porque alguien  promete que entablará tutelas. El que nada debe, nada teme. Por eso es alarmante que la Universidad, amparada en la autonomía universitaria, haya rechazado una de esas peticiones con el odioso argumento de que el peticionario carece de legitimación. Con esa leguleyada ya ningún egresado podría reclamar su condición de externadista.

Si no se atrevieron los directivos, quizás sí fueron personas cercanas a ellos o sus subalternos quienes optaron por responder la filtración sobre las peticiones de Montealegre, y han propalado la versión de que hay un complot contra el rector para entregarle su cargo al exfiscal. Este ha desmentido semejante especie. Pero a partir de tal falacia, periodistas ansiosos de asistir a un enfrentamiento —unos de buena fe, otros desinformados y los demás por malquerencias contra Montealegre— armaron una guerra entre partidarios de que el rector continúe y simpatizantes del antiguo fiscal. Nada de eso es verdad, porque con el Consejo Directivo envejecido o renovado, el actual rector será reelegido, toda vez que es él quien ejerce el poder absoluto en la Universidad.

Mi compromiso es con mi alma máter, no con personas; ni el rector, ni el Consejo Directivo, ni la Secretaría General, ni los doctores Montealegre, Osuna y Perdomo. No rindo culto a la personalidad de nadie; no lo hice en vida del doctor Fernando Hinestrosa y menos lo haré ahora.

Mientras periodistas inflaman el ambiente, unos ingenuos contribuyen a la polarización entre hijos de una misma casa de estudios. Lamentablemente, el enfrentamiento impide ver que el verdadero enemigo no respira a la sombra del Externado, sino que podría serlo el próximo gobierno. En efecto, si este desgastante problema no se resuelve pronto, tendrá que trasladarse al Ministerio de Educación. Podría entonces ocurrir que el jefe de Estado fuese Iván Duque y que, oculta tras el poder, la mano vengativa de Álvaro Uribe, resentido con el Externado, facturase sus impagables cuentas de odio, como en los tiempos de la regeneración de Núñez y Caro.

La solución no es convocar asambleas profesorales excluyentes ni expedir comunicados abyectos, ni difamar en medios y redes a quienes piensen diferente, ni escudarse en la autonomía universitaria para no responder, sino que las directivas con el concurso de toda la comunidad: 1. respondan ya las peticiones formuladas; 2. permitan que se revisen ampliamente sus cuentas; 3. convoquen ya elecciones para renovar el Consejo Directivo, para que éste, renovado, escoja al rector en un proceso limpio y pluralista; 4. abran espacios democráticos sin excluir ni perseguir a nadie.

Un camino diferente es contrario al credo al que nos debemos los externadistas. A quienes se duelen de que no me hubiese pronunciado antes sobre esta pugna insensata que jamás debió suscitarse y que obliga a un manejo prudente y sin personalismos, les reitero que conmigo no contarán para dividir lo que debe permanecer unido, ni avivar la guerra sucia y el coro de chismes y rencillas que lamentablemente han expuesto lo peor de nuestra comunidad. Por eso mañana a las 7 a.m. estaré de nuevo frente a mis estudiantes dictando la clase que he conducido por años. Espero seguirla regentando mientras las fuerzas me acompañen.

Adenda. Mientras le van apareciendo los bienes a Iván Duque, nada de su declaración de renta.

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

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