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Notas de buhardilla

Mesías excepcional

Ramiro Bejarano Guzmán
09 de junio de 2024 - 05:05 a. m.

El título de esta columna es una expresión afortunada del exconcejal Carlos Vicente de Roux, que viene como anillo al dedo cuando crece el número de quienes creemos que Petro y su iracundo entorno quieren la constituyente para ampliar su período o para restablecer la reelección.

La estrategia está cantada. Mientras Petro se empeña en anunciar que no quiere reelegirse, sus más cercanos subalternos multiplican sus discursos apoyando la constituyente y ambientan la idea de que su jefe tiene que quedarse en la Casa de Nariño después del 7 de agosto de 2026.

No faltará el ingenuo que crea que a Petro le resultaría imposible e indigno apoyar su reelección o la prolongación de su período, cuando lleva meses negando que esa sea su intención. Por el contrario, con el cuento del poder constituyente le quedaría muy fácil desdecirse de todo y aceptar “humildemente” que, a pesar de que no quería, no puede ignorar a ese pueblo al que le ha prometido seguirlo hasta donde sea menester, porque no se resistirá y estará dispuesto a “sacrificarse” y continuar ejerciendo el poder. Si lo quiere el pueblo, yo también, dirá Petro. Entonces saldrán sus mediocres ministros a aplaudir al mandatario cuando asuma el reto de perpetuarse en la Presidencia o a berrear de la emoción, como la llorona ministra de Ambiente, Susana Muhamad. En efecto, si hay algo que le quede expedito al presidente es no tener consistencia en sus afirmaciones y sobre este espinoso asunto nada hace presumir que honraría su palabra, cuando detrás suyo tiene una horda de fanáticos que se creen con derecho a que los dejen disfrutar del erario o apoderarse del botín, del que hay evidencias del saqueo que también deambula en el Gobierno del cambio.

Mientras el plan se ejecuta no propiamente en silencio, sube la marea de la absurda tesis de que el Acuerdo de La Habana entre las FARC y el Gobierno Santos dejó camuflada la convocatoria de una constituyente dizque porque incluyó la necesidad de promover un acuerdo nacional. No han reparado los promotores de este adefesio en que en el párrafo al que le atribuyen tanta fuerza ni siquiera se invocó la palabra “pueblo”, sustancia y fuerza de toda constituyente. Y todo esto, sin que ningún alto funcionario —incluidos los que parecían independientes y juristas— haya expresado su desacuerdo con la ruptura institucional que se cocina en sus propias narices con su cómplice silencio.

Por supuesto que en el firmamento jurídico y político de esta discusión hay mucho oportunista. No me refiero solamente a quienes ahora aprovechan la zozobra para montarse al bus del petrismo, porque ya lo sienten victorioso. En efecto, ahora han saltado al ruedo los alfiles del uribismo, llenos de odio y resentimiento, dizque a defender la Constitución para que no se prorrogue el período de Petro o no se reelija, pero olvidan, conveniente e hipócritamente, que aplaudieron y prohijaron el asalto comandado por Álvaro Uribe cuando lo reeligieron, además de manera delictuosa, para destruir los pesos y contrapesos de la Constitución del 91 y aplastarnos a quienes desde siempre hemos estado del lado correcto de la historia y en contra de los delirios totalitarios.

No es desechable el argumento de que el petrismo acaricia esa posibilidad de quedarse en el poder porque en los próximos meses terminarán sus períodos cuatro magistrados de la Corte Constitucional y existe el fundado temor de que el inmenso poder del Gobierno consiga que esas plazas sean llenadas por abogados del entorno palaciego, porque hay varios candidatos. De llegar a concretarse la maroma fraudulenta, esa futura Corte envenenada avalaría la constituyente reeleccionista, igual a como ocurrió cuando esa misma Corte, mediante Sentencia C-1040 de 2005, aprobó por mayoría la reelección inmediata de Uribe, gracias, entre otras, a que un magistrado cambió su ponencia para salvar el “articulito” y a la malhadada coincidencia de que unos días después su progenitor fue el embajador en Francia del reelegido Uribe.

Adenda No 1. Nunca más debe ocurrir que hecha una consulta para elegir rector en la Universidad Nacional, con artificios de dudosa democracia acuñados por un exrector nostálgico de poder, no sea nombrado quien gane por aplastante mayoría.

Adenda No 2. Orgullo para el país el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, conocido como el “Nobel de Poesía”, otorgado merecidamente a Piedad Bonnett. Felicitaciones.

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

Juan(jphlq)13 de junio de 2024 - 09:21 p. m.
Petriobolsas es un curtido izquierdista con una historia que no puede ignorarse. Astuto y ladino. Un verdadero, peligro para la democracia colombiana.
Juan(78378)12 de junio de 2024 - 10:53 a. m.
Y QUE DE MALO QUE QUIERA LA REELECCION, SI LO ESTA HACIENDO BASTANTE BIEN Y CON MUCHAS DIFERENCIAS CON LOS GOBIERNOS QUE TENIAMOS, O ES QUE USTED LOS PREFIERE A ELLOS, LOS CORRUPTOS, LADRONES Y HASTA ASESINOS QUE NJOS HAN GOBERNADO, NO SE NOS VAYA A IR ALIADO CON ELLOS, QUE USTED HA DEMOSTRADO SIEMPRE NO APOYARLOS, ENTONCES, QUE ESTA PASANDO QUE NO QUIERE A PETRO ?.
  • Mauricio(24609)12 de junio de 2024 - 07:40 p. m.
    Bien se ve que usted es un seguidor enceguecido de Petro
Arkanos(kwupp)11 de junio de 2024 - 11:29 p. m.
Con Petro Presidente 2022-2042: Consolidamos el cambio...
Bernardo(31155)11 de junio de 2024 - 10:50 p. m.
El ciudadano Petro es un insurgente sin remedio. Estaría probando la hipótesis (casi tautológica) de que un insurgente no deja de serlo (¿no tendría por qué?) por el solo hecho de pactar su reinserción. Ya lo avisábamos en octubre 2022. https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/presidente-urbano-e-insurgente-rural
José(70717)11 de junio de 2024 - 09:53 p. m.
Que pasa que no publican los comentarios ?
  • Juan(78378)12 de junio de 2024 - 10:55 a. m.
    ESE ES EL PERIODISMO *DEMOCRATICO* DE EL ESPECTADOR, CUANDO NO LE GUSTA A ELLOS ALGO...!!!
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