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Le fue muy mal al director de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), Carlos Ramón González, en el debate de control político al que fuera convocado por el senador David Luna, sobre los alarmantes y crecientes rumores de que, desde esa poderosa oficina, que depende directamente del presidente Petro, se estén adelantando operaciones de espionaje a opositores, críticos, periodistas y hasta magistrados de altas Cortes.
Y quedaron peor las bancadas del Gobierno y del Partido Verde, porque fueron notorias las jugaditas que promovieron para sabotear el debate, pues dilataron su convocatoria año y medio hasta que no pudieron impedir que se realizara dentro del marco del espacio de la oposición y aun ese día acudieron a toda clase de artimañas para que se clausurara en silencio el asunto. ¿Por qué tanto miedo?
El director de la DNI fue elusivo pues sólo se le ocurrió revictimizar al M-19, con la excusa o coartada de que este gobierno no chuza porque ellos fueron objeto de las mismas prácticas. Claro, se les olvidó que, si los organismos de inteligencia tuvieron en la mira al M-19, fue porque entonces eran enemigos del Estado.
González, en vez de desmentir que no existe el plan de espionaje, se lavó las manos echándole la culpa a la Armada Nacional de ser ella la responsable. La Armada no ha desmentido al escudero presidencial, por lo que este cuento sigue vivito y coleando, pues da lo mismo que el chuzador fuese la DNI, la Armada o el Ejército, porque todos son Gobierno. Orión existe, solo falta establecer desde cuál o cuáles de las distintas agencias de inteligencia lo están promoviendo.
De otro lado, es muy inquietante la otra revelación de González, que solo ahora se conoce, de que el presidente de una alta Corte le transmitió la preocupación de estar siendo objeto de interceptaciones, perfilamientos y seguimientos. No se aclaró si se refería al presidente de la Corte Suprema o al de la Corte Constitucional. Ambos presidentes no son indiferentes al Gobierno: la Corte Constitucional porque tarde o temprano revisará el esperpento de la constituyente inconstitucional; y la Corte Suprema porque, además de elegir a la nueva fiscal, conoce investigaciones sensibles contra varios ministros.
Paranoia o no, en los pasillos y despachos del Palacio de Justicia hay pánico y a lo mejor hasta evidencias que no se atreven a hacer públicas, de que alguien, que no puede ser sino el Gobierno, los monitorea. Lo que no se comprende es la razón por la cual, si en una alta Corte creen que están siendo vigilados, no se haya corrido traslado a la Fiscalía para que investigue y acuse. En casa de herrero, cuchillo de palo. En otros tiempos, no muy lejanos, cuando los magistrados de la Corte Suprema fueron víctimas de la guerra sucia del DAS de la seguridad democrática, lo denunciaron sin miedo y de frente, actitud enhiesta y digna de quien nada tiene que ocultar. El asunto terminó liquidando el DAS y condenados funcionarios de ese gobierno.
Pero la peor señal de González en defensa de la entidad que preside es la de haber puesto un espejo retrovisor para sindicar a todos los gobiernos de hacer lo que los impolutos exmiembros del M 19 dicen que no harían nunca y para sacar de la manga la muy grave acusación de que en el cuatrienio anterior se acecharon varias embajadas, sin especificar a cuáles ni por qué, lo que puede desatar un conflicto internacional.
En las embajadas deben estar bastante molestos e intranquilos con esta inesperada revelación del jefe de inteligencia. De ser cierta su acusación, es de esperar que González haya denunciado penalmente a quienes interceptaron las sedes diplomáticas; pero si fuere falsa, se trataría de un acto de irresponsabilidad mayúsculo. Cualquiera sea el resultado, en todo caso González faltó a su deber legal de reserva que debe honrar como rector de la oficina civil de inteligencia.
Pero no deja de ser coincidencia que mientras el Gobierno niega a Orión, el presidente Petro da muestras de estar siempre muy bien informado sobre los supuestos pecados de críticos y opositores. Ojalá sea por cuenta solamente de su memoria prodigiosa.
Adenda No 1. Veremos cómo le va a Millos fortalecido con Falcao, la novel promesa del fútbol moderno.
Adenda No 2. Para alquilar balcón la denuncia de la primera dama contra los funcionarios que la quieren enredar en el negociado de la Ungrd.