¿Desigualdad en el Huila? Sentires, Realidades y Oportunidades
Este artículo hace parte de una serie de 32 columnas que exploran la desigualdad en los 32 departamentos de Colombia. Los escritos son el resultado de un proceso de diálogo entre académicos, artistas y activistas de cada rincón de nuestro país. Para conocer más sobre las publicaciones semanales del proyecto Diálogos Territoriales sobre Desigualdad y sobre nuestro centro de investigación comunitaria, síguenos en IG @reimaginemos.colombia o X @reimaginemos.
El Huila es un corredor estratégico para el sur del país, donde conviven la búsqueda de oportunidades, con las desigualdades. En el Huila, el sector rural se está “descampesinando”, los trabajadores se están yendo, y los bosques se están acabando. En el Huila sigue presente la violencia, y hacen ruta las drogas. Pero también, en el Huila surgen proyectos asociativos, campañas de educación ambiental y soluciones concretas para construir equidad, como los territorios campesinos agroalimentarios. Miradas y soluciones que quizás nos puedan enseñar algo al resto de Colombia.
El Huila cuenta con vastas extensiones de tierras y de agua, que le dan un gran potencial al sector agrícola. Sin embargo, como también ocurre en otras zonas del país, las oportunidades económicas se están volcando hacia proyectos hidroeléctricos y mineros, ambos sin apuestas claras para proteger y conservar el medio ambiente. Ejemplos de ello incluyen la hidroeléctrica El Quimbo, y los nuevos proyectos de minería que llegan al departamento, fruto de decisiones de personas de afuera, que parecen olvidar la vocación agrícola del Huila, y el rol que podría tener en la producción de los alimentos que necesitamos los colombianos.
Estos cambios económicos y la falta de oportunidades están llevando a los jóvenes rurales del departamento a migrar hacia las zonas urbanas en búsqueda de educación y empleabilidad, distanciando sus proyectos de vida del campo. Esto se explica no solo por la falta de oportunidades económicas en la agricultura, sino también por los modelos mentales que tenemos como sociedad. Como nos recuerda Silvio Cerón, líder campesino del Huila, “la desigualdad es también ideológica. Le meten a uno la idea de que por ser campesino tiene que ser pobre, tiene que sufrir, o se tiene que ir de su tierra”. Silvio agrega a esto que los campesinos deberían ser más bien actores clave “para pensarnos cómo cuidamos la biodiversidad y el recurso hídrico, y en cómo sembramos alimento”.
Una ruta en el horizonte
Las soluciones para construir equidad en el Huila deben partir del reconocimiento de su diversidad cultural y de lo que tiene el departamento para ofrecer, no solo a los huilenses, sino también a las apuestas de desarrollo de Colombia. El Huila es un departamento innovador, trabajador y diverso. Y estos valores se reflejan en casos de éxito de modelos empresariales asociativos, que es importante reconocer y continuar.
Un ejemplo de ello lo encontramos en el municipio de Isnos, que próximamente será declarada por el Gobierno Nacional como “Territorio Campesino Agroalimentario”. Como lo explica Silvio, con esta figura por la que llevan trabajando años los líderes campesinos de la región, se va a poder proteger la zona de la minería y de la deforestación, y conservar su vocación productiva agrícola. Para que esto funcione, es clave trabajar entre productores de forma asociativa, y también pensar en cómo se acerca el campo a la ciudad “para que el campesino pueda vender sus productos directamente, sin el intermediario”.
Willian Sierra Barón, investigador y profesor asociado de la Universidad Surcolombiana, nos recuerda que, para pensar las soluciones a las desigualdades en el Huila, es clave pensar en cómo juntar saberes diversos. “Las alianzas universidad-empresa-estado son clave para las soluciones. Pero estas tienen que ser apuestas no coyunturales, sino pensadas a largo plazo. Que puedan apalancar el desarrollo económico y social, y que tengan claridad sobre las características socioculturales de nuestro departamento, sobre lo que somos y lo que tenemos”.
Willian suma a esto que, para lograr cambios sociales, económicos, políticos y ambientales, es “clave incluir cambios comportamentales en cada una de las personas que formamos parte del territorio”. Por ejemplo, la mayoría de personas estamos de acuerdo con la importancia de proteger los bosques, y además existen en el país y en el departamento muchas normas para cuidar los bosques. Sin embargo, en la práctica, nuestros comportamientos no cambian, y vemos cómo seguimos talando árboles, o seguimos contaminando el agua.
Para cambiar estos comportamientos se necesita no solo que haya actividades productivas que permitan sostener las familias sin tener que recurrir a la tala de bosques. Pero también, se necesita educación que nos ayude a transformar nuestra forma de ver el entorno y nuestra forma de comportarnos. Por esto es importante pensar en la educación ambiental.
Karina Perdomo, artista y gestora cultural quien ha trabajado en proyectos con Parques Nacionales Ambientales, señala que, aunque hacen falta recursos, en el Huila ha habido algunos proyectos interesantes en educación ambiental de los cuales podríamos aprender. Son proyectos que “con el arte, buscan exaltar las voces de los campesinos para contar las historias de los bosques y montañas huilenses, y así, recodarnos que este territorio, estos árboles, están acá para ser protegidos, no para ser explotados (…) el arte es un medio de comunicación, un medio de expresión, y de ahí pueden venir muchas soluciones”.
Como un ejemplo de ello, Karina creó la obra artística “Paisajes Intrínsecos”. La obra, sobre una matera con una mata de plátano, busca traer el campo a la ciudad, y exaltar los paisajes, riquezas y diversidad que tienen los territorios colombianos, muchas veces pasados por alto. Conócela aquí:
Coautores: Willian Sierra Barón, investigador y profesor Universidad Surcolombiana; Karina Perdomo, artista y gestora cultural del Huila; Silvio Cerón, líder campesino huilense.
Editora: @Allison_Benson_. Investigadora y Directora de Reimaginemos
Este artículo hace parte de una serie de 32 columnas que exploran la desigualdad en los 32 departamentos de Colombia. Los escritos son el resultado de un proceso de diálogo entre académicos, artistas y activistas de cada rincón de nuestro país. Para conocer más sobre las publicaciones semanales del proyecto Diálogos Territoriales sobre Desigualdad y sobre nuestro centro de investigación comunitaria, síguenos en IG @reimaginemos.colombia o X @reimaginemos.
El Huila es un corredor estratégico para el sur del país, donde conviven la búsqueda de oportunidades, con las desigualdades. En el Huila, el sector rural se está “descampesinando”, los trabajadores se están yendo, y los bosques se están acabando. En el Huila sigue presente la violencia, y hacen ruta las drogas. Pero también, en el Huila surgen proyectos asociativos, campañas de educación ambiental y soluciones concretas para construir equidad, como los territorios campesinos agroalimentarios. Miradas y soluciones que quizás nos puedan enseñar algo al resto de Colombia.
El Huila cuenta con vastas extensiones de tierras y de agua, que le dan un gran potencial al sector agrícola. Sin embargo, como también ocurre en otras zonas del país, las oportunidades económicas se están volcando hacia proyectos hidroeléctricos y mineros, ambos sin apuestas claras para proteger y conservar el medio ambiente. Ejemplos de ello incluyen la hidroeléctrica El Quimbo, y los nuevos proyectos de minería que llegan al departamento, fruto de decisiones de personas de afuera, que parecen olvidar la vocación agrícola del Huila, y el rol que podría tener en la producción de los alimentos que necesitamos los colombianos.
Estos cambios económicos y la falta de oportunidades están llevando a los jóvenes rurales del departamento a migrar hacia las zonas urbanas en búsqueda de educación y empleabilidad, distanciando sus proyectos de vida del campo. Esto se explica no solo por la falta de oportunidades económicas en la agricultura, sino también por los modelos mentales que tenemos como sociedad. Como nos recuerda Silvio Cerón, líder campesino del Huila, “la desigualdad es también ideológica. Le meten a uno la idea de que por ser campesino tiene que ser pobre, tiene que sufrir, o se tiene que ir de su tierra”. Silvio agrega a esto que los campesinos deberían ser más bien actores clave “para pensarnos cómo cuidamos la biodiversidad y el recurso hídrico, y en cómo sembramos alimento”.
Una ruta en el horizonte
Las soluciones para construir equidad en el Huila deben partir del reconocimiento de su diversidad cultural y de lo que tiene el departamento para ofrecer, no solo a los huilenses, sino también a las apuestas de desarrollo de Colombia. El Huila es un departamento innovador, trabajador y diverso. Y estos valores se reflejan en casos de éxito de modelos empresariales asociativos, que es importante reconocer y continuar.
Un ejemplo de ello lo encontramos en el municipio de Isnos, que próximamente será declarada por el Gobierno Nacional como “Territorio Campesino Agroalimentario”. Como lo explica Silvio, con esta figura por la que llevan trabajando años los líderes campesinos de la región, se va a poder proteger la zona de la minería y de la deforestación, y conservar su vocación productiva agrícola. Para que esto funcione, es clave trabajar entre productores de forma asociativa, y también pensar en cómo se acerca el campo a la ciudad “para que el campesino pueda vender sus productos directamente, sin el intermediario”.
Willian Sierra Barón, investigador y profesor asociado de la Universidad Surcolombiana, nos recuerda que, para pensar las soluciones a las desigualdades en el Huila, es clave pensar en cómo juntar saberes diversos. “Las alianzas universidad-empresa-estado son clave para las soluciones. Pero estas tienen que ser apuestas no coyunturales, sino pensadas a largo plazo. Que puedan apalancar el desarrollo económico y social, y que tengan claridad sobre las características socioculturales de nuestro departamento, sobre lo que somos y lo que tenemos”.
Willian suma a esto que, para lograr cambios sociales, económicos, políticos y ambientales, es “clave incluir cambios comportamentales en cada una de las personas que formamos parte del territorio”. Por ejemplo, la mayoría de personas estamos de acuerdo con la importancia de proteger los bosques, y además existen en el país y en el departamento muchas normas para cuidar los bosques. Sin embargo, en la práctica, nuestros comportamientos no cambian, y vemos cómo seguimos talando árboles, o seguimos contaminando el agua.
Para cambiar estos comportamientos se necesita no solo que haya actividades productivas que permitan sostener las familias sin tener que recurrir a la tala de bosques. Pero también, se necesita educación que nos ayude a transformar nuestra forma de ver el entorno y nuestra forma de comportarnos. Por esto es importante pensar en la educación ambiental.
Karina Perdomo, artista y gestora cultural quien ha trabajado en proyectos con Parques Nacionales Ambientales, señala que, aunque hacen falta recursos, en el Huila ha habido algunos proyectos interesantes en educación ambiental de los cuales podríamos aprender. Son proyectos que “con el arte, buscan exaltar las voces de los campesinos para contar las historias de los bosques y montañas huilenses, y así, recodarnos que este territorio, estos árboles, están acá para ser protegidos, no para ser explotados (…) el arte es un medio de comunicación, un medio de expresión, y de ahí pueden venir muchas soluciones”.
Como un ejemplo de ello, Karina creó la obra artística “Paisajes Intrínsecos”. La obra, sobre una matera con una mata de plátano, busca traer el campo a la ciudad, y exaltar los paisajes, riquezas y diversidad que tienen los territorios colombianos, muchas veces pasados por alto. Conócela aquí:
Coautores: Willian Sierra Barón, investigador y profesor Universidad Surcolombiana; Karina Perdomo, artista y gestora cultural del Huila; Silvio Cerón, líder campesino huilense.
Editora: @Allison_Benson_. Investigadora y Directora de Reimaginemos