Diálogo Territorial sobre Desigualdad de la región Centro Oriente
Tras el Diálogo Territorial sobre Desigualdad – Región Centro Oriente con @reimaginemos.colombia, aprendimos sobre los vínculos que tenemos las personas con el territorio y cómo eso define nuestras identidades. Hablamos también sobre qué pasa cuando por fuerzas externas, como un conflicto armado o una crisis política, tienes que desarraigarte de tu territorio, dejarlo todo y emigrar a la ciudad, bien sea como campesino desplazado o como migrante venezolano.
En los diálogos territoriales sobre desigualdad, iniciamos por hacemos la pregunta de ¿qué es el territorio?
El territorio no es un objeto, es una construcción sociocultural. El territorio se construye a partir de una relación fundamental que es la naturaleza y la población. Esa relación no es una relación angelical, lo que es, es una relación conflictiva.
Continuamos hablando sobre cómo se habita el territorio desde diferentes identidades.
Yo soy muchas cosas y desde ese lugar quiero hablar. Primero campesina. Segundo mujer. Tercero artista. Alguien que es capaz de estar rápidamente entrando y saliendo de universos, de posibilidades. Eso es lo que hacemos los artistas: construir belleza donde pareciera que siempre estamos destinados al horror. Algo que se llama la justicia poética, son procesos simbólicos de reparación.
Hay cosas de la vida campesina que son inaccesibles para el resto del mundo y que siempre van a ser inaccesibles. Solo lo podemos vivir nosotros. El crecer entre el bosque, el convivir con los animales, el creer que los árboles nos pueden sanar.
El ser campesino de páramo es un símbolo de resistencia. En el Páramo de Santurbán por supuesto está el agua, pero también hay comunidades campesinas que llevan muchos años hablando sobre el territorio, defendiendo el territorio, preservando la naturaleza.
Ser campesino en mi región es algo muy complejo, porque Santurbán se ha vuelto un tema ambiental, y después de la lucha ambiental, está la lucha campesina, que ha sido invisibilizada a nivel de Colombia, a nivel de Santander, Norte de Santander.
Hablamos también sobre qué significa ser “otro”. ¿Qué significa ser un campesino en la ciudad, pero también, qué significa ser un migrante que llega a un nuevo sitio? Imaginarnos que de un día para otro tenemos que dejar todo. Desarraigarnos de nuestras redes, de nuestro proyecto de vida y empezar de ceros en un sitio donde nosotros no somos.
Escenarios donde nuestros procesos de construcción de identidad, arraigo y proyección de vida son totalmente interrumpidos y ahí el tema de la inequidad toma otro sentido. Porque es entrar a luchar, a incorporarse a un territorio que no es el tuyo.
La población que llega es población que llega totalmente desposeída de todos sus derechos. Del derecho a la vida, a la educación, a la generación de ingresos, y más casi al derecho a ser.
Y en el tema de la migración hay una cosa donde no solo no estamos avanzando, sino que también estamos retrocediendo, y es en la cohesión y en la integración social de los migrantes. Es decir, pese a que llevamos años recibiendo a los migrantes, y pese a que el gobierno avanza en temas como darles un permiso de trabajo… pero como sociedad tenemos unas narrativas negativas hacia los migrantes.
Toda esta discusión de la resistencia social que hay no solo en los Santanderes, sino en toda Colombia sobre el ser migrante. Y como esto es una forma de discriminación muy profunda y de desigualdad muy estructural que nos debería importar a todos en Colombia.
Nosotros inhabilitamos como sociedad por muchas razones. Inhabilitamos por el color de piel, por los credos religiosos. Inhabilitamos por género, o porque en su tarjeta de identidad no tiene la misma nacionalidad.
“¿Qué significa que los medios de comunicación tengan que decir la nacionalidad? ¿Cuál es el sentido y eso qué significa para el día a día de las personas, que se enfrentan a estas discriminaciones y sensaciones? ¿Qué significa para las mujeres migrantes tener un estigma tan sexualizado, y cómo las afecta en todos estos otros indicadores?
Porque las brechas con las mujeres son muy significativas. En términos de tasas de participación, ocupación, desempleo, acceso a inclusión financiera
Y en este diálogo pensamos en las soluciones también. En qué podemos hacer cada uno de nosotros, desde nuestra individualidad, desde nuestra vida diaria, desde la organización social, desde la empresa, y por supuesto, desde el gobierno.
Desde nosotros, cambiar esa visión de individualismo y autoritarismo por un concepto de sociedad incluyente que piensa que solo podemos pensar en el concepto de calidad de vida cuando todas y todos estuviéramos incluidos en ese concepto.
La diversidad y la diferencia en teoría tendrían que enriquecer. ¿Cómo podemos integrarnos alrededor del deporte, de la gastronomía? La gastronomía, por ejemplo, ha sido un punto de encuentro entre las culturas… nos permite conocer al otro en su esencia más pura, que es lo que lo alienta, permite intercambios, mezclas, combinaciones.
En los diálogos territoriales sobre desigualdad, iniciamos por hacemos la pregunta de ¿qué es el territorio?
El territorio no es un objeto, es una construcción sociocultural. El territorio se construye a partir de una relación fundamental que es la naturaleza y la población. Esa relación no es una relación angelical, lo que es, es una relación conflictiva.
Continuamos hablando sobre cómo se habita el territorio desde diferentes identidades.
Yo soy muchas cosas y desde ese lugar quiero hablar. Primero campesina. Segundo mujer. Tercero artista. Alguien que es capaz de estar rápidamente entrando y saliendo de universos, de posibilidades. Eso es lo que hacemos los artistas: construir belleza donde pareciera que siempre estamos destinados al horror. Algo que se llama la justicia poética, son procesos simbólicos de reparación.
Hay cosas de la vida campesina que son inaccesibles para el resto del mundo y que siempre van a ser inaccesibles. Solo lo podemos vivir nosotros. El crecer entre el bosque, el convivir con los animales, el creer que los árboles nos pueden sanar.
El ser campesino de páramo es un símbolo de resistencia. En el Páramo de Santurbán por supuesto está el agua, pero también hay comunidades campesinas que llevan muchos años hablando sobre el territorio, defendiendo el territorio, preservando la naturaleza.
Ser campesino en mi región es algo muy complejo, porque Santurbán se ha vuelto un tema ambiental, y después de la lucha ambiental, está la lucha campesina, que ha sido invisibilizada a nivel de Colombia, a nivel de Santander, Norte de Santander.
Hablamos también sobre qué significa ser “otro”. ¿Qué significa ser un campesino en la ciudad, pero también, qué significa ser un migrante que llega a un nuevo sitio? Imaginarnos que de un día para otro tenemos que dejar todo. Desarraigarnos de nuestras redes, de nuestro proyecto de vida y empezar de ceros en un sitio donde nosotros no somos.
Escenarios donde nuestros procesos de construcción de identidad, arraigo y proyección de vida son totalmente interrumpidos y ahí el tema de la inequidad toma otro sentido. Porque es entrar a luchar, a incorporarse a un territorio que no es el tuyo.
La población que llega es población que llega totalmente desposeída de todos sus derechos. Del derecho a la vida, a la educación, a la generación de ingresos, y más casi al derecho a ser.
Y en el tema de la migración hay una cosa donde no solo no estamos avanzando, sino que también estamos retrocediendo, y es en la cohesión y en la integración social de los migrantes. Es decir, pese a que llevamos años recibiendo a los migrantes, y pese a que el gobierno avanza en temas como darles un permiso de trabajo… pero como sociedad tenemos unas narrativas negativas hacia los migrantes.
Toda esta discusión de la resistencia social que hay no solo en los Santanderes, sino en toda Colombia sobre el ser migrante. Y como esto es una forma de discriminación muy profunda y de desigualdad muy estructural que nos debería importar a todos en Colombia.
Nosotros inhabilitamos como sociedad por muchas razones. Inhabilitamos por el color de piel, por los credos religiosos. Inhabilitamos por género, o porque en su tarjeta de identidad no tiene la misma nacionalidad.
“¿Qué significa que los medios de comunicación tengan que decir la nacionalidad? ¿Cuál es el sentido y eso qué significa para el día a día de las personas, que se enfrentan a estas discriminaciones y sensaciones? ¿Qué significa para las mujeres migrantes tener un estigma tan sexualizado, y cómo las afecta en todos estos otros indicadores?
Porque las brechas con las mujeres son muy significativas. En términos de tasas de participación, ocupación, desempleo, acceso a inclusión financiera
Y en este diálogo pensamos en las soluciones también. En qué podemos hacer cada uno de nosotros, desde nuestra individualidad, desde nuestra vida diaria, desde la organización social, desde la empresa, y por supuesto, desde el gobierno.
Desde nosotros, cambiar esa visión de individualismo y autoritarismo por un concepto de sociedad incluyente que piensa que solo podemos pensar en el concepto de calidad de vida cuando todas y todos estuviéramos incluidos en ese concepto.
La diversidad y la diferencia en teoría tendrían que enriquecer. ¿Cómo podemos integrarnos alrededor del deporte, de la gastronomía? La gastronomía, por ejemplo, ha sido un punto de encuentro entre las culturas… nos permite conocer al otro en su esencia más pura, que es lo que lo alienta, permite intercambios, mezclas, combinaciones.