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¿Cambiamos?

Andrés Marocco
10 de septiembre de 2024 - 10:50 a. m.
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Néstor Lorenzo, entrenador de la selección de Colombia.
Néstor Lorenzo, entrenador de la selección de Colombia.
Foto: EFE - Mauricio Dueñas Castañeda

Después de la Copa América, ya pasada la decepción de no ganarla, el optimismo se apoderó de la hinchada tricolor, que tiene la facultad de pasar del exitismo al canibalismo en 90 minutos.

Ya jugar contra los peruanos era un trámite. Se hablaba en el medio de cuántos goles les íbamos a hacer a los incas en su casa y de lo lejos que estábamos de los coleros de la eliminatoria. Que eso pase en la prensa partidaria y en los compatriotas más fanáticos no es tan grave, pero que el equipo se vea en la cancha como lo vimos el viernes es para ocuparse.

Alguien podrá decir sin faltarle razón que el bajón de nivel de varios jugadores tiene que ver con que muchos apenas están iniciando sus temporadas o recuperándose de lesiones recientes. Puede ser. Todo cabe en la construcción de las hipótesis de por qué se jugó mal en el Nacional de Lima.

La falta de Dávinson Sánchez puede explicar la poca seguridad de la zaga, a pesar de lo esporádicos que fueron los ataques peruanos. Cuesta salió lesionado y por lo menos con él se mantuvo el cero. Lucumí volvía y tuvo algunas inconsistencias y el rendimiento de Mojica y Muñoz no fue bueno tampoco. En la mitad se puede salvar a Lerma, que venía entre algodones, pero Ríos no fue el de la Copa, se vio errático y vulnerable en marca. Arias sí fue el de Estados Unidos. Sigue dejando mucho que desear el del Fluminense. Algunos lo excusarán porque cumple tácticamente, pero aunque sabe y demuestra en su club cada semana, en la selección sigue debiendo.

La idea de Sinisterra no era mala pensando en el planteamiento del rival, pero equivocó los caminos por tratar de acoplarse a Ríos y Muñoz que no estaban finos y terminó bordeando la roja. Díaz marcó el empate y se intentó mover pese al poco respaldo de un intermitente Arias, como lo dije. Córdoba luchó y rebotó contra los centrales, pero no pudo acercarse realmente al gol. Los cambios, salvo el de Mina que no está definitivamente, fueron los que ayudaron a salvar el empate. James, con lo que le falta, le alcanza para dar claridad por dentro y con la pelota quieta, y Asprilla y Durán entraron en el nivel que se esperaba del resto.

No es para ponerse nerviosos tampoco y menos después de las declaraciones autocríticas de Néstor Lorenzo, como siempre tan aterrizado. Claramente, no le gustó el equipo y afirma lo mismo que esta columna: que no nos parecimos al equipo del transcurso de la Copa América, más bien al del segundo tiempo de la final contra Argentina, que enfrentaremos esta noche después de jugar muy bien contra Chile, sobre todo en la segunda parte del partido del jueves pasado.

Hay que apelar a recuperar la memoria temprana de lo fundamental, y a lo que siempre nos ha caracterizado positivamente, agrandarnos ante los grandes. Lo del horario nos afecta casi por igual. Si hemos cambiado para bien, hay que empezarlo a mostrar desde la continuidad y no desde la intermitencia.

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Andrés Marocco

Por Andrés Marocco

Periodista javeriano. Radioactiva, 88.9, 40 Principales, Caracol Radio. Dementes Deportivas, Telepolémica, Pelotas. Hoy en ESPN. Bumangués, del leopardo.

 

luamo(itkq6)12 de septiembre de 2024 - 08:49 p. m.
.Por favor que le cambien la camisita y el traje... Al tecnico de Colombia...Siempre la misma vestimenta... El Pdte. de la federación no le dará pena..? Tiene al técnico mas mal pago de eliminatorias, además no le da pena que le vean la misma ropa , cada vez que juega la selección..? Pdte. de Federación, súbanle al sueldo o cómprenle ropita al técnico de Colombia. Aunque sea de los boletos de eliminatoria...
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