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¿Brasileños para siempre?

Antonio Casale
27 de agosto de 2024 - 02:00 a. m.

Cinco de los ocho equipos que definirán la Libertadores de este año son de ese país. La hegemonía de los clubes brasileños en la Copa durante los últimos años no es casualidad, sino el resultado de una combinación de factores. Desde 2019, equipos como Flamengo, Palmeiras y recientemente Fluminense han dominado el torneo, imponiendo su fútbol, su infraestructura y, sobre todo, sus recursos financieros a nivel regional.

Una de las principales razones de esta supremacía es el poder económico. Los clubes brasileños, gracias a la solidez de sus contratos televisivos, patrocinios y la venta de jugadores a ligas europeas, tienen una capacidad de inversión que les permite atraer y retener talento de alto nivel no solo de Brasil, sino de todo el continente. Esto ha llevado a plantillas más profundas y competitivas, capaces de enfrentar con solvencia las exigencias de un torneo tan largo y complejo como la Libertadores.

Otros factores determinantes han sido la organización y la planificación a largo plazo. Los clubes brasileños han entendido la importancia de proyectos deportivos sostenibles, donde la inversión en divisiones inferiores y la continuidad en los procesos técnicos cumplen un papel crucial. Equipos como Palmeiras han establecido modelos exitosos, donde la mezcla de juventud y experiencia, sumada a la estabilidad en el banquillo, ha rendido frutos no solo en títulos, sino en la consolidación de una identidad futbolística.

Por otro lado, la calidad de las infraestructuras deportivas y la profesionalización de las estructuras administrativas también han marcado la diferencia. La construcción de estadios modernos para el Mundial de 2014 y la mejora en los centros de entrenamiento han creado un entorno más favorable para el desarrollo del talento y el rendimiento de los equipos.

Frente a este panorama, los clubes colombianos se encuentran en una encrucijada. La brecha económica es evidente, pero no insalvable. Para recortar distancias es imperativo fortalecer las divisiones inferiores, invirtiendo en la formación de talento local que pueda competir de tú a tú con las estrellas internacionales. Habrá que invertir para retenerlos en nuestro país, al menos hasta que se vayan a Europa, porque lo que pasa ahora es que se están yendo precisamente a Brasil. Sí, nuestros mejores hombres son figuras allá (Ríos en Palmeiras y Arias en Fluminense son dos muestras). Además, los clubes deben apostar por proyectos a largo plazo, priorizando la construcción de un estilo de juego definido y coherente.

Otra clave es la necesidad de mejorar la gestión administrativa. Es fundamental profesionalizar las estructuras de los clubes, buscando optimizar recursos y maximizar los ingresos, ya sea a través de mejores negociaciones de derechos televisivos, acuerdos de patrocinio más rentables y la exportación a lugares que entreguen mejores dividendos. Esto no solo aumentará la capacidad de inversión, sino que también brindará estabilidad económica para sostener proyectos deportivos ambiciosos.

Finalmente, es crucial que el fútbol colombiano encuentre su identidad. La imitación de modelos extranjeros sin adaptación al contexto local ha demostrado ser poco efectiva. Los clubes deben abrazar su historia y sus características, potenciando lo que históricamente los ha hecho competitivos: el talento técnico, la pasión y la creatividad. Solo así, con una combinación de identidad, inversión y planificación, podrán los equipos colombianos soñar con recortar distancias y poder desafiar la hegemonía brasileña en la Copa Libertadores.

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Fabio(53236)29 de agosto de 2024 - 07:30 p. m.
sus apreciaciones para mejorar el futbol colombiano son ingenuas, no sabe que elfutbol Colombiano es pobre, mediocre y mafioso?
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