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Borges, supersticioso

Ricardo Bada
13 de octubre de 2023 - 02:00 a. m.
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Algo que nunca conté en la crónica de mi encuentro con Borges en Stuttgart y en la casa de Ernst Jünger, allá por octubre de hace 41 años, es que su viaje a Alemania prosiguió por varias ciudades más y vino a terminar en Bonn, cuando todavía era la capital del país, una década antes de que cierta miopía histórica hiciera que trasladaran la capitalidad a una provincia del Este. Y ocurre que una excelente amiga mía, neerlandesa, quiso hacerle una entrevista a Borges.

Barber van de Pol había ganado ya el premio nacional de traducción de los Países Bajos por su versión al neerlandés de El coronel no tiene quien le escriba, y podría haberlo ganado fácilmente dos veces más por sus traducciones de Rayuela y Don Quijote... si no fuese porque el rígido reglamento del premio impide que se conceda más de una vez a la misma persona.

Sabedora de que yo poseía un hilo directo con Borges después de nuestro encuentro en Stuttgart y en la casa de Ernst Jünger, Barber me telefoneó desde Ámsterdam para pedirme que le consiguiera una entrevista con el gran viejo. De inmediato me puse

en contacto con María Kodama, le expliqué quién era Barber, y María agendó la entrevista para cuando arribaran a Bonn. Y así, el día en que Borges & Co. llegaron a la entonces capital, Barber, mi mujer y yo nos pusimos en camino desde Colonia y llegamos al hotel donde se alojaban Borges y Kodama.

Me dirigí al conserje, le mostré mi credencial “ábrete sésamo” de redactor de la Radio Deutsche Welle y le pedí el número de la habitación de Kodama, ya que pensé que tal vez Borges estaría cansado del viaje y reposando un rato. El conserje me dijo cuál era el número (que ya no recuerdo) y que podía llamarla desde la misma recepción. Así lo hice... y para mi sorpresa me respondió Borges, a quien le dije sin ocultar mi sorpresa: “Hola, Borges, soy Ricardo Bada, no sé si me recuerda, de Stuttgart y de la visita a Jünger. Perdóneme si interrumpo su reposo, pero acá en la recepción me han dado este número como el de la habitación de María”. “Sí, sí, mire, pero María y yo hemos cambiado nuestras habitaciones. Ahora le digo a María que baje a encontrarse con ustedes”, y colgó sin despedirse.

María Kodama llegó, en efecto, uno o dos minutos después y nos explicó sonriente que cuando le dijeron a Borges el número de su habitación de inmediato hizo que lo cambiasen a la suya, la de María, porque tal número era el de la mala suerte... en el Japón. La buena educación me prohibió inconscientemente preguntarle cómo es que Borges le delegaba la mala suerte a ella, que era medio japonesa. Además, tuve entonces (y sigue) la impresión de que María no era supersticiosa.

 

Aldemar(14308)31 de octubre de 2023 - 06:43 p. m.
A Borges lo persiguió la mala suerte, lamentablemente!
Gines de Pasamonte(86371)13 de octubre de 2023 - 12:56 p. m.
Nos quedaste debiendo, Ricardo, el saber si se realizó la entrevista entre Borges y Barber, colijo que no se dio. P.D. Te escribí al correo que me diste hace ochos días y … ¡Nada! Saludos amigo.
  • Gines de Pasamonte(86371)14 de octubre de 2023 - 09:47 p. m.
    Gracias amigo por tu respuesta. Cuando llegue a casa intento comunicarme contigo. Esta noche en Colombia.
  • Ricardo(67977)14 de octubre de 2023 - 08:13 p. m.
    La entrevista de Barber con Borges es de antología y se publicó un mes después en una revista cultural neerlandesa del más alto standing. En cuanto al correo que me has escrito, aquí no ha llegado nada a no ser que lo hayas enviado con un nombre desconocido para mí, porque esos los borro sin abrirlos. Dime por favor desde qué dirección me lo enviaste, escribímelo a mi dirección que ya conoces, r.bada.hansen@gmail.com ¡Feliz domingo!
Atenas(06773)13 de octubre de 2023 - 12:14 p. m.
Excelente y fotográfica memoria tiene el columnista al referirnos con tantos detalles lo q’, aparentemente, fue una frustrada entrevista cuadrada de antemano. Con lo cual, a mi juicio, J.L.Borges, a más de supersticioso fue impertinente e incumplido al colgarle el teléfono de repente pese a su cordial saludo y haberlo advertido de a qué iban. Pero eso sí, a la tal María K., le agachaba la cabeza y humildemente aceptaba q’ lo tratara de malas maneras, según he leído.
  • Nelson(23874)13 de octubre de 2023 - 04:04 p. m.
    Aplausos don Ricardo. Pero para un futuro, un consejo: no gaste pólvora en gallinazos. La estupidez de este tipo no tiene límites.
  • Atenas(06773)13 de octubre de 2023 - 03:03 p. m.
    ¡Qué pena con tú! Siendo esa una bobada pa mí, y q’ esto es mero pasatiempo dado lo ocupado q’ ando, no queda claro desde el comienzo y tampoco al final q’ la reunión en Bonn sí se realizó; ahí simple/ dices q’ el omnisapiente Borges enfático fue al afirmar q’ le diría a su látigo q’ bajara; al comienzo sí lo afirmas de la de Stuttgart. Leo entre renglones. Bye,Atenas.
  • Ricardo(67977)13 de octubre de 2023 - 12:54 p. m.
    ¿De dónde saca que la entrevista se frustró? Lea lo que he escrito y no lo que usted crea que escribí. Vale.
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