Una de las lecturas fijas de los periodistas en activo es el calendario de efemérides.
No es que tengamos un Mr. Hyde interior que se alegre festejando los 100 años de la muerte de alguien o que una diosa de nuestra juventud se convirtió en una vieja arpía de 75 otoños, pero el calendario siempre ayuda cuando escasean temas.
Este julio no escasean ni temas ni efemérides. Pero me llama mucho la atención el hecho de que las seis más remarcables del mes vengan emparejadas: dos escritores, dos pintores, dos mujeres que hicieron Historia.
El miércoles 6 se cumplieron 60 años de la muerte de Faulkner, el novelista USAno más influyente en toda la generación del boom (García Márquez poco menos que lo idolatraba), mientras que el próximo viernes 15 recordaremos 130 del nacimiento de Walter Benjamin, el inconmensurable pensador alemán que huyó de la vesania nazi en su país, cruzó a pie los Pirineos buscando seguir viaje luego a Lisboa y embarcar rumbo a América, pero temeroso de la policía franquista terminó por suicidarse en su cuarto de una pensión española, justo en la frontera con Francia.
De nuevo un miércoles, el día 20, se cumplirán 175 años del nacimiento del más grande de los pintores impresionistas alemanes, Max Liebermann, judío, ninguneado por los nazis, cuyo Führer era un pintor austríaco fracasado; y dos días depués, el viernes 22, serán 140 del natalicio de Edward Hopper, un pintor USAno cuya obra no ha sido superada ni en su país ni fuera de él, y es como un espejo de la sociedad norteamericana de aquellos tiempos.
El domingo 24 hará 125 años que vino al mundo Amalia Earhart, una de las mujeres más fascinantes de la Historia, la primera en volar en solitario de los Estados Unidos a Europa, repitiendo la hazaña de Lindbergh cinco años antes; la primera en volar desde Hawaii a Estados Unidos; la primera en intentar dar la vuelta al mundo siguiendo la línea del Ecuador, pero desaparecida misteriosamente en ese vuelo, sobre el Pacífico, sin que se haya vuelto a saber nunca más de ella.
Y me resta la sexta efeméride: el martes 26 se cumplirán 70 años del día en que, para expresarlo con el lenguaje oficial de aquella época, “la señora entró en la eternidad”.
La señora era María Eva Duarte de Perón, Evita, a quien un cáncer de útero fulminó a los 33 años de su edad.
No soy peronista, quiero que quede claro. Pero los españoles le tenemos mucho que agradecer a Evita. Cuando visitó España en 1947, fue ella en sus discursos encendidos,
que la censura franquista no logró acallar, quien nos dijo que éramos pobres, nos encontrábamos aislados en el mundo y pasábamos hambre, pero que ella estaba con nosotros. Nunca lo olvidaremos.
Una de las lecturas fijas de los periodistas en activo es el calendario de efemérides.
No es que tengamos un Mr. Hyde interior que se alegre festejando los 100 años de la muerte de alguien o que una diosa de nuestra juventud se convirtió en una vieja arpía de 75 otoños, pero el calendario siempre ayuda cuando escasean temas.
Este julio no escasean ni temas ni efemérides. Pero me llama mucho la atención el hecho de que las seis más remarcables del mes vengan emparejadas: dos escritores, dos pintores, dos mujeres que hicieron Historia.
El miércoles 6 se cumplieron 60 años de la muerte de Faulkner, el novelista USAno más influyente en toda la generación del boom (García Márquez poco menos que lo idolatraba), mientras que el próximo viernes 15 recordaremos 130 del nacimiento de Walter Benjamin, el inconmensurable pensador alemán que huyó de la vesania nazi en su país, cruzó a pie los Pirineos buscando seguir viaje luego a Lisboa y embarcar rumbo a América, pero temeroso de la policía franquista terminó por suicidarse en su cuarto de una pensión española, justo en la frontera con Francia.
De nuevo un miércoles, el día 20, se cumplirán 175 años del nacimiento del más grande de los pintores impresionistas alemanes, Max Liebermann, judío, ninguneado por los nazis, cuyo Führer era un pintor austríaco fracasado; y dos días depués, el viernes 22, serán 140 del natalicio de Edward Hopper, un pintor USAno cuya obra no ha sido superada ni en su país ni fuera de él, y es como un espejo de la sociedad norteamericana de aquellos tiempos.
El domingo 24 hará 125 años que vino al mundo Amalia Earhart, una de las mujeres más fascinantes de la Historia, la primera en volar en solitario de los Estados Unidos a Europa, repitiendo la hazaña de Lindbergh cinco años antes; la primera en volar desde Hawaii a Estados Unidos; la primera en intentar dar la vuelta al mundo siguiendo la línea del Ecuador, pero desaparecida misteriosamente en ese vuelo, sobre el Pacífico, sin que se haya vuelto a saber nunca más de ella.
Y me resta la sexta efeméride: el martes 26 se cumplirán 70 años del día en que, para expresarlo con el lenguaje oficial de aquella época, “la señora entró en la eternidad”.
La señora era María Eva Duarte de Perón, Evita, a quien un cáncer de útero fulminó a los 33 años de su edad.
No soy peronista, quiero que quede claro. Pero los españoles le tenemos mucho que agradecer a Evita. Cuando visitó España en 1947, fue ella en sus discursos encendidos,
que la censura franquista no logró acallar, quien nos dijo que éramos pobres, nos encontrábamos aislados en el mundo y pasábamos hambre, pero que ella estaba con nosotros. Nunca lo olvidaremos.