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Yo soy como el picaflor

La onomástica en la cartografía

Ricardo Bada
09 de julio de 2021 - 02:00 a. m.
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Un tema que me ha interesado mucho es el de la incidencia de la onomástica en la cartografía, desde que supe que la ciudad rusa Nizhni Nóvgorod, desde 1932 hasta el fin de la Unión Soviética, se llamó Gorki en honor al gran novelista nacido allí.

Añádanse a ello los nombres de los pueblos construidos de nueva planta en España durante el franquismo, a cuyo topónimo se añadía el inevitable apelativo “del Caudillo”, como se lo habían colgado antes al del indefenso puerto de El Ferrol, cuna natal del “inferiocre”. Espero que ya los hayan “desencaudillado”.

Por otra parte, se conoce en todo el mundo, en docenas de idiomas, la corriente de Humboldt, si bien es menos conocida la existencia del mirador de Humboldt, en Tenerife, desde donde se divisa el valle de la Orotava, tan amado por el sabio alemán.

Asimismo, a escala mundial, se sabe que el Everest (Sagarmatha, que significa “la frente del cielo”, en nepalí) debe su nombre occidental a sir George Everest, topógrafo general inglés de la India, y en la serranía de Huelva tenemos la roca de Arias Montano, en honor del autor de la Biblia políglota, que allí se retiró a descansar del mundanal ruido. Menos conocido es el hecho de que en la frontera de Brasil con Venezuela, una montaña se llama Guimarães Rosa, por el gran autor brasileño, diplomático de profesión, quien llevó a cabo buena parte del trazado de esa frontera entre ambos países.

Los estrechos de Magallanes y de Torres, las islas de Fernando Poo, Tristão da Cunha (el lugar del mundo más alejado de cualquier otro habitado por seres humanos), Fernando de Noronha, Martín García y Juan Fernández llevan los nombres de sus respectivos descubridores, mientras que los archipiélagos de las Marianas y las Filipinas tuvieron como madrina y padrino de bautizo, respectivamente, a una reina y un rey de Castilla.

Un departamento del Paraguay, Presidente Hayes, y su capital, Villa Hayes, se llaman así por Rutherford B. Hayes, el presidente gringo que durante su mandato arbitró un litigio entre Paraguay y Argentina tras la Guerra de la Triple Alianza, siendo su laudo favorable al país mediterráneo.

Last but not least, recordaré que América y Bolivia son topónimos en homenaje a Américo Vespucio y Simón Bolívar, en tanto que la Columbia Británica y Columbus, capital de Ohio, remiten a Cristóbal Colón.

¿Qué me queda por decir? Simplemente esto: desde que sé que por esos pagos andan derribando estatuas de Colón, me pregunto cuánto tardará en llegar el día en que los colombianos decidan cambiar el nombre de su país. En Rusia, Nizhni Nóvgorod ya recuperó el suyo. Así es que, ¿cómo se llamaba Colombia antes de don Cristóbal?

 

Samuel(14721)16 de julio de 2021 - 04:56 p. m.
Creo Ricardo, que sabes que en Estados Unidos hay un pueblo de Tennesse que se llama Bolívar. Mi cuñado es de un pueblo de Antioquia que se llama Maceo, por el lider independentista cubano Antonio Maceo. En cuanto al nombre del país, que me caigan rayos, pero me quedó con Colombia. Bonita columna.
  • Ricardo(67977)16 de julio de 2021 - 05:25 p. m.
    Gracias por leerme, Samuel, y sólo en capitales de Estados gringos dejé de mencionar casi una docena, amén de Bismarck. Y también me dejé en el tintero nada menos que Santiago, y San Francisco de California, y Villa Garibaldi en Argentina, y Adelaida en Australia, y quién sabe cuántas más... Pero el formato de la columna no es tan elástico como un chicle y no hay más cera que la que arde. Vale.
Ricardo(67977)10 de julio de 2021 - 04:49 p. m.
No dejaré de mencionar que la actual Estambul se llamaba Constantinopla en honor a Constantino el Grande. Y que los Países Bajos cuentan desde 1986 con una nueva provincia, Flevolanda, el inmenso pólder ganado a las aguas de lo que era el Zuiderzee: en honor a Cornelis Lely, el ingeniero cuya hazaña fue cerrar la salida del Zuiderzee al Mar del Norte, la capital de Flevolanda se llama Lelystad.
Francisco(82596)09 de julio de 2021 - 06:05 p. m.
Me gusta Macondonia, don Ricardo. Lo que pasa que se le pierde un poco el rastro al original. Podríamos dejarlo en MACONDO, tal cual, que además se usa ya a menudo, aunque con ironía burlesca. Le doy otro, pero del hampa: PLOMOMBIA.
  • Ricardo(67977)09 de julio de 2021 - 07:12 p. m.
    El problema es que tanto CHIBCHOMBIA como PLOMOMBIA suenan como onomatopeyas en los globos de un cómic, mientras que MACONDO a secas es demasiado poco. Se me ocurrió de repente que lo mismo que hay un país llamado El Salvador ¿por qué no uno que se llamase El Dorado, y cuál otro más apropiado que la actual Colombia? Pero lo dicho, ese es un asunto que tienen que resolver ustedes.
Francisco(82596)09 de julio de 2021 - 02:38 p. m.
Don Ricardo: Colombia ya tiene ese nombre semiprecolombino, aunque solo de uso interno y familiar: CHIBCHOMBIA.
  • Ricardo(67977)09 de julio de 2021 - 03:16 p. m.
    Gracias por leerme, y a decir verdad Chibchombia no me convence, preferiría una solución más poética, como Macondonia, sin ir más lejos.
UJUD(9371)09 de julio de 2021 - 01:58 p. m.
Me parece muy buena idea, pero con tantos "países" como somos, cómo pondríamos de acuerdo al paisa, al cachaco,al costeño, al de la costa pacífica, al llanero, al del Tolima grande,a los santandereanos, etc. ?
  • Ricardo(67977)09 de julio de 2021 - 03:14 p. m.
    Gracias por leerme, y como ya le dije al comentarista anterior, Sebastián, esa es una cuestión interna en la que no me meto.
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