Cuando Fernando Trueba (sí, el director de la versión cinematográfica de El olvido que seremos) recogió, en 1994 en Hollywood, el Óscar al mejor filme extranjero por su Belle époque, dijo que si creyese en Dios le daría las gracias, pero que como solo creía en Billy Wilder era él a quien se las daba. Billy Wilder tomó la revancha llamándolo por teléfono a Madrid y saludándolo: “Hola, Fernando, soy Dios”.
Yo soy como el picaflor
Las dos Sabrinas
31 de marzo de 2023 - 01:00 a. m.