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El martes 13 se celebró el Día Mundial de la Radio y no se me ocurre mejor manera de celebrarlo (pues le he dedicado al medio 45 años, dos meses y catorce días de vida) que revisar el importante capítulo de las relaciones de Mafalda y su entorno con la radio. Y me abismé en el canon en Toda Mafalda, de Ediciones de la Flor, la biblia de los mafaldófilos del mundo.
[Advertencia: los habrá a ultranza a quienes les desconcertará y hasta escandalizará leer en vez de ver las tiras de nuestra querida Mafalda. Los entiendo, pero les sugiero que sigan leyendo. Sin vanidad, creo poder decir que así aprenderán algunos trucos para contarlas, si se quieren lucir con un buen chiste en una reunión, y eso me recompensaría de sobra por la tarea que emprendí. Así es que metámonos en harina].
Mafalda oye la radio en inglés y les grita a sus padres que tropas extranjeras han invadido el país, pero después la locutora despide el curso de inglés por radio. Y Mafalda le grita al transistor: “¡Alarmistas!”.
Mafalda y Manolito oyen una radionovela. El protagonista gime: “¡La gente diría que me caso contigo por tu dinero!”. La protagonista grita: “¡No, Fernando, no! ¡Solo quienes son unos canallas podrían pensar así!”. Manolito, indignado, exclama: “¡Es la primera vez que me insultan por radio!”.
Mafalda, en las rodillas de papá, le dice que en la radio hablaron de los milibares y pide que le explique qué son. Él responde: “Te explicaré, son una medida de presión...” Ella lo interrumpe: “Perdón, papá, yo te pregunté por los milibares, no por los militares”.
Felipe le muestra a Mafalda que el transistor, la linterna, el encendedor, los juguetes… “todo tiene el mismo sellito: ‘Made in Japan’”. Mafalda se alza la blusa, se mira el ombligo y le dice a Felipe, aliviada: “¡Es distinto! ¡Qué susto!”.
Mafalda le hace oír el noticiero a una mosca posada en la pared, y luego la fulmina con el insecticida: “Así la pobre no lamentará mucho haber dejado este mundo”.
En la radio: “Eso que a usted no le sirve, ¡Emaús lo necesita! Llámenos por teléfono y se lo agradeceremos”. Mafalda acude muy decidida al teléfono, pero luego lo piensa y se dice: “No, no creo que Emaús necesite dirigentes políticos”.
Mafalda quiere que Felipe oiga con ella en la radio las noticias acerca de la expedición del Mariner a Marte. Felipe parece entusiasmado: “¡Vida en Marte! ¿No es sorprendente que haya vida en otros planetas?”. El noticiero informa a continuación de los bombardeos en Vietnam, un desacuerdo sobre desarme nuclear, escaramuzas de Jordania contra Israel... Y Mafalda comenta: “Lo sorprendente es que haya vida en este planeta”.