EN LA ÚLTIMA ENCUESTA DE NAPOleón Franco se lee una respuesta sorprendente.
Preguntados los encuestados por su opinión sobre el referendo para permitir al presidente Uribe optar por un tercer mandato luego de conocer las graves denuncias de irregularidades en su origen y trámite, un 15% contesta que su opinión favorable al referendo aumenta luego de las denuncias.
¿Cómo explicar la valoración más favorable del referendo reeleccionista cuando se conocen las denuncias sobre sus irregularidades? Una explicación podría ser la incredulidad que acusaciones y acusadores provocan en los simpatizantes de la iniciativa. El ambiente de polarización llevaría a desconfiar de los impugnadores del referendo y a defenderlo con mayor ahínco. Otra explicación es el crecimiento del cinismo en Colombia. Me quedo con la segunda. Cínicos son quienes descreen de la bondad, sinceridad o corrección de las motivaciones y acciones humanas. El cínico desprecia al otro y a sus principios o valores, en este caso a los defensores de las reglas constitucionales que constituyen el pacto social.
El cinismo se expande a lo largo y ancho del país. Así lo revelan varios ejemplos. Para la muestra un botón: la política pública de Agro Ingreso Seguro de Uribito y su sucesor, que con subsidios no reembolsables a ricos y reinas, en desmedro de los más pobres, ahondan la iniquidad social; la defensa de la legitimidad de la primera reelección, cuando congresistas decisivos para la aprobación de la reforma constitucional están hoy en la cárcel por la venta de su voto al Gobierno a cambio de notarías; la manifestación del mismísimo Presidente de contar con los votos de congresistas cuestionados por parapolítica mientras éstos no sean encarcelados; el hundimiento de la sanción de la silla vacía por la coalición de Gobierno para evitar perder sus mayorías congresariales; o, para no ir más lejos, el oportunismo de adalides de la lucha contra el narcotráfico, ahora cabezas de lista del partido que afilia a la mayor cantidad de agrupaciones políticas penetradas por el narcoparamilitarismo.
Algo está fallando gravemente en la educación secundaria y universitaria cuando el cinismo crece en Colombia y adquiere patente de corso en círculos dirigentes e intelectuales del país. Recuerden al zar del cinismo, JOG, para quien en Colombia no hay desplazados sino migrantes y para quien pactos con paramilitares y parapolíticos son signo de inteligencia superior. Algo flaquea y se tambalea en la educación moral de los colombianos cuando el oportunismo reemplaza a la honestidad, la sagacidad a la bondad, el ventajismo al altruismo como formas de relacionamiento social.
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Está cantado. Todo indica que Uribe resignará en noviembre sus aspiraciones a un tercer período. Los tiempos no alcanzan en la Corte. El guiño favorecerá al leal ex ministro de guerra Santos, defensor de la doctrina del mal menor. ¡Quién hubiera pensado que Uribe acabaría en brazos de la aristocracia bogotana que tanto fustigó! Ya los medios de comunicación brindan generosamente sus espacios al futuro presidente, mientras hablan de equilibrio informativo e imparcialidad.