La economía creció 3 % en el primer trimestre de 2023, mientras que el peso se fortaleció y el 9 de junio el dólar marcaba $4.170, uno de los niveles más bajos de este año. Algunos maliciosos lo explican como resultado de la poca probabilidad de que la administración Petro logre hacer aprobar las reformas a los sistemas de salud y pensiones, y a las normas laborales. Lo cierto es que ha venido aumentando el precio del petróleo y se mantiene en niveles de US$70 el barril que generan buenas utilidades a Ecopetrol y crecientes regalías al Gobierno. “”
Como se sabe, la apreciación de la moneda reduce la rentabilidad de las exportaciones y abarata las importaciones, propiciando un deterioro de la balanza comercial. En efecto, en el primer trimestre del año el déficit comercial superó los US$3.100 millones; proyectado para todo el año, representará 4,4 % del PIB. Con todo, la trayectoria del déficit de comercio se mejora un poco: se reduce de US$14.000 millones en 2022 a US$12.000 millones este año.
La inflación de mayo se situó en 0,43 %, que fue la mitad de la registrada en mayo de 2022, debido sobre todo al menor ritmo de aumento del precio de la canasta alimentaria. Redondeando, los precios de los alimentos subieron 22 % en mayo de 2022 y 16 % en mismo mes de 2023, que coincidió con el ajuste del salario mínimo que fue otorgado a parte de los trabajadores por decreto de la administración. Los alimentos constituyen el renglón que más pesa en los gastos de los hogares colombianos.
Un renglón que aumentó considerablemente su variación fue el de transporte que pasó de un incremento del 8 % en 2022 a 18 % en 2023, aunque el precio de la gasolina apenas comenzó a ser ajustado con dosis de $600 mensuales, lo que hace prever que contribuirá progresivamente a aumentar el costo de vida de todos los ciudadanos.
Lo destacable de la estabilidad económica es que no fue afectada por el enrarecimiento de la situación política que incluyó la disolución de la coalición de gobierno al hacer renunciar a integrantes del gabinete afiliados a los partidos tradicionales y a la controversial ministra de Salud Carolina Corcho. Tampoco parecieron importar las intempestivas salidas de la jefe de despacho de la Presidencia Laura Sarabia y del grosero embajador en Venezuela Armando Benedetti, quien pidió medidas de protección antes de salir del país a presenciar los partidos de fútbol de la Champions League en Turquía. Parece que sí hizo uso de su pasaporte diplomático tras quejarse de que no contaba con un peso en el bolsillo.
Hoy Petro se apoya en sus alfiles del Pacto Histórico, pero eso no le impide negociar uno a uno el apoyo de los congresistas que requiera para hacer aprobar sus propuestas de gobierno, aunque ciertamente no garantiza que siempre pueda lograrlo.
Las perspectivas no son buenas para mantener el nivel de producción de hidrocarburos porque no se han otorgado nuevas licencias de exploración y explotación, incluso para proyectos de energía renovable que, de acuerdo con el Gobierno, son prioritarios en su agenda de frenar el cambio climático. La empresa francesa EDF Renewables, que produce equipos de generación de energías solar y eólica, espera que le concedan las licencias ambientales respectivas en Cundinamarca y La Guajira, pero la indolencia del Ministerio de Minas y Energía las mantiene en vilo. La gerente de la empresa, Elodie San-Galli, se quejó de que “van más de tres años desde que presentaron los documentos ambientales para su aprobación”, sin respuesta a la fecha.
La economía creció 3 % en el primer trimestre de 2023, mientras que el peso se fortaleció y el 9 de junio el dólar marcaba $4.170, uno de los niveles más bajos de este año. Algunos maliciosos lo explican como resultado de la poca probabilidad de que la administración Petro logre hacer aprobar las reformas a los sistemas de salud y pensiones, y a las normas laborales. Lo cierto es que ha venido aumentando el precio del petróleo y se mantiene en niveles de US$70 el barril que generan buenas utilidades a Ecopetrol y crecientes regalías al Gobierno. “”
Como se sabe, la apreciación de la moneda reduce la rentabilidad de las exportaciones y abarata las importaciones, propiciando un deterioro de la balanza comercial. En efecto, en el primer trimestre del año el déficit comercial superó los US$3.100 millones; proyectado para todo el año, representará 4,4 % del PIB. Con todo, la trayectoria del déficit de comercio se mejora un poco: se reduce de US$14.000 millones en 2022 a US$12.000 millones este año.
La inflación de mayo se situó en 0,43 %, que fue la mitad de la registrada en mayo de 2022, debido sobre todo al menor ritmo de aumento del precio de la canasta alimentaria. Redondeando, los precios de los alimentos subieron 22 % en mayo de 2022 y 16 % en mismo mes de 2023, que coincidió con el ajuste del salario mínimo que fue otorgado a parte de los trabajadores por decreto de la administración. Los alimentos constituyen el renglón que más pesa en los gastos de los hogares colombianos.
Un renglón que aumentó considerablemente su variación fue el de transporte que pasó de un incremento del 8 % en 2022 a 18 % en 2023, aunque el precio de la gasolina apenas comenzó a ser ajustado con dosis de $600 mensuales, lo que hace prever que contribuirá progresivamente a aumentar el costo de vida de todos los ciudadanos.
Lo destacable de la estabilidad económica es que no fue afectada por el enrarecimiento de la situación política que incluyó la disolución de la coalición de gobierno al hacer renunciar a integrantes del gabinete afiliados a los partidos tradicionales y a la controversial ministra de Salud Carolina Corcho. Tampoco parecieron importar las intempestivas salidas de la jefe de despacho de la Presidencia Laura Sarabia y del grosero embajador en Venezuela Armando Benedetti, quien pidió medidas de protección antes de salir del país a presenciar los partidos de fútbol de la Champions League en Turquía. Parece que sí hizo uso de su pasaporte diplomático tras quejarse de que no contaba con un peso en el bolsillo.
Hoy Petro se apoya en sus alfiles del Pacto Histórico, pero eso no le impide negociar uno a uno el apoyo de los congresistas que requiera para hacer aprobar sus propuestas de gobierno, aunque ciertamente no garantiza que siempre pueda lograrlo.
Las perspectivas no son buenas para mantener el nivel de producción de hidrocarburos porque no se han otorgado nuevas licencias de exploración y explotación, incluso para proyectos de energía renovable que, de acuerdo con el Gobierno, son prioritarios en su agenda de frenar el cambio climático. La empresa francesa EDF Renewables, que produce equipos de generación de energías solar y eólica, espera que le concedan las licencias ambientales respectivas en Cundinamarca y La Guajira, pero la indolencia del Ministerio de Minas y Energía las mantiene en vilo. La gerente de la empresa, Elodie San-Galli, se quejó de que “van más de tres años desde que presentaron los documentos ambientales para su aprobación”, sin respuesta a la fecha.