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La política monetaria en Estados Unidos y acá

Salomón Kalmanovitz
23 de septiembre de 2024 - 05:05 a. m.

Después de cuatro años de mantener tasas de interés muy elevadas para la economía norteamericana, de 5,25 % anual, el Banco de la Reserva Federal hizo un inusual y audaz recorte de su tasa de referencia de 0,5 %. Generalmente, la autoridad monetaria de ese país actúa con movimientos discretos de 0,25 % cada vez, así que se interpretó como que estaba más preocupada que de costumbre con el futuro del empleo. La decisión fue tomada tras un crecimiento moderado de la economía y el inicio de una ola de despidos que podía agravarse de no tomar decisiones en contrario. La reacción fue recibida favorablemente por los mercados bursátiles del viernes 20 de septiembre que marcaron crecimientos extraordinarios en los precios de las acciones participantes.

La decisión de la Fed de reducir su tasa de interés favorece a los consumidores que verán disminuidos los costos crediticios de adquirir automóviles, electrodomésticos y, sobre todo, vivienda, pues se expresa también en una menor tasa de interés hipotecaria. La economía norteamericana se ha mantenido resiliente frente a la alta tasa de interés. El crecimiento económico en el primer trimestre de 2024 fue de 0,3 % y se aceleró al 0,7 % en el segundo trimestre, lo cual es bastante satisfactorio para una economía madura como esa. Sin embargo, se trató de una ralentización frente al desempeño de 2023 en el que Estados Unidos creció 3,1 %, algo considerado muy favorable, a pesar de que el candidato opositor Donald Trump acusa que la situación es crítica por las ‘hordas’ de inmigrantes que están “envenenando la sangre de la Nación”, una consigna que utilizó el partido nazi alemán en su momento.

El comunicado del 18 de septiembre emitido por el presidente de la Reserva Federal decía: “los riesgos para alcanzar las metas de empleo e inflación están aproximadamente equilibradas” o sea que ambas eran alcanzables en un horizonte de tiempo cercano. La inflación anual en agosto había marcado un 2,5 %, cuatro décimas por debajo del registro del mes anterior, logrando estar dentro de la meta rango del banco central estadunidense, que es del 2 al 4 %. Se trata de un buen logro porque la inflación llegó a estar en 9,1 % a mediados de 2022, alarmando a los mercados y a la autoridad monetaria, que tomó la decisión de aumentar rápidamente la tasa de referencia de 0 % al nivel que tiene actualmente.

En Colombia, la junta directiva del Banco de la República está quedada frente a su tasa de política de 10,75 %, comparada con una inflación de 6,1 %. Ya habíamos criticado a la paquidérmica junta por estar por encima de la curva, para usar el argot de ellos, lo que ha sido un freno al crecimiento, muy escaso en los últimos cuatro trimestres. Para que la tasa de referencia sea neutra, o sea que no frene ni impulse a la economía, debe ser igual a la inflación vigente. Entonces la junta debe emprender una desescalada acelerada para alcanzar ese nivel. Lo que ha hecho es una política procíclica que va en contra de la sabiduría convencional que aconseja que la política monetaria debe relajarse en tiempos de penuria; solo debe apretarse cuando hay demasiado crecimiento y mucha inflación.

A pesar del freno autoimpuesto, en agosto el DANE informó que la economía había crecido 3,7 %, impulsada por las actividades de administración pública, defensa, educación y salud, además de las actividades primarias, en particular minería, el sector pecaminoso según la ideología verde que ilumina al presidente. Sin embargo, es temprano para saber si el crecimiento observado es un hecho aislado o se trata de una tendencia que se mantendrá hacia futuro y sacará a la economía del marasmo en que se encuentra. Es difícil que el gobierno continúe gastando con tanto ímpetu, a menos de que logre hacer aprobar una reforma tributaria que le aporte recursos adicionales, pero solo en 2025, algo frente a lo cual el Congreso arrastrará los pies pues ya se está entrando en un año electoral en el que es tabú proponer nuevas cargas impositivas.

 

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