El peso colombiano ha sufrido una devaluación cercana al 9 % durante este año. De haber rondado los $3,920 por dólar a principios de año, marcó $4,182 el 4 de octubre pasado. Una causa del deterioro ha sido la baja del precio del petróleo, pero otra razón es la caída de los ingresos tributarios, que hace necesario un brusco ajuste del gasto público y que se frene el crecimiento de la economía que comenzaba a despegar tibiamente. Una caída de los ingresos del gobierno puede convertirse en dificultades para honrar las obligaciones de su deuda en dólares y por ello los inversionistas y las evaluadoras de riesgo están observando con cuidado las finanzas de Colombia.
El precio del petróleo llegó a tocar mínimos de USD $69 por barril el 10 de septiembre pasado, mientras que su precio más alto fue de USD $82 el 25 de julio. Esto dejó como tendencia predominante un movimiento sobre los US $75 por barril, que incidirá en que el precio del crudo que genera Colombia se convierta en menos divisas, según observa el economista jefe para la región Andina de BTG Pactual, Munir Jalil -el BTG es un banco de inversión norteamericano que tiene amplia presencia en América y en Colombia también-. Sin embargo, a raíz de la volátil situación de Oriente Medio, el barril de petróleo aumentó su precio, llevando a que el Ice Brent rondara los US $78 por barril el 4 de octubre.
Jalil agrega que “estamos ante una situación en la que la expectativa de los ingresos a futuro se ha visto disminuida y, por consiguiente, el riesgo del país hacia adelante se ha venido elevando y se va a mantener seguramente como el más alto hasta que no cambie esa visión”. Evidentemente, los ingresos del país por concepto de sus exportaciones de petróleo cayeron por el deterioro de su precio internacional. Según Ricardo Roa, presidente de la petrolera estatal, “haciendo una radiografía de la situación actual de Ecopetrol, se destaca que sus ingresos cayeron un 12,6 % ($9,2 billones) en el primer semestre del año; las utilidades se contrajeron en $4,6 billones o 16 %; y los costos de operación subieron un 21,4 % en lo que concierne a conceptos variables y un 9 % en los fijos; lo que sin duda quiere decir que le está generando menores ingresos a la Nación”.
El presidente de la petrolera colombiana también resaltó que en 2023 se le entregaron $58 billones en transferencias al país, y que se espere que este año se ronde alrededor de los $40 billones, es decir, $18 billones menos. Estos hechos han obligado al gobierno a presentar una ley de financiamiento que es de $12 billones para atender parte del faltante, obligando a un apretón considerable del gasto público.
Hacia futuro, la situación de la industria luce más favorable. El hallazgo de yacimientos de gas a 30 kilómetros costa afuera de Taganga con un potencial suficiente para atender la demanda nacional durante 20 años es una buena noticia para el país. Sin embargo, su explotación y la construcción del gasoducto puede demorarse unos cinco años, durante los cuales habrá que recurrir a las importaciones del combustible para atender parte de la demanda nacional y pagar extra por el combustible más popular en las cocinas del país.
Se anuncia la oposición de los cinco mil habitantes de Taganga a los planes de perforar pozos costa afuera, lo que puede enredar el proyecto y perjudicar a más de diez millones de hogares que dependen del gas para cocinar. Además, están de por medio las necesidades del transporte y de los vehículos adaptados para impulsar su funcionamiento, que produce menos emisiones de carbono que la gasolina y el diésel. Claro que es muy fácil que Ecopetrol cuide el medio ambiente y pague regalías al municipio, compensándolo por los daños que puedan afectar la pesca de subsistencia y el turismo, que soportan la economía del municipio.
El peso colombiano ha sufrido una devaluación cercana al 9 % durante este año. De haber rondado los $3,920 por dólar a principios de año, marcó $4,182 el 4 de octubre pasado. Una causa del deterioro ha sido la baja del precio del petróleo, pero otra razón es la caída de los ingresos tributarios, que hace necesario un brusco ajuste del gasto público y que se frene el crecimiento de la economía que comenzaba a despegar tibiamente. Una caída de los ingresos del gobierno puede convertirse en dificultades para honrar las obligaciones de su deuda en dólares y por ello los inversionistas y las evaluadoras de riesgo están observando con cuidado las finanzas de Colombia.
El precio del petróleo llegó a tocar mínimos de USD $69 por barril el 10 de septiembre pasado, mientras que su precio más alto fue de USD $82 el 25 de julio. Esto dejó como tendencia predominante un movimiento sobre los US $75 por barril, que incidirá en que el precio del crudo que genera Colombia se convierta en menos divisas, según observa el economista jefe para la región Andina de BTG Pactual, Munir Jalil -el BTG es un banco de inversión norteamericano que tiene amplia presencia en América y en Colombia también-. Sin embargo, a raíz de la volátil situación de Oriente Medio, el barril de petróleo aumentó su precio, llevando a que el Ice Brent rondara los US $78 por barril el 4 de octubre.
Jalil agrega que “estamos ante una situación en la que la expectativa de los ingresos a futuro se ha visto disminuida y, por consiguiente, el riesgo del país hacia adelante se ha venido elevando y se va a mantener seguramente como el más alto hasta que no cambie esa visión”. Evidentemente, los ingresos del país por concepto de sus exportaciones de petróleo cayeron por el deterioro de su precio internacional. Según Ricardo Roa, presidente de la petrolera estatal, “haciendo una radiografía de la situación actual de Ecopetrol, se destaca que sus ingresos cayeron un 12,6 % ($9,2 billones) en el primer semestre del año; las utilidades se contrajeron en $4,6 billones o 16 %; y los costos de operación subieron un 21,4 % en lo que concierne a conceptos variables y un 9 % en los fijos; lo que sin duda quiere decir que le está generando menores ingresos a la Nación”.
El presidente de la petrolera colombiana también resaltó que en 2023 se le entregaron $58 billones en transferencias al país, y que se espere que este año se ronde alrededor de los $40 billones, es decir, $18 billones menos. Estos hechos han obligado al gobierno a presentar una ley de financiamiento que es de $12 billones para atender parte del faltante, obligando a un apretón considerable del gasto público.
Hacia futuro, la situación de la industria luce más favorable. El hallazgo de yacimientos de gas a 30 kilómetros costa afuera de Taganga con un potencial suficiente para atender la demanda nacional durante 20 años es una buena noticia para el país. Sin embargo, su explotación y la construcción del gasoducto puede demorarse unos cinco años, durante los cuales habrá que recurrir a las importaciones del combustible para atender parte de la demanda nacional y pagar extra por el combustible más popular en las cocinas del país.
Se anuncia la oposición de los cinco mil habitantes de Taganga a los planes de perforar pozos costa afuera, lo que puede enredar el proyecto y perjudicar a más de diez millones de hogares que dependen del gas para cocinar. Además, están de por medio las necesidades del transporte y de los vehículos adaptados para impulsar su funcionamiento, que produce menos emisiones de carbono que la gasolina y el diésel. Claro que es muy fácil que Ecopetrol cuide el medio ambiente y pague regalías al municipio, compensándolo por los daños que puedan afectar la pesca de subsistencia y el turismo, que soportan la economía del municipio.