Se nos fue Danilo Villafañe en un acto heroico, como dice Gunna, su esposa. Se nos fue demasiado pronto, nos dejó un vacío inmenso y una gran tristeza. Danilo falleció siendo cabildo gobernador del resguardo arhuaco del Magdalena, pero fue el embajador más relevante del pueblo arhuaco. La importancia de Danilo es que siendo un hombre indígena logró tener un pensamiento universal y conversar de manera incidente con muchos líderes. Desde todo el espectro político se expresaron sentimientos de dolor por su pérdida.
Danilo fue un gran estratega y un líder disruptivo, supo aprovechar las oportunidades que la vida le puso al frente para visibilizar desde la ley de origen la importancia de la Sierra Nevada de Santa Marta y de los pueblos indígenas que la habitan. Sus sueños eran consolidar el territorio y preservar la cultura. También fue un hombre polémico, pero las cualidades de Danilo han incomodado siempre en nuestro país.
Tuve el privilegio de compartir con Danilo en varias oportunidades. Me gustaba mucho escuchar su claridad y fuerza al hablar de la Sierra, me gustaba también su sonrisa y sus risas que se convertían en señales sinceras de una conversación que podía durar horas. Llevo puestas aún las aseguranzas que él me puso en septiembre junto al mamo Camilo en Kutunsama, un día trascendental para mí por el mensaje que el mamo Camilo me dio sobre la superficialidad de la educación actual y la urgente necesidad de enseñar de manera más profunda las relaciones de dependencia que tenemos los seres humanos con el resto de la naturaleza. Danilo nos sirvió de traductor, de puente entre la sabiduría de los mamos y las acciones de los hermanos menores que siguen destruyendo la naturaleza. Danilo fue siempre ese puente, creo que ese fue su gran valor y de allí provienen sus invaluables aportes: ser puente, traductor, mediador, articulador de su pueblo y su conocimiento ecológico ancestral con el nuestro.
En los últimos años, Danilo, en compañía de Conservación Internacional, había liderado un proceso de restauración ecológica en su resguardo. Fue una tarea que se debió consultar con los mamos debido a la novedad, ya que restaurar la naturaleza perdida no es parte de lo que hacen los arhuacos; en el centro de su pensamiento y acción está el cuidado y la protección de la naturaleza. Danilo consiguió la autorización, es uno de los procesos que deben inspirar la restauración de los bosques de la Sierra Nevada, afectados por décadas de deterioro no indígena.
Danilo tenía últimamente una idea disruptiva para aportar en medio de la crítica situación de abastecimiento de agua en Santa Marta: si la conservación de los bosques que protegen el agua de los ríos está en territorio indígena, el resguardo podría constituirse en una especie de prestador de servicios y recibir ingresos por la venta del agua en bloque. De nuevo, una apuesta por la valorización del aporte indígena a cosas tan cotidianas como abrir el grifo en Santa Marta mediante la conservación de servicios ecosistémicos.
Danilo nos hará muchísima falta, pero Gunna, su esposa tiene la fuerza para continuar su legado y muchos estaremos a disposición de ella, sus hijas y los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta para acompañar su mensaje.
Se nos fue Danilo Villafañe en un acto heroico, como dice Gunna, su esposa. Se nos fue demasiado pronto, nos dejó un vacío inmenso y una gran tristeza. Danilo falleció siendo cabildo gobernador del resguardo arhuaco del Magdalena, pero fue el embajador más relevante del pueblo arhuaco. La importancia de Danilo es que siendo un hombre indígena logró tener un pensamiento universal y conversar de manera incidente con muchos líderes. Desde todo el espectro político se expresaron sentimientos de dolor por su pérdida.
Danilo fue un gran estratega y un líder disruptivo, supo aprovechar las oportunidades que la vida le puso al frente para visibilizar desde la ley de origen la importancia de la Sierra Nevada de Santa Marta y de los pueblos indígenas que la habitan. Sus sueños eran consolidar el territorio y preservar la cultura. También fue un hombre polémico, pero las cualidades de Danilo han incomodado siempre en nuestro país.
Tuve el privilegio de compartir con Danilo en varias oportunidades. Me gustaba mucho escuchar su claridad y fuerza al hablar de la Sierra, me gustaba también su sonrisa y sus risas que se convertían en señales sinceras de una conversación que podía durar horas. Llevo puestas aún las aseguranzas que él me puso en septiembre junto al mamo Camilo en Kutunsama, un día trascendental para mí por el mensaje que el mamo Camilo me dio sobre la superficialidad de la educación actual y la urgente necesidad de enseñar de manera más profunda las relaciones de dependencia que tenemos los seres humanos con el resto de la naturaleza. Danilo nos sirvió de traductor, de puente entre la sabiduría de los mamos y las acciones de los hermanos menores que siguen destruyendo la naturaleza. Danilo fue siempre ese puente, creo que ese fue su gran valor y de allí provienen sus invaluables aportes: ser puente, traductor, mediador, articulador de su pueblo y su conocimiento ecológico ancestral con el nuestro.
En los últimos años, Danilo, en compañía de Conservación Internacional, había liderado un proceso de restauración ecológica en su resguardo. Fue una tarea que se debió consultar con los mamos debido a la novedad, ya que restaurar la naturaleza perdida no es parte de lo que hacen los arhuacos; en el centro de su pensamiento y acción está el cuidado y la protección de la naturaleza. Danilo consiguió la autorización, es uno de los procesos que deben inspirar la restauración de los bosques de la Sierra Nevada, afectados por décadas de deterioro no indígena.
Danilo tenía últimamente una idea disruptiva para aportar en medio de la crítica situación de abastecimiento de agua en Santa Marta: si la conservación de los bosques que protegen el agua de los ríos está en territorio indígena, el resguardo podría constituirse en una especie de prestador de servicios y recibir ingresos por la venta del agua en bloque. De nuevo, una apuesta por la valorización del aporte indígena a cosas tan cotidianas como abrir el grifo en Santa Marta mediante la conservación de servicios ecosistémicos.
Danilo nos hará muchísima falta, pero Gunna, su esposa tiene la fuerza para continuar su legado y muchos estaremos a disposición de ella, sus hijas y los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta para acompañar su mensaje.