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Recuperar la naturaleza perdida

Sandra Vilardy
05 de junio de 2024 - 05:05 a. m.

Hoy 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. El mensaje de este año es “acelerar la restauración de la Tierra y la resiliencia ante el progreso de la desertificación y las sequías”. Un mensaje clave para comprender lo que ya estamos experimentando con el aumento de las temperaturas en todo el planeta y la urgencia de acelerar las inversiones estratégicas para enfrentar los retos que se vienen.

Existen dos procesos que mantienen la vida en este planeta y hasta el momento son irremplazables e irrepetibles por métodos humanos: la fotosíntesis —que permite capturar la energía del sol y convertirla en materia que alimenta a todos, la cual está a cargo de los árboles, las plantas y en especial las pequeñas células del plancton en los océanos y ambientes acuáticos— y la descomposición —que permite que la vida que se muere pueda reincorporarse y ser de nuevo elementos para construir más vida.

Es sobre todo en el suelo donde la descomposición sucede, pero es la parte menos carismática de la naturaleza. En el suelo no se reproducen los parámetros de la “belleza” que tanto valoramos, sus habitantes no son coloridos, sus olores no son los de la brisa fresca o marina, pero el suelo mantiene la vida y la economía del planeta, gracias a todas esas especies que nos generan tanto rechazo: insectos, lombrices, hongos, bacterias, entre muchos otros grupos. Tenemos un sesgo cultural que está detrás de la destrucción de lo que soporta la naturaleza, conservamos solo lo que es “bello”, pero olvidamos lo que es útil e irremplazable. Al suelo lo hemos desnudado, empobrecido, sobreexplotado, contaminado, compactado y en muchos lugares está en un acelerado proceso para volverse arena inerte.

En Colombia tenemos una frase que refleja el desdén por la naturaleza que no tiene esa belleza canónica: “Eso solo era monte”. Nos gustan las fincas con potreros “limpios”, con uno que otro árbol que le dé sombra al ganado, con cultivos simétricos y homogéneos. Desde los tiempos de la Colonia, nos ha intimidado la complejidad de la naturaleza y la tarea ha sido “domesticarla” para el servicio de la humanidad.

Y aquí estamos hoy, en un planeta donde la pérdida de biodiversidad se retroalimenta con la contaminación del suelo, del agua y de la atmósfera, donde el aumento de temperaturas y la alteración del ciclo del agua nos abren un camino incierto en esta triple crisis planetaria. Por eso necesitamos con la mayor urgencia y determinación recuperar la naturaleza perdida, no solo la bella sino la necesaria para nuestra supervivencia. Según las cifras dadas por António Guterres, por cada dólar invertido en restauración los beneficios económicos se multiplican por 30.

En Colombia la integridad ecológica de 36,5 millones de hectáreas está entre muy baja y baja. Esto quiere decir que los ecosistemas y su diversidad cada vez están más deteriorados y tienen menos posibilidad de suministrar beneficios a las personas y las economías locales y regionales, pero especialmente tienen menos capacidad de responder ante los retos climáticos. El Plan Nacional de Restauración debería ser una de las tareas colectivas fundamentales para hacer la paz con la naturaleza y preparar la adaptación climática de los territorios ante la incertidumbre. Ojalá fuera un ejercicio impulsado de manera conjunta por el Gobierno.

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Dionisio(26240)06 de junio de 2024 - 08:04 p. m.
La vorágine, desafortunadamente aún continúa.
leunamuno(9808)06 de junio de 2024 - 12:04 p. m.
Hermosamente ilustrativa su columna. Muchas gracias.
Mario(196)05 de junio de 2024 - 08:32 p. m.
El compostaje se puede hacer a cielo abierto o en bodegas, y es fácil de mecanizar incluso de automatizar. La separación de basuras se hace desde el hogar, teniedo dos canecas de basura incluso en un edificio se puede hacer. Entre 6 a 10 semanas se tiene abono orgánico (compost) que se puede comercializar. En el campo, los de las flores, los cafeteros, los de la caña y palma entre otros, ya lo usan
Mario(196)05 de junio de 2024 - 08:17 p. m.
Muy importante reflexión. Los rellenos sanitarios son centros principales de producción de gases de efecto invernadero en las ciudades. El compostaje y la selección de desechos ha sido una actividad critica en resolver el problema. El compostaje transforma materia orgánica en suelo fértil. Los rellenos no dependen del gobierno, dependen de los alcaldes. Pueden iniciar proyectos pilotos en algunos barrios.
Atenas(06773)05 de junio de 2024 - 12:17 p. m.
Sandra, como entiendo el trasfondo de tu mensaje, dada mi condición de inversionista en el sector y q’ claro tengo el significado de la trascendencia o efecto de la fotosíntesis mediante la clorofila en la conversión de luz solar en energía pa la planta, amén de la descomposición o forma natural de proveer materia orgánica al suelo, con prudencia te sugiero: procura no incurrir en cursi ambientalismo. Porfa,”cuídate de los Idus de marzo”.Atenas.
  • Chepe(32547)05 de junio de 2024 - 08:44 p. m.
    Es un baboso
  • William(5wyub)05 de junio de 2024 - 03:00 p. m.
    Atenas, si no hay nada nuevo para tí en la columna, preocúpate por tu contribución antes que criticar lo que otros hacen o escriben.
  • jairo(20827)05 de junio de 2024 - 01:32 p. m.
    No había escuchado una persona tan modesta como usted.
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