Publicidad

El colapso de Colombia

Santiago Gamboa
26 de junio de 2021 - 05:30 a. m.

Así tituló hace poco un diario británico su artículo sobre la Colombia de hoy, lo que no pasaría de ser una más entre las historias incómodas de la prensa internacional excepto por un detalle y es que es absolutamente cierto. Colombia es un terrón de azúcar que se deshace en el agua: cada día se diluye y degrada un poco más. Un año y medio de pandemia, tres años de gobierno de Duque y 40 días seguidos de paro nacional lo demostraron. Acá los problemas no se resuelven sino que se dejan de lado y se reemplazan por otros problemas. Todo lo que puede empeorar inevitablemente empeora. El diálogo social está roto y la mayoría de la gente ya no cree en nada. Un reciente sondeo no puede ser más patético: el presidente, con una aprobación de apenas un 16 %. La imagen negativa del Congreso es casi igual a la del Eln: un 86 % versus un 88 %. La economía colapsa y el dólar vuela por los cielos. Los asesinatos de líderes sociales, desmovilizados y civiles en general —incluyendo a los manifestantes— unidos al miedo que una parte enorme de colombianos le tienen a la policía hacen que el informe de la CIDH sea, como es lógico, muy negativo.

 

Pablo(88449)27 de junio de 2021 - 11:30 p. m.
Aclamada radiografía de este país dominado por un granuja y desgobernado por un inepto, fantoche e inhábil y aceptado por un pusilánime, medroso y apocado pueblo colombiano.
carlitos(49421)27 de junio de 2021 - 02:00 a. m.
Respete a Santa Fe
Fernando(70558)27 de junio de 2021 - 12:08 a. m.
Como el estallido social provocado con insistentes medidas antipopulares al final le dio resultado a Duq' pero no en las proporciones q'esperaba, se quedó a medio camino, como el comité de paro no le hizo el juego, como los asesinatos de jóvenes tampoco provocó rechazo multitudinario, ahora montan el atentado al helicóptero y exhiben decapitados... pero nada... nada... al uribis ya no le sale nada
Alberto(3788)26 de junio de 2021 - 09:38 p. m.
Muy certero y acertado análisis. Gracias, Santiago Gamboa.
Lorenzo(2045)26 de junio de 2021 - 07:35 p. m.
Estos días escuché una ingeniosa anécdota entre escritores. Samuel Beckett recibió a Borges. Una cita concertada por terceros -editores, seguramente. Lo absurdo (beckettiano) de la ocasión hizo que este encuentro durara solo unos escasos minutos: de un lado, Borges ciego; y Beckett que casi ni hablaba. Tal encuentro fue resumido por Borges: "Aunque no lo ví, lo reconocí por su silencio".
  • Giovanni(38945)27 de junio de 2021 - 12:06 a. m.
    Excelente comentario
  • Lorenzo(2045)26 de junio de 2021 - 07:47 p. m.
    Los sicoanalistas invitan al paciente que se suelte, que se "despache". La terapia así lo prescribe: "Diga lo que se le venga a la cabeza, no se reprima": "¿Qué es más elevado para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra el piélago de calamidades? " Entre monólogo y soliloquio hay un precipicio. Colombia: del absurdo de Beckett a la ceguera de Borges.
Ver más comentarios
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar