Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      EE ADS

                                                                                                        Cursos y programas

                                                                                                          Más

                                                                                                          Blogs

                                                                                                            Especiales

                                                                                                              Descarga la App

                                                                                                                Edición Impresa

                                                                                                                  Suscripción

                                                                                                                    Eventos

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                17 de octubre de 2018 - 04:10 a. m.

                                                                                                                                La explotación de la economía naranja

                                                                                                                                Regresé a Bogotá después de vivir algunos años fuera de Colombia, y una de las cosas que más me llamó la atención fue ver a muchachos en bicicleta y chaqueta naranja amontonados frente a los restaurantes. Pregunté por ellos y un amigo hizo una apología de una empresa colombiana llamada Rappi, que había generado una innovación sin precedentes: tú descargas una aplicación, y a través de ella se le pide a alguien que haga el mandado que te dé la gana, siempre y cuando no sea ilegal.  

                                                                                                                                La verdad, sí tiene precedentes. Rappi, que inició en agosto de 2015, me parece una copia de la aplicación Glovo, que inició en Barcelona en marzo de 2015. 

                                                                                                                                Esto no fue lo que me molestó, sino en primer lugar, la impresión de que esta brillante idea creaba una capa de lacayos vestidos de anaranjado. Por supuesto, la sociedad colombiana, donde históricamente se ha normalizado el tener sirvientes a quienes se les paga una miseria, no iba a ver el tufillo a desmedido privilegio que despedía el modelo de Rappi.

                                                                                                                                Luego vi que a la empresa le llovían flores. No me extrañó que la elogiara el presidente Iván Duque, un yuppie de razonamiento simple. Me extraño más que casi todos los grandes medios de comunicación hicieran la apología de Rappi.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Un negocio como Rappi sólo puede prosperar en un país con serias fracturas laborales y económicas, como lo son Colombia -o incluso España, donde se inventó esta idea-. Por supuesto que los creadores del negocio no son responsables de dichas fracturas, ni lo son probablemente la mayoría de sus usuarios -aunque quizás sí unos pocos-, pero hay que ver de qué manera se benefician. Ya no tienen que ir al supermercado ni invertir su valioso tiempo en tareas cotidianas. Alguien cuyo tiempo vale menos, muchísimo menos, lo hará por ellos.

                                                                                                                                Esto, sin embargo, no es más que mi sensibilidad personal. Al fin y al cabo no hay nada degradante en hacerle a otra persona el mercado. Lo grave es otra cosa. Se está reemplazando lo que debería ser empleo formal por empleo informal, para beneficiar a unos inversionistas. La supuesta revolución de las "apps" está creando empresas que les permite a los socios capitalistas saltarse las leyes laborales a las que se llegó tras medio siglo de luchas sociales. 

                                                                                                                                Se habla de explotación porque los dueños de estas empresas se están enriqueciendo sobre la base de la precariedad laboral. El modelo de negocios de Rappi está basado en la dramática ausencia de empleo formal y acceso a la educación superior, así como en la enorme cantidad de inmigrantes venezolanos que están a la deriva, buscando medios de subsistencia para no caer en la miseria.  

                                                                                                                                Dirán que estas son quejas de un ingenuo mamerto que no ve en Rappi una empresa pujante, que le está dando un medio de vida a personas que de otra manera estarían en la calle. Si eso piensa usted al leer estas líneas, está cayendo en la trampa con que se justifica la explotación. Ahora que celebramos el 12 de octubre, la situación es comparable a la lógica que aplicaban los españoles sobre los indígenas durante la mita y la encomienda. Se beneficiaban desproporcionadamente de su trabajo, pero al menos los estaban catequizando y civilizando.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                En un mercado laboral funcional, que respeta al trabajador, el empleador tiene ciertas responsabilidades hacia su empleado, no es simplemente un intermediario entre el consumidor y el trabajador. ¿Los trabajadores de Rappi tienen prestaciones sociales? ¿Se les facilitan los medios para poder realizar su trabajo, como las bicicletas o las motos? ¿Tienen derecho a remuneración por accidentes laborales o incapacidades? 

                                                                                                                                Si no, ¿entonces qué tiene de valioso este modelo? Si Postobon o Bavaria no tuviera una nómina, sino que le pagara a cada empleado 50 pesos por bebida que embotellara (y que además lo hiciera invadiendo el espacio público), no creo que la empresa sería presentada como un modelo mundial de emprendimiento innovador, o al menos eso espero. ¿A los programadores de las aplicaciones de Rappi también les pagan por línea de código que escriban y no tienen prestaciones? Si ellos pueden hacer parte de la nómina de la empresa, ¿por qué los "rapitenderos" no? ¿Son acaso trabajadores de segunda categoría?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Quizás la solución es que una empresa valorada en 1.000 millones de dólares formalice a sus empleados. Ah, pero entonces no podría estar tan bien valorada. Generaría demasiados costos y no podría aprovechar la mano de obra de inmigrantes sin visa de trabajo. En suma, tendría que acogerse a las leyes laborales y el modelo perdería su atractivo. Podría incluso desaparecer, ¿y eso acaso a quién beneficia? ¿No es preferible que una persona tenga trabajo sin prestaciones sociales a que no tenga trabajo? 

                                                                                                                                Hay que hacerse muy seriamente la pregunta de si esta fórmula del "microemprendedor" no está enmascarando un fraude laboral.

                                                                                                                                Los esquemas empresariales que se aprovechan de la subcontratación, la irregularidad, la precariedad económica y la ausencia de seguridad social no deberían aplaudirse como logros de un país, sino como señales de alerta de que algo en él anda muy mal.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Vuelvo entonces a mi punto inicial: es explotación pura y dura, así esté lustrada por un barniz de neologismos y anglicismos ("app", "startup", "economía naranja", "microemprendedor"). Si quieren aplaudirlo, adelante, pero no se engañen, en un país con una estructura laboral funcional uno no podría pedirle, sin vergüenza, al migrante de un país vecino llevado por la miseria o a un desempleado, que haga un mandado a cambio de pagarle un dólar o dos... y rápido. 

                                                                                                                                Twitter: @santiagovillach

                                                                                                                                Regresé a Bogotá después de vivir algunos años fuera de Colombia, y una de las cosas que más me llamó la atención fue ver a muchachos en bicicleta y chaqueta naranja amontonados frente a los restaurantes. Pregunté por ellos y un amigo hizo una apología de una empresa colombiana llamada Rappi, que había generado una innovación sin precedentes: tú descargas una aplicación, y a través de ella se le pide a alguien que haga el mandado que te dé la gana, siempre y cuando no sea ilegal.  

                                                                                                                                La verdad, sí tiene precedentes. Rappi, que inició en agosto de 2015, me parece una copia de la aplicación Glovo, que inició en Barcelona en marzo de 2015. 

                                                                                                                                Esto no fue lo que me molestó, sino en primer lugar, la impresión de que esta brillante idea creaba una capa de lacayos vestidos de anaranjado. Por supuesto, la sociedad colombiana, donde históricamente se ha normalizado el tener sirvientes a quienes se les paga una miseria, no iba a ver el tufillo a desmedido privilegio que despedía el modelo de Rappi.

                                                                                                                                Luego vi que a la empresa le llovían flores. No me extrañó que la elogiara el presidente Iván Duque, un yuppie de razonamiento simple. Me extraño más que casi todos los grandes medios de comunicación hicieran la apología de Rappi.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Un negocio como Rappi sólo puede prosperar en un país con serias fracturas laborales y económicas, como lo son Colombia -o incluso España, donde se inventó esta idea-. Por supuesto que los creadores del negocio no son responsables de dichas fracturas, ni lo son probablemente la mayoría de sus usuarios -aunque quizás sí unos pocos-, pero hay que ver de qué manera se benefician. Ya no tienen que ir al supermercado ni invertir su valioso tiempo en tareas cotidianas. Alguien cuyo tiempo vale menos, muchísimo menos, lo hará por ellos.

                                                                                                                                Esto, sin embargo, no es más que mi sensibilidad personal. Al fin y al cabo no hay nada degradante en hacerle a otra persona el mercado. Lo grave es otra cosa. Se está reemplazando lo que debería ser empleo formal por empleo informal, para beneficiar a unos inversionistas. La supuesta revolución de las "apps" está creando empresas que les permite a los socios capitalistas saltarse las leyes laborales a las que se llegó tras medio siglo de luchas sociales. 

                                                                                                                                Se habla de explotación porque los dueños de estas empresas se están enriqueciendo sobre la base de la precariedad laboral. El modelo de negocios de Rappi está basado en la dramática ausencia de empleo formal y acceso a la educación superior, así como en la enorme cantidad de inmigrantes venezolanos que están a la deriva, buscando medios de subsistencia para no caer en la miseria.  

                                                                                                                                Dirán que estas son quejas de un ingenuo mamerto que no ve en Rappi una empresa pujante, que le está dando un medio de vida a personas que de otra manera estarían en la calle. Si eso piensa usted al leer estas líneas, está cayendo en la trampa con que se justifica la explotación. Ahora que celebramos el 12 de octubre, la situación es comparable a la lógica que aplicaban los españoles sobre los indígenas durante la mita y la encomienda. Se beneficiaban desproporcionadamente de su trabajo, pero al menos los estaban catequizando y civilizando.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                En un mercado laboral funcional, que respeta al trabajador, el empleador tiene ciertas responsabilidades hacia su empleado, no es simplemente un intermediario entre el consumidor y el trabajador. ¿Los trabajadores de Rappi tienen prestaciones sociales? ¿Se les facilitan los medios para poder realizar su trabajo, como las bicicletas o las motos? ¿Tienen derecho a remuneración por accidentes laborales o incapacidades? 

                                                                                                                                Si no, ¿entonces qué tiene de valioso este modelo? Si Postobon o Bavaria no tuviera una nómina, sino que le pagara a cada empleado 50 pesos por bebida que embotellara (y que además lo hiciera invadiendo el espacio público), no creo que la empresa sería presentada como un modelo mundial de emprendimiento innovador, o al menos eso espero. ¿A los programadores de las aplicaciones de Rappi también les pagan por línea de código que escriban y no tienen prestaciones? Si ellos pueden hacer parte de la nómina de la empresa, ¿por qué los "rapitenderos" no? ¿Son acaso trabajadores de segunda categoría?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Quizás la solución es que una empresa valorada en 1.000 millones de dólares formalice a sus empleados. Ah, pero entonces no podría estar tan bien valorada. Generaría demasiados costos y no podría aprovechar la mano de obra de inmigrantes sin visa de trabajo. En suma, tendría que acogerse a las leyes laborales y el modelo perdería su atractivo. Podría incluso desaparecer, ¿y eso acaso a quién beneficia? ¿No es preferible que una persona tenga trabajo sin prestaciones sociales a que no tenga trabajo? 

                                                                                                                                Hay que hacerse muy seriamente la pregunta de si esta fórmula del "microemprendedor" no está enmascarando un fraude laboral.

                                                                                                                                Los esquemas empresariales que se aprovechan de la subcontratación, la irregularidad, la precariedad económica y la ausencia de seguridad social no deberían aplaudirse como logros de un país, sino como señales de alerta de que algo en él anda muy mal.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Vuelvo entonces a mi punto inicial: es explotación pura y dura, así esté lustrada por un barniz de neologismos y anglicismos ("app", "startup", "economía naranja", "microemprendedor"). Si quieren aplaudirlo, adelante, pero no se engañen, en un país con una estructura laboral funcional uno no podría pedirle, sin vergüenza, al migrante de un país vecino llevado por la miseria o a un desempleado, que haga un mandado a cambio de pagarle un dólar o dos... y rápido. 

                                                                                                                                Twitter: @santiagovillach

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar