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Aunque la leyenda de que Nerón quemó a Roma, o que mientras ardía él tocaba la lira, fue un invento de los cristianos perseguidos por Nerón —así como la fake news de que los cristianos fueron los pirómanos la introdujo Nerón para desprestigiarlos—. Sí es un hecho que Trump, el Nerón de Estados Unidos, el fin de semana pasado veía a su país arder mientras él ganaba un campeonato de golf amañado.
Es una pregunta abierta si el caos en los mercados que Trump ha causado es también una estrategia para amañarlos, y favorecer a quienes con información privilegiada vendieron en corto las acciones que más cayeron, como las de Apple. En efecto, durante esta agitada semana, los que más ganaron fueron los inversionistas que aplicaron dicha estrategia. Aunque raya con la teoría de la conspiración, es lo único que explica la autodestructiva maniobra de Trump, más allá de estupidez e ignorancia llanas.
Los golpes simultáneos a las relaciones internacionales, la economía, las agencias de inteligencia, el sistema judicial y la separación de poderes en Estados Unidos son detonaciones en los cimientos del poder estadounidense que sus rivales en el mundo celebran. Lo único que Trump por lo pronto está dejando en pie es el poderío militar, que parece se utilizará para atacar a sus aliados. Las invasiones de Groenlandia y Panamá ya están anunciadas. La de Canadá se ha sugerido.
Aunque los estadounidenses han respondido a los delirios de un partido de gobierno que no tiene ninguna importancia, sino que está sujeto a los caprichos del grupúsculo de cultistas políticos MAGA, con el líder supremo Trump a la cabeza, los actos de resistencia han sido abismalmente modestos en comparación con la amenaza que enfrentan.
El sábado hubo marchas en varias ciudades de Estados Unidos, pero, aunque los líderes demócratas que echaron discursos al pie del Monumento a Washington, en el corazón de la capital, dijeron que habían asistido más de 100.000 personas en las protestas del D. C., al estar allí pensaría que asistieron menos de 50.000. Si acaso 30.000. Aunque estoy suscrito a varios servicios de anuncios en mi correo electrónico para enterarme de estas marchas a tiempo, sólo supe de esta el día anterior. Varios periodistas se quejaron de lo mismo. Falta organización, falta motivación, falta consciencia.
Dado que la principal preocupación política del americano promedio es su bolsillo, y no los ideales democráticos, el sistema de alianzas internacionales o los derechos humanos de sus conciudadanos y de los inmigrantes que sostienen la economía, será interesante observar qué sucede cuando el tsunami de inflación que traen las tarifas arrase con las finanzas de la mayoría de los hogares de un país donde menos del 50 % de los habitantes tiene ahorrados más de 1.000 dólares.
Por su magnitud, es imposible prever los múltiples efectos en cadena de alzas de precios que generarán los aranceles Trump. Pensemos por poner un ejemplo en los parques de atracciones, ahora que vienen las vacaciones de verano. ¿Cuánto aumentarán las boletas y servicios de parques cuyas máquinas, restaurantes y tiendas de souvenirs vienen de China, Brasil, México y Vietnam, por nombrar sólo tres países que exportan maquinaria, manufacturas, carnes, vegetales y comida de mar baratos?
Quizás el golpe de muerte a su sagrada billetera sea el campanazo para que este adormecido pueblo despierte.
