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El presidente Petro nos llamó urgente a su despacho: Tías, este martes Viqui Dávila lanza su candidatura por televisión y nos toca sacar algo que le opaque el vitrinazo.
Armandosky -continuó Tavo señalando con la boca a Benedetti- propone que trasmitamos en vivo el consejo de ministros, que va a estar de infarto porque lo voy a presentar como jefe de gabinete.
Nos parece una provocación, Tavo -dijo Tola, que no se traga a don Armando-. Nosotras proponemos una cosa más suave, que no polarice… diga usté un concierto de Residente.
No tías -insistió Petro-, necesitamos un programa de choque, que siembre a la gente frente al aparato y no deje que se pasen pa la entrevista de la “Mona Candela”.
¿Estamos hablando de cuánta duración, Gustavo? -dije yo dándomelas de produtora ejecutiva. Serían unas 6 horas, tía -contestó Petro sin inmutarse. ¿Seis? -preguntó Tola asustada-. Eso da pa serie.
Tienen que ser seguidas, tía -metió la cucharada la Sarabiada-, y sin comerciales… no podemos dar papaya que la gente se pase pal publirreportaje de la peliteñida de Buga.
Pero es que un libreto de 6 horas resulta más largo que el proceso de Uribe, y Tavo tendría que hablar demasiada paja -dijo Tola-. No problem tía, yo les ayudo con el guión -dijo Bolívar mientras miraba con embeleso a Petro.
¿Y quién se va a encargar del vestuario? -preguntó Tola-, porque supongo que al presidente le gustaría salir con la sotana del cura Camilo y el sombrero de Pizarro.
No tía, yo quiero una cosa muy natural -dijo Tavo-, si mucho le pedimos a Nerú que le maquille las ojeras al ministro de Comercio y que le ponga una faja a Francia.
A mí sí me parece que sería bueno que alguno salga disfrazado, pues eso nos daría réitin -dijo Augusto Rodríguez-. Propongo que Benedetti se vista de Papá Pitufo.
No, no señores, no podemos volver la cosa un circo -dijo Petro imponiendo orden-. Sí vamos a meter algo de humor, pero de eso me encargo yo cuando regañe al ministro de Educación por llegar tarde.
Creo que también debería contener drama -intervino Susana Muhamad-. Yo podría hacer pucheros cuando diga que no aguanto estar en la misma mesa con el macho Benedetti. Y si quieren me paro y me salgo, pa darle emoción.
Presidente -pidió la palabra Bolívar-, toda historia necesita un amor, y si no es correspondido, mejor, porque carga conflicto… si usté quiere yo me encargo de eso, mor.
¿Y quién haría de mala? -preguntó Francia-. Porque ese papel le quedaría al pelo a la Sarabia, que es más cizañera que Íngrid Betancur y Katy Miranda y Caty Juvinao juntas.
Les recuerdo que toda historia debe llevar un secreto -comentó Bolívar. De eso se encarga Benedetti -dijo Tola-, que es el único que sabe a qué le tiene miedo Petro.
Señores, el maestro del suspense, don Alfredo Hitchcock, decía que toda película de intriga que se respete ha de incluir una muerte. ¡Se las tengo! -brincó el ministro de Defensa-… la Paz Total.
Un relato requiere misterio -opinó Jorge Rojas- y ese rol es pa Benedetti: que se quede en silencio las 6 horas y escriba quién sabe qué en una libreta… el televidente estará clavado en su asiento a la espera de que estalle y diga ¡nos vamos todos pa la cárcel!
Faltaría un ingrediente que no puede fallar en una novela -dijo Alexander- y hablo del sexo… pero lo veo difícil porque nada más antierótico que un consejo de ministros.
Payola: hoy hace 35 años, en una fiesta de periodistas en su día, Tola y Maruja se pararon por primera vez en un escenario. Y van a volver las cuchas, recargadas
Pobre Gaza, lo que aún le espera…
