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Señor presidente Gustavo Petro, que hace el oso con el golpe blando. Señores ecologistas que defienden el ambiente cual tigres. Señores legisladores que son tan abejas y meten micos en las leyes y duermen como lirones en los debates. Distinguidos lagartos y lagartas…
Pa Tola y Maruja es un honor participar en este evento como representantas de una especie en vía de estinción: las parejas humorísticas como Emeterio y Felipe, Los Marinillos, Rodolfo y Marelen…
Vemos en este recinto delegados ambientales con zapatos y correas de cuero de vaca, líderes con maletines de piel de cocodrilo y al representante de Antioquia con un carriel de nutria.
La caridá empieza por casa, queridos ambientalistas: ¿por qué en estos encuentros le ponen a los conferencistas botellas plásticas de agua? ¿Por qué no rellenan sus propios termos con agua de la canilla? Doble moral.
La pobre Tierra se dirige a un punto de no retorno con el clima cambiático y el recalentamiento global muestra imágenes pocalíticas de pingüinos en pantaloneta y osos polares de gafas oscuras.
En los ríos de Colombia no se ve un pato ni pa remedio y el almuerzo típico de algunos pueblos ribereños es el bagre al mercurio y el bocachico a las finas partículas.
Nosotras, que cuando sardinas nadamos y pescamos sabaletas en el viejo río Medellín, lloramos cada vez que lo vemos: un vertedero a cielo abierto con colchones durmiendo en la orilla.
El pobre río Medellín es un ejemplo moriente de la codicia humana: lo canalizaron pa evitar que corriera libre por sus curvas y así poder urbanizar sus riberas pa vender.
Todos podemos contribuir cotidianamente pa defender la naturaleza: no soltar basura en la calle (en cada desagüe empieza el mar), no tirar cuzcas con filtro al suelo, no dejar luces prendidas sin motivo, poner un balde pa recoger el agua de la ducha mientras la graduamos.
En las fiestas de las casas no hay necesidá de estar vaciando el inodoro con cada orinada de los invitaos. Cada dos o tres desocupadas de vejiga está bien soltar la cisterna.
Cuando Tola y yo vemos películas sufrimos mucho si los personajes dejan abierta la llave del lavamanos mientras cepillan sus muelas o el grifo del lavaplatos mientras estregan los trastos.
Respetados representantes del ambientalismo mundial, un error que cometemos es poner a hervir agua y desentendernos del fogón y pegarnos del cedular, y el agua se evapora y gastamos gas o eletricidá pendejamente.
Invitamos a los compañeros petristas que participan en las marchas que convoca el señor presidente que cuando les den el refrigerio no lo reciban si viene servido en icopor.
Carguen pocillo pa que les sirvan el café en las cafeterías y evitemos el montonón de vasos desechables. Juan Valdés hace un descuento cuando uno lleva la vasija.
Cuando sus mascotas hagan las necesidades no usen bolsa plástica pa recoger el popó, pues se demora años pa descomponerse, usen chuspas de papel o las hojas del periódico. Por eso es bueno suscribirse a la edición impresa de El Espectador.
Ya pa terminar felicitamos al expresidente Duque pues resultó un gran animalista que trajo el Pegasus a Colombia pa cruzalo con una yegua del dotor Uribe y tener crías criollas.
No nos podemos despedir sin abrazar a las familias y amigos de los líderes ambientales asesinados por las mafias de la madera y la minería ilegal. Muchas gracias a ellos.
Grafitis: Colombia, potencia mundial en diversidad de grupos armados.
Ñapa: Parte el alma ver en las afueras del COP16 al periodista Luis Carlos Vélez vendiendo cholaos. Telepacífico le debería dedicar una nota.
Ñapita: ¿Es cierto el rumor que la ministra de Ambiente usa ropa interior 50 % lycra? Doble moral.
¡Ay, Gaza!
