Hoy le dimos al presidente Petro un desayuno requintao que le añorara su infancia en Ciénaga de Oro: arepaegüevo, yuca con suero, sorullitos de maíz, regañonas, patacón con queso costeño…
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Hoy le dimos al presidente Petro un desayuno requintao que le añorara su infancia en Ciénaga de Oro: arepaegüevo, yuca con suero, sorullitos de maíz, regañonas, patacón con queso costeño…
La idea era picale la lengua pa que nos contara el merequetengue que se armó por un video donde aparece muy sí señor con trolempa vieja en una calle de Panamá.
El berriondo video es muy borroso, pero la guayabera, la cachucha y el caminao…aparte de que lo siguen tres guardaespaldas… hummm.
Ustedes dirán que respetemos su intimidá, pero él mismo creció el escándalo con un trino en tuiter (sí, le seguimos diciendo tuiter aunque el sorombático de Elon diga que X) donde aclaró que él es heterosesual.
Tavo -le dijo Tola pasándole carimañolas-, vos tenés derecho a tu vida privada, pero nos preocupa que en ese afán tuyo por el Cambio te dé por cambiar de primera dama.
Tías, la intimidad es la “última ratio” de la libertad -dijo Petro, que cuando quiere embolatar un tema habla en latín-, la última trinchera del ser libre… en resumidas cuentas: dejen de ser metidas.
Un momentico Tavo: Excusatiao non petita, acussatio manifesta -le contestó Tola, que cuando le sacan la rabia habla latín sin acento-. ¿Quién te preguntó si eras heterosesual o homo o bi o trans?
¿Conseguites “mossad”? -pregunté yo en hebreo-. Confesá tranquilo Tavo, que veritas liberabit vos, y al fin y al cabo errare humanum est… vos tenés derecho a vivir sabroso y que la oposición codus morderi.
Además Tavo -apoyé yo-, el derecho al chisme es un derecho fundamental, del libre desarrollo de la personalidá, y un mandatario debe procurar la felicidá de su pueblo y nuestra dicha es el chisme. A los colombianos no nos interesa la tal costituyente sino quién sale de “La casa de los famosos”.
Gustavo nos miró como sapo en tomatera, mordió un quibe, se mandó un sorbo de jugo de níspero y nos cambió de tema: Tías, cómo les parece pues la selección Colombia.
Me encanta el fútbol, tías: yo era feliz jugando picaítos en las calles de Zipaquirá, cuando poníamos dos piedras de portería y un equipo se quitaba la camisa.
Después del pico-monto, los dos mejores jugadores iban escogiendo sus equipos y dejaban de últimos a los más troncos. El dueño del balón tenía que quedar en el equipo del crack y al más mocho lo ponían de arquero, para que lo fusilaran.
No había árbitros y las faltas se pitaban a los gritos y eran penal si el raspón lo ameritaba. Los partidos duraban quince o veinte goles, o hasta que las mamáes hacían entrar a los hijos a que hicieran las tareas.
A mí antes sí me gustaba el fúrbol -dijo Tola-, cuando mi marido Ananías me llevaba al estadio a ver jugar al DIM y si hacían gol él me abrazaba… Eran los únicos abrazos que le nacían.
Perucho también era hincha del Poderoso -dije yo-, y me invitaba al “clásico de la montaña”, pero me hacía poner la camiseta del Nacional pa tener a quien insultar sin correr peligro.
Pero no desviemos la conversa -dijo Tola-. Tavo, esa tal costituyente debería tener que todos los matrimonios en Colombia puedan ser pareja abierta, pa Maruja y yo poder ser pareja.
¡Tías, no charlen tan pesado! ¿Ustedes quieren ser pareja? Sí, pero no pareja de cama sino pa vivir juntas y compartir gastos, sin nada de secso, como un matrimonio normal…
Ñapa: Cristo: la constituyente es inviable. Anticristo: la constituyente es viable.
Ñapita: El mármol en el que Petro escribió que NO haría constituyente era de icopor.
¡Gaza!
Payola: ¿Se van a perder pendejamente la última función de “Tola y Maruja por el güeco”? Boletas: www.galeriacafelibro.com.co