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Tola y yo estamos muy pensionadas con la salida del ministro Ricardo Bonilla, o dotor Bonsái, como le decimos cariñosamente, porque nos güele que seguimos nosotras.
Ayer hablamos con el presidente y le dijimos que había hecho el oso yendo a condecorar a don Pepe Mujica, que no sabía el pobre viejo dónde escondese viendo a Petro desenrollar una banderota… haga de cuenta un vendedor de retazos puerta a puerta.
En el video se ve a Laurita medio abochornada y como diciéndole: Gustavo Francisco, cuál es la culequera tuya de andar pa arriba y pa abajo con esa berrionda bandera del M-19. ¿Será que la cargás por si se arma un picnic?
Y qué pena con don Pepe, esa tal Cruz de Boyacá que se la han colgao a políticos ladrones y a generales falsopositiveros… Ya que estás cambiando hasta el escudo, aprovechá Tavo y cambiá el nombre de la cruz.
Qué dirían los mamertos si Uribe hubiera condecorao a… supongamos Martinelli, la joyita expresidente de Panamá, y que hubiera desdoblao una bandera del Centro Democrático.
Un momentico tías -brincó Petro con los ojos más brotaos todavía-, no es lo mismo un personaje como don Pepe, la decencia en pasta, que salió de la presidencia tan pobre como llegó, que un bandido como Martinelli.
No es lo mismo pero es lo mismo -le dijo Tola muy seria- …el mismo ridículo. No fregués, Tavo, cogé oficio… Si querés ser un líder mundial aguardate a terminar tu período, esperate a dar la talla.
Lo único bueno de tu viaje adonde don Pepe fue que pudimos ver su casa tan humilde, con paredes desconchadas y con goteras… Se ve que él y su mujer Lucía ya no quieren saber más de trabajadores.
De los presidentes colombianos que salieron pobres de la presidencia recordamos con pesar a don Marco Fidel Suárez, nuestro paisano de Bello, que tuvo que empeñar el sueldo de presidente pa traer los restos de su hijo muerto en Nueva Yor de gripa española.
Cuentan que después de renunciar por la cruel oposición del monstruo Lauriano Gómez, que lo acusó de indigno por mostrar su pobreza, se veía a don Marco Fidel en las librerías de usaos vendiendo los libros de su biblioteca.
Ole Tavo -le dijo Tola sirviéndole una tisana de limoncillo-, qué pecao del dotor Bonilla rumbalo del trabajo en pleno diciembre, a escasos días de empezar los aguinaldos.
¿Quién le va a dar coloca a estas alturas, por Dios? Tranquilas, tías -dijo Petro-, ya le conseguí empleo a Bonillita: será el Niño Jesús en el pesebre de Palacio.
Oítes Tavo, siendo que vos sos quizque “el cambio”, ¿por qué no hacés un cambio bien galleta y ponés de ministra de Hacienda una madre cabeza de familia que gane el mínimo y con dos hijos estudiando?
Esa señora sí sabe lo que es hacer rendir un güevo pa tres, picándole repollo. Necesitamos una ministra que sepa de microeconomía, que logre que el cilantro vuelva a ser la ñapa.
Lo único que te pedimos Gustavo Francisco es que por ningún motivo salgás de Laura Sarabiada, que es la única que se atreve a regañate y te dice “ojibrotao”.
Les voy a confesar la verdad de por qué eché a Bonilla -nos dijo Petro pasito-: se puso a decir que “no cometió delitos sino errores” y esa frase es del expresidente Uribe y nos podemos meter en un lío de derechos de autor.
A propósito de eso, Tavo, te tenemos una propuesta: ¿qué tal una reforma judicial que cambie el Código Penal por Código de Errores? El Congreso te la aprobaría por unanimidá… hasta sobrarían votos.
Grafitis: Bonilla no comió natilla.
Ñapa: un presidente que llegó a la presidencia pobre de ideas y salió más pobre todavía fue Iván Duque.
Ay, Gaza.