El 6 de marzo próximo, Gabriel García Márquez hubiese cumplido 91 años. Algunas circunstancias que rodearon su nacimiento merecerían un tratamiento más minucioso por parte de sus biógrafos. De ese tema se ocupa un libro de crónicas, tan certero como divertido, del aplicado investigador guajiro Freddy González Zubiría. El libro se llama Los dos nacimientos de García Márquez y otras historias a doble cerrojo y será presentado este mes de marzo en varias ciudades del Caribe colombiano.
Es sabido que una vez celebrado el matrimonio entre Luisa Santiaga Márquez Iguarán y Gabriel García en Santa Marta en 1926, los futuros padres del escritor se trasladan a Riohacha a pasar su luna de miel y a establecerse en esa ciudad en donde el flamante esposo se desempeñaría como telegrafista. Una vez embarcados en la goleta de Riohacha navegaron por un mar desapacible hasta llegar a dicha ciudad el 12 de junio de ese año. Por un tiempo aproximado de 15 días se alojaron en la casa de la familia Márquez Iguarán, en donde se consumó el matrimonio.
Pronto Luisa Santiaga quedó encinta y la feliz noticia permitió la reconciliación entre el coronel liberal Nicolás Márquez y su yerno conservador Gabriel Eligio García. El propio Gerald Martin sostuvo que, con ocho meses de embarazo y mareada por la navegación, Luisa Santiaga Márquez regresó a Aracataca y dio a luz al escritor el 6 de marzo de 1927.
La versión del nacimiento en Aracataca, afirma González Zubiría, siempre fue controvertida por dos grandes amigas y contemporáneas de Luisa Santiaga Márquez, las damas riohacheras Mariana Gómez y María de los Remedios Henríquez.
Ellas sostuvieron hasta el día de su muerte que el niño fue recibido en Riohacha por la partera Baldomera Móvil. Era inimaginable que una mujer con un embarazo tan avanzado fuese expuesta a los riesgos de la navegación en mares tempestuosos. Lo acostumbrado era que alguna de las mujeres de su familia la acompañasen en el parto.
González recupera una nota de la sección social del periódico El Estado, impreso en Santa Marta, que anunciaba el 10 de junio de 1927 el retorno desde Riohacha de doña Tranquilina Iguarán, madre de Luisa Santiaga, justo a los 96 días del nacimiento de su nieto, tiempo establecido para que una parturienta requiriese de cuidados y observase la tradicional dieta.
La deleitable crónica de González Zubiría podrá hacer detener un poco más a los futuros biógrafos de Gabo en el período comprendido entre febrero y junio de 1927 que rodea su nacimiento. También esperamos que su publicación no sea motivo de resentimientos entre cataqueros y riohacheros.
Nadie mejor para dirimir el asunto que el propio Gabo, quien para referirse a Riohacha dijo: “La ciudad de arena y sal donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos, donde mi abuela vio a la Virgen de los Remedios apagar el horno con un soplo helado cuando el pan estaba a punto de quemársele, donde mi abuelo hizo sus guerras y sufrió prisión por un delito de amor, y donde fui concebido en la luna de miel de mis padres”.
El 6 de marzo próximo, Gabriel García Márquez hubiese cumplido 91 años. Algunas circunstancias que rodearon su nacimiento merecerían un tratamiento más minucioso por parte de sus biógrafos. De ese tema se ocupa un libro de crónicas, tan certero como divertido, del aplicado investigador guajiro Freddy González Zubiría. El libro se llama Los dos nacimientos de García Márquez y otras historias a doble cerrojo y será presentado este mes de marzo en varias ciudades del Caribe colombiano.
Es sabido que una vez celebrado el matrimonio entre Luisa Santiaga Márquez Iguarán y Gabriel García en Santa Marta en 1926, los futuros padres del escritor se trasladan a Riohacha a pasar su luna de miel y a establecerse en esa ciudad en donde el flamante esposo se desempeñaría como telegrafista. Una vez embarcados en la goleta de Riohacha navegaron por un mar desapacible hasta llegar a dicha ciudad el 12 de junio de ese año. Por un tiempo aproximado de 15 días se alojaron en la casa de la familia Márquez Iguarán, en donde se consumó el matrimonio.
Pronto Luisa Santiaga quedó encinta y la feliz noticia permitió la reconciliación entre el coronel liberal Nicolás Márquez y su yerno conservador Gabriel Eligio García. El propio Gerald Martin sostuvo que, con ocho meses de embarazo y mareada por la navegación, Luisa Santiaga Márquez regresó a Aracataca y dio a luz al escritor el 6 de marzo de 1927.
La versión del nacimiento en Aracataca, afirma González Zubiría, siempre fue controvertida por dos grandes amigas y contemporáneas de Luisa Santiaga Márquez, las damas riohacheras Mariana Gómez y María de los Remedios Henríquez.
Ellas sostuvieron hasta el día de su muerte que el niño fue recibido en Riohacha por la partera Baldomera Móvil. Era inimaginable que una mujer con un embarazo tan avanzado fuese expuesta a los riesgos de la navegación en mares tempestuosos. Lo acostumbrado era que alguna de las mujeres de su familia la acompañasen en el parto.
González recupera una nota de la sección social del periódico El Estado, impreso en Santa Marta, que anunciaba el 10 de junio de 1927 el retorno desde Riohacha de doña Tranquilina Iguarán, madre de Luisa Santiaga, justo a los 96 días del nacimiento de su nieto, tiempo establecido para que una parturienta requiriese de cuidados y observase la tradicional dieta.
La deleitable crónica de González Zubiría podrá hacer detener un poco más a los futuros biógrafos de Gabo en el período comprendido entre febrero y junio de 1927 que rodea su nacimiento. También esperamos que su publicación no sea motivo de resentimientos entre cataqueros y riohacheros.
Nadie mejor para dirimir el asunto que el propio Gabo, quien para referirse a Riohacha dijo: “La ciudad de arena y sal donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos, donde mi abuela vio a la Virgen de los Remedios apagar el horno con un soplo helado cuando el pan estaba a punto de quemársele, donde mi abuelo hizo sus guerras y sufrió prisión por un delito de amor, y donde fui concebido en la luna de miel de mis padres”.