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El pasado jueves se dieron a conocer los resultados de un extenso diálogo nacional en el que participaron más de cinco mil ciudadanos de todas las regiones del país. No se trataba de rápidas encuestas del momento sino de un diálogo en profundidad que se inició en agosto del 2021. Este proceso contó con el respaldo de seis prestigiosas universidades públicas y privadas, la Fundación Ideas para la Paz y el Grupo Sura. Como resultado de estas conversaciones se obtuvieron seis mandatos ciudadanos para pensar el futuro de Colombia.
Estos mandatos comprenden: hacer un nuevo pacto por la educación; cambiar la política y eliminar la corrupción; transformar la sociedad a través de la cultura; cuidar la biodiversidad y la diversidad cultural; construir confianza en lo público y proteger la paz y la constitución vistas como un horizonte compartido. La educación es percibida como uno de los principales instrumentos para lograr un país más equitativo si se pone en el centro la formación para el ejercicio de la ciudadanía. Los ciudadanos ven la política como un medio para garantizar los derechos, pero ven en las prácticas de corrupción el obstáculo principal para ello. Creen que hay que cambiar la cultura de la viveza y aumentar las capacidades de los colombianos en su formación ciudadana. Los participantes desean transformar la sociedad a través de la cultura para que se respeten las ideas políticas y el temor a ser asesinados. Ellos esperan que esta transformación debe permitirnos dejar atrás la violencia y el miedo.
La mayoría de quienes conversaron creen que hay que cuidar la biodiversidad y también su diversidad cultural pues ambas están entrelazadas. Son parte de los activos del país y contribuyen a configurar su identidad. El análisis de los diálogos muestra que hay una profunda desconfianza en lo público. Los niveles más altos de desconfianza se tienen en relación con el congreso, la propia Presidencia y otros actores y escenarios políticos. Ello contrasta con la alta confianza que generan la academia, las organizaciones sociales y los jóvenes. Si estos últimos acompañan las transformaciones estos procesos podrán ganar una mayor confianza entre los ciudadanos.
Los dialogantes consideraron que la paz y la Constitución deben ser protegidas como un horizonte compartido. Están convencidos de que el cumplimiento de los acuerdos de paz garantiza la convivencia y la seguridad. Cuidar la Constitución garantiza para ellos libertad, democracia, participación y justicia. Piensan que nuestra carta magna fue bien diseñada y si se lleva al pie de la letra Colombia será un buen país.
Al mirar las emociones expresadas en los diálogos se puede observar que la mayoría de los colombianos se encuentran más tristes que enojados. Muchas conversaciones se realizaron mientras se desarrollaba la pandemia y ocurrían las protestas sociales. A pesar de ello la ira no es la emoción dominante ni tampoco la desesperanza.
Este informe es oportuno para todos los colombianos y puede ser un insumo significativo para quienes participan en la campaña a la Presidencia si le otorgan la importancia debida. Quizás no contenga grandes revelaciones, pero nos muestra que esperan los colombianos del futuro, que desean cambiar, que quieren mantener y que anhelan mejorar en la república en que viven. Al mismo tiempo que desean cambios y eliminar las prácticas corruptas de los políticos aspiran a preservar las instituciones y hacer que funciones como deberían funcionar.