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                                                                                                                                A las puertas de la mitología

                                                                                                                                Alguna vez le pregunté a García Márquez si no había sido muy difícil ese momento en que buena parte de la intelectualidad latinoamericana rompió con la Revolución cubana, y sólo él y unos pocos siguieron siendo sus amigos.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Los gobiernos de Estados Unidos, que compraron la Florida y se robaron a México, que se apoderaron de Puerto Rico y separaron a Panamá, se habrían anexionado con gusto la hermosa isla de Cuba si ésta no hubiera sido siempre tan irreductible en su rebeldía y tan firme en su resistencia.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                La mejor manera de admirar, de respetar y honrar a los Estados Unidos, es temerles, y no llamarse a engaños sobre ellos. Para ellos somos otro mundo: materias primas, selva elemental, inmigrantes, gobiernos que se sometan y firmen sin demasiadas condiciones los contratos. Y aquí nadie los ama tanto como los que se benefician de esos contratos.

                                                                                                                                Muchos medios del continente han hecho un gran esfuerzo por convertir a los contradictores de Estados Unidos en los grandes equivocados. Lo han intentado con Cuba y más recientemente con Venezuela, hasta el punto de que sus elecciones victoriosas son elecciones siempre sospechosas. No importa que en Colombia compren votos o arreen electorados bajo promesas o amenazas: esta democracia nunca está bajo sospecha. No importa que los paramilitares produzcan en diez años doscientos mil muertos en masacres bajo todas las formas de atrocidad: la democracia colombiana sigue siendo ejemplar, porque los poderes de la plutocracia siguen al mando. Pero si alguien es enemigo, no de los Estados Unidos sino de los abusos del imperialismo, eso lo hace reo de indignidad.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Un amigo me decía hace poco que un hombre que se hace reelegir tres veces es enemigo de la libertad. No comparto esa idea restringida de la democracia. La reina Isabel de Inglaterra, que no fue elegida por nadie, lleva sesenta años, es decir, para nosotros, toda la historia universal, como soberana de su tierra, y no veo a nadie protestando contra ese abuso. En Colombia llevamos doscientos años reeligiendo al mismo tipo con caras distintas pero con exactamente la misma política. El único un poco distinto era Álvaro Uribe, sólo porque era un poco peor. Pero el problema no son los hombres sino las ideas que gobiernan, y a Colombia la gobiernan las mismas ideas desde las lunas del siglo XIX, y la consecuencia catastrófica se ve por todas partes.

                                                                                                                                Si fuera necesario convocar a nuevas elecciones, lo más probable es que las mayorías chavistas sean más grandes aún que en las elecciones pasadas, que ya se celebraron sin su presencia.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y tal vez nos será dado asistir al paso de Chávez de la historia a la mitología, a la novelesca mitología latinoamericana, de la que forman parte por igual María Lionza y José Gregorio Hernández, Rubén Darío y José Martí, Carlos Gardel y Eva Perón, Martín Fierro y Jorge Eliécer Gaitán, Simón Bolívar y Túpac Amaru, Frida Kahlo y Pablo Neruda, Eloy Alfaro y Salvador Allende, el Che Guevara y Emiliano Zapata, Vargas Vila y Jorge Luis Borges, Benito Juárez y Morazán, Pedro Páramo y Aureliano Buendía.

                                                                                                                                Una mitología de la que hoy tal vez sólo tenemos vivos a Fidel Castro y a Gabriel García Márquez.

                                                                                                                                Alguna vez le pregunté a García Márquez si no había sido muy difícil ese momento en que buena parte de la intelectualidad latinoamericana rompió con la Revolución cubana, y sólo él y unos pocos siguieron siendo sus amigos.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Los gobiernos de Estados Unidos, que compraron la Florida y se robaron a México, que se apoderaron de Puerto Rico y separaron a Panamá, se habrían anexionado con gusto la hermosa isla de Cuba si ésta no hubiera sido siempre tan irreductible en su rebeldía y tan firme en su resistencia.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                La mejor manera de admirar, de respetar y honrar a los Estados Unidos, es temerles, y no llamarse a engaños sobre ellos. Para ellos somos otro mundo: materias primas, selva elemental, inmigrantes, gobiernos que se sometan y firmen sin demasiadas condiciones los contratos. Y aquí nadie los ama tanto como los que se benefician de esos contratos.

                                                                                                                                Muchos medios del continente han hecho un gran esfuerzo por convertir a los contradictores de Estados Unidos en los grandes equivocados. Lo han intentado con Cuba y más recientemente con Venezuela, hasta el punto de que sus elecciones victoriosas son elecciones siempre sospechosas. No importa que en Colombia compren votos o arreen electorados bajo promesas o amenazas: esta democracia nunca está bajo sospecha. No importa que los paramilitares produzcan en diez años doscientos mil muertos en masacres bajo todas las formas de atrocidad: la democracia colombiana sigue siendo ejemplar, porque los poderes de la plutocracia siguen al mando. Pero si alguien es enemigo, no de los Estados Unidos sino de los abusos del imperialismo, eso lo hace reo de indignidad.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Un amigo me decía hace poco que un hombre que se hace reelegir tres veces es enemigo de la libertad. No comparto esa idea restringida de la democracia. La reina Isabel de Inglaterra, que no fue elegida por nadie, lleva sesenta años, es decir, para nosotros, toda la historia universal, como soberana de su tierra, y no veo a nadie protestando contra ese abuso. En Colombia llevamos doscientos años reeligiendo al mismo tipo con caras distintas pero con exactamente la misma política. El único un poco distinto era Álvaro Uribe, sólo porque era un poco peor. Pero el problema no son los hombres sino las ideas que gobiernan, y a Colombia la gobiernan las mismas ideas desde las lunas del siglo XIX, y la consecuencia catastrófica se ve por todas partes.

                                                                                                                                Si fuera necesario convocar a nuevas elecciones, lo más probable es que las mayorías chavistas sean más grandes aún que en las elecciones pasadas, que ya se celebraron sin su presencia.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y tal vez nos será dado asistir al paso de Chávez de la historia a la mitología, a la novelesca mitología latinoamericana, de la que forman parte por igual María Lionza y José Gregorio Hernández, Rubén Darío y José Martí, Carlos Gardel y Eva Perón, Martín Fierro y Jorge Eliécer Gaitán, Simón Bolívar y Túpac Amaru, Frida Kahlo y Pablo Neruda, Eloy Alfaro y Salvador Allende, el Che Guevara y Emiliano Zapata, Vargas Vila y Jorge Luis Borges, Benito Juárez y Morazán, Pedro Páramo y Aureliano Buendía.

                                                                                                                                Una mitología de la que hoy tal vez sólo tenemos vivos a Fidel Castro y a Gabriel García Márquez.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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