Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      EE ADS

                                                                                                        Cursos y programas

                                                                                                          Más

                                                                                                          Blogs

                                                                                                            Especiales

                                                                                                              Descarga la App

                                                                                                                Edición Impresa

                                                                                                                  Suscripción

                                                                                                                    Eventos

                                                                                                                      Foros El Espectador

                                                                                                                        Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                            Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                              Avisos judiciales

                                                                                                                                Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                  Contenido Patrocinado
                                                                                                                                  26 de septiembre de 2015 - 09:22 p. m.

                                                                                                                                  Los invisibles

                                                                                                                                  Un gran historiador nos decía hace poco: “¿Por qué no hay un tren rápido entre Bogotá y Tumaco? Podríamos ir allá en cinco horas, comer una cazuela de mariscos junto a los manglares, y volver aquí al anochecer”.

                                                                                                                                  PUBLICIDAD

                                                                                                                                  “¿Por qué, si es el principal puerto del país sobre el Pacífico, no hay un vuelo directo entre Buenaventura y Tokio?”. “¿Por qué no hay una gran ciudad verde, pionera de una nueva relación con la naturaleza, en la altillanura?”.

                                                                                                                                  ¿Por qué, en un mundo donde las proezas tecnológicas son hechos cotidianos y las soluciones de infraestructura son posibles y admirables, a nosotros nos acostumbraron a pensar que aquí todo es imposible? Ciudades con belleza, jóvenes con empleo, pobres con dignidad, ricos con responsabilidad y un Estado eficiente resultan inconcebibles en Colombia. ¿Por qué? Por una dirigencia que nos acostumbró a la mendicidad, a la resignación, al odio y a no ver más allá de nuestras narices.

                                                                                                                                  PUBLICIDAD

                                                                                                                                  Desde hace mucho tiempo esa dirigencia busca y busca las causas de nuestros males, y cada cierto tiempo señala los sucesivos responsables de cada calamidad histórica. En los años 50 los bandoleros de la Violencia, en los 60 los estudiantes rebeldes y los revolucionarios, en los 70 la multiplicación de las guerrillas, en los 80 Pablo Escobar y los extraditables, en los 90 los paramilitares, en la primera década del siglo XXI las Farc.

                                                                                                                                  Read more!

                                                                                                                                  Esta semana Juan Manuel Santos ha conseguido mostrarle al mundo, con gran cubrimiento mediático, que el acuerdo sobre justicia transicional al que ha llegado con las Farc es el punto clave de los diálogos de La Habana, quizá porque es el punto en el que las Farc parecen admitir que son las responsables de la guerra de estas cinco décadas. Al menos es el único punto que ha merecido ser presentado al mundo por los dos comandantes de ambos ejércitos.

                                                                                                                                  Pero aunque las Farc admitan ser las principales responsables de los crímenes y las atrocidades de esta guerra, yo tengo que repetir lo que tantas veces he dicho: que es la dirigencia colombiana del último siglo la principal causa de los males de la nación, que es su lectura del país y su manera de administrarlo la responsable de todo. Responsable de los bandoleros de los 50, a los que ella armó y fanatizó; de los rebeldes de los 60, a los que les restringió todos los derechos; del M19, por el fraude en las elecciones de 1970; de las mafias de los 80, por el cierre de oportunidades a la iniciativa empresarial y por el desmonte progresivo y suicida de la economía legal; de las guerrillas, por su abandono del campo, por la exclusión y la irresponsabilidad estatal; de los paramilitares, que pretendían brindar a los propietarios la protección que el Estado no les brindaba; responsable incluso de las Farc, por este medio siglo de guerra inútil contra un enemigo anacrónico al que se pudo haber incluido en el proyecto nacional 50 años antes, si ese proyecto existiera.

                                                                                                                                  PUBLICIDAD

                                                                                                                                  Me alegra que el acuerdo entre Gobierno y Farc esté próximo, aunque no pienso que sea un regalo que debamos agradecer de rodillas, sino algo que ambas partes nos debían desde hace mucho tiempo. Tampoco creo que un mero pacto entre élites guerreras, siendo tan necesario y tan útil, vaya a garantizarnos una paz verdadera.

                                                                                                                                  Read more!

                                                                                                                                  Lo que me asombra es que la astuta dirigencia de este país una vez más logre su propósito de mostrar al mundo los responsables de la violencia, y pasar inadvertida como causante de los males. A punta de estar siempre allí, en el centro del escenario, no sólo consiguen ser invisibles, sino que hasta consiguen ser inocentes; no sólo resultan absueltos de todas sus responsabilidades, sino que acaban siendo los que absuelven y los que perdonan.

                                                                                                                                  Una vez desaparecido del horizonte de la historia el episodio de la insurgencia, volverá a ocurrir lo que ocurrió cuando fueron abatidos los bandoleros de los 50 y sometidos los rebeldes de los 60, cuando se desmovilizó el M19, cuando fueron extraditados los extraditables y dado de baja Pablo Escobar, y cuando fueron desmovilizados y extraditados y amnistiados los paramilitares: que el extraño mal de la patria, del que todos ellos parecían los culpables, siguió vivo, y aún nos tiene como nos tiene.

                                                                                                                                  Pero tal vez esté llegando la hora de que la causa verdadera, profunda, persistente y eficiente de los males de Colombia se haga visible por fin. Tal vez Juan Manuel Santos esté contribuyendo sin proponérselo a remover el último obstáculo que nos impedía ver que la verdadera causa de todo es una dirigencia inepta, sin responsabilidad y sin grandeza, que nos enseñó a pensar en pequeño y a sentirnos mal por soñar que el país podía ser mejor y podía ser de todos.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  El proceso de paz es importante, los diálogos de La Habana son fundamentales, los acuerdos entre guerreros son indispensables, pero la verdadera paz de Colombia exige una dirigencia distinta, un relato más complejo del país, un horizonte de propósitos más amplio y más patriótico.

                                                                                                                                  No habrá paz sin un proyecto urbano adecuado a la época, sin un proyecto de juventudes lúcido y generoso, porque hoy los jóvenes son la guerra, sin un proyecto cultural de creación, de afecto y de reconciliación, porque la cultura es nuestro mayor escenario de conflictos y de necesidades.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Tal vez ya no podrán impedir que el país se aplique a soñar y a construir una nueva época. Tal vez ya no podrán llamar subversivo a todo el que pida un cambio, a todo el que quiera reformar las instituciones, a todo el que quiera ser protagonista de la historia.

                                                                                                                                  Una paz sin enormes cambios sociales, sin proyecto urbano, sin una estrategia económica generosa, sin un proyecto ambicioso de juventudes, podrá ser una buena campaña de comunicación, pero no llegará al corazón de millones de personas que necesitan ser parte de ella.

                                                                                                                                  Claro que ya es ganancia que el discurso anacrónico de la guerra sin cuartel, al que las élites recurrieron siempre, vaya quedando arrinconado. Nadie protesta tanto contra la impunidad como el que se beneficia de la impunidad.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  La dirigencia colombiana, empeñada siempre en demostrar que sólo los otros son culpables, tal vez no admita nunca su responsabilidad, pero será cada vez más visible en su mezquindad y su ineptitud, y ya será bastante reparación que se haga a un lado y deje pasar al país.

                                                                                                                                  Un gran historiador nos decía hace poco: “¿Por qué no hay un tren rápido entre Bogotá y Tumaco? Podríamos ir allá en cinco horas, comer una cazuela de mariscos junto a los manglares, y volver aquí al anochecer”.

                                                                                                                                  PUBLICIDAD

                                                                                                                                  “¿Por qué, si es el principal puerto del país sobre el Pacífico, no hay un vuelo directo entre Buenaventura y Tokio?”. “¿Por qué no hay una gran ciudad verde, pionera de una nueva relación con la naturaleza, en la altillanura?”.

                                                                                                                                  ¿Por qué, en un mundo donde las proezas tecnológicas son hechos cotidianos y las soluciones de infraestructura son posibles y admirables, a nosotros nos acostumbraron a pensar que aquí todo es imposible? Ciudades con belleza, jóvenes con empleo, pobres con dignidad, ricos con responsabilidad y un Estado eficiente resultan inconcebibles en Colombia. ¿Por qué? Por una dirigencia que nos acostumbró a la mendicidad, a la resignación, al odio y a no ver más allá de nuestras narices.

                                                                                                                                  PUBLICIDAD

                                                                                                                                  Desde hace mucho tiempo esa dirigencia busca y busca las causas de nuestros males, y cada cierto tiempo señala los sucesivos responsables de cada calamidad histórica. En los años 50 los bandoleros de la Violencia, en los 60 los estudiantes rebeldes y los revolucionarios, en los 70 la multiplicación de las guerrillas, en los 80 Pablo Escobar y los extraditables, en los 90 los paramilitares, en la primera década del siglo XXI las Farc.

                                                                                                                                  Read more!

                                                                                                                                  Esta semana Juan Manuel Santos ha conseguido mostrarle al mundo, con gran cubrimiento mediático, que el acuerdo sobre justicia transicional al que ha llegado con las Farc es el punto clave de los diálogos de La Habana, quizá porque es el punto en el que las Farc parecen admitir que son las responsables de la guerra de estas cinco décadas. Al menos es el único punto que ha merecido ser presentado al mundo por los dos comandantes de ambos ejércitos.

                                                                                                                                  Pero aunque las Farc admitan ser las principales responsables de los crímenes y las atrocidades de esta guerra, yo tengo que repetir lo que tantas veces he dicho: que es la dirigencia colombiana del último siglo la principal causa de los males de la nación, que es su lectura del país y su manera de administrarlo la responsable de todo. Responsable de los bandoleros de los 50, a los que ella armó y fanatizó; de los rebeldes de los 60, a los que les restringió todos los derechos; del M19, por el fraude en las elecciones de 1970; de las mafias de los 80, por el cierre de oportunidades a la iniciativa empresarial y por el desmonte progresivo y suicida de la economía legal; de las guerrillas, por su abandono del campo, por la exclusión y la irresponsabilidad estatal; de los paramilitares, que pretendían brindar a los propietarios la protección que el Estado no les brindaba; responsable incluso de las Farc, por este medio siglo de guerra inútil contra un enemigo anacrónico al que se pudo haber incluido en el proyecto nacional 50 años antes, si ese proyecto existiera.

                                                                                                                                  PUBLICIDAD

                                                                                                                                  Me alegra que el acuerdo entre Gobierno y Farc esté próximo, aunque no pienso que sea un regalo que debamos agradecer de rodillas, sino algo que ambas partes nos debían desde hace mucho tiempo. Tampoco creo que un mero pacto entre élites guerreras, siendo tan necesario y tan útil, vaya a garantizarnos una paz verdadera.

                                                                                                                                  Read more!

                                                                                                                                  Lo que me asombra es que la astuta dirigencia de este país una vez más logre su propósito de mostrar al mundo los responsables de la violencia, y pasar inadvertida como causante de los males. A punta de estar siempre allí, en el centro del escenario, no sólo consiguen ser invisibles, sino que hasta consiguen ser inocentes; no sólo resultan absueltos de todas sus responsabilidades, sino que acaban siendo los que absuelven y los que perdonan.

                                                                                                                                  Una vez desaparecido del horizonte de la historia el episodio de la insurgencia, volverá a ocurrir lo que ocurrió cuando fueron abatidos los bandoleros de los 50 y sometidos los rebeldes de los 60, cuando se desmovilizó el M19, cuando fueron extraditados los extraditables y dado de baja Pablo Escobar, y cuando fueron desmovilizados y extraditados y amnistiados los paramilitares: que el extraño mal de la patria, del que todos ellos parecían los culpables, siguió vivo, y aún nos tiene como nos tiene.

                                                                                                                                  Pero tal vez esté llegando la hora de que la causa verdadera, profunda, persistente y eficiente de los males de Colombia se haga visible por fin. Tal vez Juan Manuel Santos esté contribuyendo sin proponérselo a remover el último obstáculo que nos impedía ver que la verdadera causa de todo es una dirigencia inepta, sin responsabilidad y sin grandeza, que nos enseñó a pensar en pequeño y a sentirnos mal por soñar que el país podía ser mejor y podía ser de todos.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  El proceso de paz es importante, los diálogos de La Habana son fundamentales, los acuerdos entre guerreros son indispensables, pero la verdadera paz de Colombia exige una dirigencia distinta, un relato más complejo del país, un horizonte de propósitos más amplio y más patriótico.

                                                                                                                                  No habrá paz sin un proyecto urbano adecuado a la época, sin un proyecto de juventudes lúcido y generoso, porque hoy los jóvenes son la guerra, sin un proyecto cultural de creación, de afecto y de reconciliación, porque la cultura es nuestro mayor escenario de conflictos y de necesidades.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Tal vez ya no podrán impedir que el país se aplique a soñar y a construir una nueva época. Tal vez ya no podrán llamar subversivo a todo el que pida un cambio, a todo el que quiera reformar las instituciones, a todo el que quiera ser protagonista de la historia.

                                                                                                                                  Una paz sin enormes cambios sociales, sin proyecto urbano, sin una estrategia económica generosa, sin un proyecto ambicioso de juventudes, podrá ser una buena campaña de comunicación, pero no llegará al corazón de millones de personas que necesitan ser parte de ella.

                                                                                                                                  Claro que ya es ganancia que el discurso anacrónico de la guerra sin cuartel, al que las élites recurrieron siempre, vaya quedando arrinconado. Nadie protesta tanto contra la impunidad como el que se beneficia de la impunidad.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  La dirigencia colombiana, empeñada siempre en demostrar que sólo los otros son culpables, tal vez no admita nunca su responsabilidad, pero será cada vez más visible en su mezquindad y su ineptitud, y ya será bastante reparación que se haga a un lado y deje pasar al país.

                                                                                                                                  Ver todas las noticias
                                                                                                                                  Read more!
                                                                                                                                  Read more!
                                                                                                                                  Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                  Aceptar