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                                                                                                                                Paz

                                                                                                                                LOS ESTADOS UNIDOS, CON 300 MILLO nes de habitantes, tienen un ejército de más de un millón de efectivos. Colombia, con 48 millones de habitantes, tiene un ejército de más de 500.000. Colombia debería ser, pues, uno de los países más seguros del mundo.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Lo más alarmante es que este ejército descomunal a partir de cierto momento no consiguió proteger a los ciudadanos amenazados por una lucha guerrillera que, lejos de atacar el poder central, terminó cebada con los pequeños propietarios y con la clase media que viajaba por las carreteras. Este ejército acabó permitiendo y a veces propiciando la formación de ejércitos paralelos, y todos vimos inermes en Colombia cómo la justicia constitucional cedía paso a la justicia por mano propia, al crimen disfrazado de justicia, armando ejecuciones atroces en las plazas de los pueblos, a menudo con la complicidad de las fuerzas armadas.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                También él podría mirar en el retrovisor para ver a Santos en todos los espejos anteriores, como ministro de Defensa, de Hacienda, de Comercio Exterior, como alto funcionario de la Federación de Cafeteros, como propietario del más influyente diario nacional. Con acceso a esas fuentes uno no puede alegar ignorancia, con esas responsabilidades uno no puede alegar inocencia.

                                                                                                                                Pero Santos, que ya lleva cinco años gobernando, y estuvo en todos los gobiernos anteriores, se sigue ofreciendo como una esperanza. Colombia será la más educada en el 2025, la más moderna en el 2018, y la paz está, como siempre, a las puertas.

                                                                                                                                Ambos quieren acabar con la guerra, pero pretenden no tener ninguna responsabilidad en ella. Acusan a la guerrilla de ser responsable de todas las violencias colombianas y se sienten con derecho a ser los impugnadores del mal, a señalar a los culpables.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Durante 50 años justificaron la guerra, hicieron la guerra, nos ordenaron la guerra, y perseguían al que no la quisiera. Ahora quieren la paz, pero una paz sólo suya, con sus métodos herméticos y ocultos a la manera de Santos, con sus sistemas de guerra implacable y de arbitrariedad militar a la manera de Uribe, pero sin cambiar en nada la injusticia que hizo nacer la guerra, y para seguir siendo los dueños del país, los arrogantes dueños de sus soluciones.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Tiene que haber en el Ejército alguien que entienda que el honor de las armas de la República exige poner fin a esta guerra y a todas las degradaciones que trajo sobre el país entero. Tiene que haber en el Estado muchos que sepan que necesitamos un nuevo orden de grandeza y de generosidad, no esta feria de vanidades, de violencias y de indignidad. Tiene que haber en la sociedad millones de ciudadanos que sepan que merecemos una paz verdadera, no apenas decretada por las élites militaristas sino construida por los ciudadanos. Que el país no necesita limosna sino empleo, que los jóvenes no necesitan armas sino horizontes de futuro en diálogo con el mundo.

                                                                                                                                Porque hasta ahora todos, incluida la izquierda parlamentaria, seguimos viviendo de las migajas del bipartidismo.

                                                                                                                                LOS ESTADOS UNIDOS, CON 300 MILLO nes de habitantes, tienen un ejército de más de un millón de efectivos. Colombia, con 48 millones de habitantes, tiene un ejército de más de 500.000. Colombia debería ser, pues, uno de los países más seguros del mundo.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Lo más alarmante es que este ejército descomunal a partir de cierto momento no consiguió proteger a los ciudadanos amenazados por una lucha guerrillera que, lejos de atacar el poder central, terminó cebada con los pequeños propietarios y con la clase media que viajaba por las carreteras. Este ejército acabó permitiendo y a veces propiciando la formación de ejércitos paralelos, y todos vimos inermes en Colombia cómo la justicia constitucional cedía paso a la justicia por mano propia, al crimen disfrazado de justicia, armando ejecuciones atroces en las plazas de los pueblos, a menudo con la complicidad de las fuerzas armadas.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                También él podría mirar en el retrovisor para ver a Santos en todos los espejos anteriores, como ministro de Defensa, de Hacienda, de Comercio Exterior, como alto funcionario de la Federación de Cafeteros, como propietario del más influyente diario nacional. Con acceso a esas fuentes uno no puede alegar ignorancia, con esas responsabilidades uno no puede alegar inocencia.

                                                                                                                                Pero Santos, que ya lleva cinco años gobernando, y estuvo en todos los gobiernos anteriores, se sigue ofreciendo como una esperanza. Colombia será la más educada en el 2025, la más moderna en el 2018, y la paz está, como siempre, a las puertas.

                                                                                                                                Ambos quieren acabar con la guerra, pero pretenden no tener ninguna responsabilidad en ella. Acusan a la guerrilla de ser responsable de todas las violencias colombianas y se sienten con derecho a ser los impugnadores del mal, a señalar a los culpables.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Porque hasta ahora todos, incluida la izquierda parlamentaria, seguimos viviendo de las migajas del bipartidismo.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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