Círculo vicioso

Yohir Akerman
13 de octubre de 2019 - 05:00 a. m.

Así se hace política en Colombia. El sábado 25 de octubre de 2014 se llevó a cabo una reunión en medio de whiskies y vallenatos en la cárcel El Bosque de Barranquilla para negociar el apoyo de dos casas de poder y asegurar su influencia y estabilidad en la elección a la Gobernación para el departamento de Sucre.

La reunión fue entre el exgobernador Salvador Arana y Jorge Luis Alfonso López, nada más y nada menos que el hijo de Enilce del Rosario López Romero, alias la Gata.

Vamos por partes.

Salvador Arana fue gobernador de Sucre entre 2001 y 2003 y fue condenado a 40 años de cárcel por el homicidio de Eudaldo Díaz Salgado, exalcalde de El Roble en ese mismo departamento.

Un video del 1° de febrero de 2003 muestra a Díaz Salgado en un consejo comunitario en Corozal advirtiéndole al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez que había planes para asesinarlo por sus recurrentes denuncias de parapolítica y corrupción.

“A mí me van a matar”, sentenció Díaz Salgado dos meses antes de que así fuera. Díaz Salgado desapareció el 5 de abril de 2003 y cinco días después lo hallaron muerto en el sector Boca del Zorro. Su cuerpo tenía signos de tortura y nueve impactos de bala.

Después de una ardua investigación, la justicia encontró que el asesino de Díaz Salgado estaba sentado al lado derecho de Uribe Vélez en ese consejo comunitario donde la víctima pidió ayuda y era el entonces gobernador de Sucre, el señor Salvador Arana. (Ver Video).

Pese a la advertencia y la evidencia que había en contra del exgobernador, Uribe le dio la espalda a la verdad y posteriormente nombró a Salvador Arana como embajador de Colombia en Chile, hasta que se fugó cuando ordenaron su captura por este crimen.

La sentencia proferida por la Corte Suprema en contra de Arana fue histórica ya que impuso una de las condenas más altas en contra del gobernador de la muerte. También le ordenaron pagar más de $2.300 millones de pesos de multa no sólo por vínculos con grupos paramilitares, sino por su participación en el crimen del adversario político. (Ver Condena).

Pero volvamos a la reunión en la cárcel El Bosque.

En el otro lado de la mesa para negociar el poder en Sucre y como interlocutor del gobernador asesino se encontraba, como ya dijimos, el hijo de la Gata, empresaria del chance que, está probado jurídicamente, financió al expresidente Uribe a la Presidencia y también las operaciones de paramilitares.

Pues bien, el heredero del chance y exalcalde de Magangué no se quedó atrás con sus credenciales para estar negociando el poder en Sucre, ya que la Corte Suprema de Justicia dejó en firme la condena de 29 años y tres meses en su contra, por ser el determinador de la muerte del comunicador Rafael Enrique Prins Velásquez, ocurrida el 19 de febrero de 2005.

Alfonso López ordenó el homicidio del periodista debido a las publicaciones que este habría hecho sobre él y su familia. Un digno hijito de la Gata.

Es por esto que para Jorge Luis Alfonso López poder controlar la Gobernación de Sucre por medio de terceros podría significar la recuperación y revigorización del negocio del chance en el departamento, y para Arana, el regreso abierto al poder en una tierra de la cual ha seguido siendo amo y señor desde la sombra.

El resultado de la negociación de estos dos pesos pesados fue el apoyo al candidato a la Gobernación Yahir Acuña, quien no se queda atrás en escándalos ya que tiene varios por corrupción y una investigación vigente en la Corte Suprema.

Pero esos son detalles a la hora de conseguir el control del presupuesto y poder de un departamento como Sucre. Pues bien, los lazos de Arana y Acuña van más allá de la política. Son socios en la clínica Rey David en Sincelejo y Arana es el dueño de una propiedad en la que ha residido Yahir Acuña constantemente cuando viaja a Sucre.

Sobre la relación entre Acuña y la familia de la Gata, el ahora candidato a la Gobernación lo ha admitido abiertamente y sin pudor, como cuando le dijo en una entrevista al diario El Meridiano de Sucre: “Soy amigo de la Gata, ¿y qué?”.

Pues tiene razón, ¿y qué? Ya que este es un país en donde ser amigo de criminales y apoyado por ellos no se condena, se premia.

Por eso también logró el apoyo para estas elecciones de Álvaro García Romero, alias el Gordo García, quien fue condenado a 40 años por la masacre de Macayepo. Tal y como lo reportó La Silla Vacía, García tiene un pacto con Acuña que lo ha disparado en sus posibilidades y ha sido crucial para esta campaña, sobre todo porque en las elecciones regionales pasadas, Acuña sufrió un golpe cuando, en la cúspide de su popularidad en Sucre, no pudo llevar a su esposa, Milene Jarava, a la Gobernación y fue derrotado por el hoy gobernador Édgar Martínez. (Ver El pacto).

Una derrota que tuvo que ver con que, dos días antes de esas elecciones, Yahir Acuña fue detenido por la policía con $200 millones en una tula.

Pero, de nuevo, esas son pequeñeces en la política colombiana que se olvidan rápido y que hoy, gracias al apoyo de un listado de condenados criminales como el hijo de la Gata, el exgobernador Arana y el Gordo García, tienen a Yahir Acuña a un paso de ser gobernador en una elección que huele a un capítulo de parapolítica ampliada, y en especial a un círculo vicioso de asesinopolítica.

@yohirakerman; akermancolumnista@gmail.com

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar