Mariana Pineda Melo es una niña que ha demostrado varias veces, en sus cortos 13 años, ser una de las mentes más brillantes en el país. Su potencial es inmenso y su futuro, enorme. Pero ahora necesita ayuda con su presente por culpa de su pasado. Me explico.
Mariana se encuentra cursando octavo año de bachillerato en el Colegio Santa Mariana de Jesús. Como parte de su programa, en el año 2018 el colegio conformó el Club de Robótica SM Robotics que está integrado por 15 alumnos y tres docentes.
En noviembre del año pasado ese grupo de lúcidos jóvenes tuvo la oportunidad de participar en las eliminatorias regionales de la Universidad Minuto de Dios para el evento First Lego League. En la competencia obtuvieron el 5º lugar, lo cual les dio la clasificación a las competencias nacionales.
El 26 y 27 de enero, en el Cubo de Colsubsidio de Bogotá, se llevó a acabo la eliminatoria a nivel nacional con la participación de 40 equipos. Y en esa final el grupo de Mariana obtuvo el primer lugar ganando un cupo para representar a Colombia en el Mundial de Robótica de Lego.
El importante evento se llevará a cabo del 17 al 20 de abril de 2019 en el George Brown Convention Center en la ciudad de Houston, Texas, en Estados Unidos. Pero ahí viene el problema.
Mariana no tiene los recursos para poder asistir ya que, entre otras, su padre lleva más de tres años sin responder por la cuota alimentaria que se fijó en el Juzgado Noveno de Familia en el año 2007.
Esta brillante niña es hija de la señora Leyda María Melo Tinjaca, una abogada trabajadora y preocupada por la educación y el desarrollo intelectual de su hija, y de Pedro Nel Pineda Rojas, un oscuro señor que ha hecho todo lo contrario.
Acá se complica la cosa. El señor Pineda Rojas trabajaba en la Contraloría de Bogotá como director de Desarrollo y Participación Ciudadana en el momento en el que tuvo a Mariana. En la actualidad se desempeña como inversionista en finca raíz y es el esposo de la consejera de Relaciones Exteriores de la Embajada de Colombia en Alemania, la diplomática Martha Patricia Medina González.
Antes de vivir en Alemania, Martha Patricia Medina González fue cónsul en los Países Bajos en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez como funcionaria inscrita en el escalafón de carrera diplomática.
Durante esa época, el 30 de julio de 2008 para ser más exactos, el señor Pedro Nel Pineda Rojas transfirió todos sus bienes a su esposa con el propósito de declararse insolvente frente al juzgado de familia que tenía el caso en su contra. No sin antes disolver la sociedad conyugal, por supuesto. (Ver Documentos).
Todas las artimañas legales que hizo el señor Pineda Rojas, con la complicidad de la representante del cuerpo consular de Colombia, eran para no cumplir con su obligación legal y no pagar por la educación de su hija, una niña a la que cualquier otro padre estaría orgulloso de poder ayudar a cumplir sus brillantes sueños.
Peor aún, se tienen indicios de que la doctora Medina ha usado sus influencias en el Ministerio de Relaciones Exteriores para que su esposo pueda salir y entrar de Colombia pese a que tiene una medida cautelar en Migración por tener varios casos pendientes debido a inasistencia alimentaria y una orden del Juzgado Tercero de Familia.
Pero la cosa se complica más.
Tal y como lo denunció Noticias Uno, el 14 de agosto de 2010 la narcotraficante Teresa de Jesús Cifuentes, hermana menor del mafioso Jorge Cifuentes Villa, celebró su matrimonio con una fastuosa fiesta en Guadalajara, México.
En la lista de 300 invitados figuran nada más y nada menos que la cónsul Martha Patricia Medina y su esposo, Pedro Nel Pineda Rojas. La pareja, muy tiesa y muy maja, está en las fotos nupciales al lado del criminal clan, famoso por ser socio del capo mexicano Joaquín el Chapo Guzmán.
No fue una coincidencia. En diciembre de ese año, hubo otro encuentro de Cifuentes con la cónsul y su esposo, quienes viajaron a la casa de campo del narco en Madrid. El diario El Tiempo estableció que celebraron juntos el Año Nuevo en esa ciudad.
El tema sigue. En julio de 2010 el señor Pineda Rojas viajó en un chárter a Puerto Inírida, Guainía, con Jorge Cifuentes, para, supuestamente, evaluar un ambicioso proyecto ambiental.
Dicho plan consistió en fundar una ONG ambiental que operó en el departamento de Guainía durante el gobierno de Álvaro Uribe. La organización llamada Salva la Selva decía que se encargaba de promover los derechos humanos de los indígenas y la protección del medio ambiente, pero en realidad fue solo una fachada para lavarle dinero al Cartel de Sinaloa.
El vínculo más comprometedor que enreda a la diplomática son dos cheques por $500 millones que fueron girados a una cuenta a nombre de Valores SAI S. A. Martha Patricia Medina y su esposo, Pedro Nel Pineda Rojas, son socios mayoritarios de esa empresa de inversiones que recibió la importante suma y a la que la Superintendencia Financiera le negó el permiso de funcionamiento. (Ver $500 millones de pesos).
Según la decisión, SAI compartía accionistas, incluidos Medina y su esposo, con Valores Urbanos, firma señalada de captar fondos de manera ilegal. Para la Superintendencia Financiera fue claro que Pineda Rojas y su esposa incurrieron en conductas penales por captar casi $20.000 millones, con los que levantaron un edificio de apartamentos y dos más de oficinas y parqueaderos en el norte de Bogotá, hoy ocupados por terceros de buena fe, ajenos al caso.
Posteriormente, Pedro Nel Pineda Rojas admitió que sí recibió el dinero en pago por la estructuración de un negocio de parte de los Cifuentes, pero advirtió en una carta remitida a la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) que el dinero provenía de un negocio legal de la firma Bioforestal, también vetada por el gobierno de Estados Unidos, y que era un préstamo personal.
Difícil de creer.
Lo que queda claro es que el empresario Pineda Rojas y la consejera Medina González han tenido relaciones cercanas y complejas con condenados mafiosos como los Cifuentes Villa.
También que la pareja ha hecho varias piruetas legales para esconder los bienes del señor Pineda Rojas frente a los juzgados con el fin de no pagar la cuota alimentaria de su hija.
Y no hay dudas de que la peor víctima de todo esto es la brillante niña de 13 años, Mariana Pineda Melo, que hoy está recibiendo donaciones para poder cumplir su sueño de dejar el nombre de Colombia en alto al asistir el próximo mes al Mundial de Robótica de Lego en Houston.
Mariana Pineda Melo es una niña que ha demostrado varias veces, en sus cortos 13 años, ser una de las mentes más brillantes en el país. Su potencial es inmenso y su futuro, enorme. Pero ahora necesita ayuda con su presente por culpa de su pasado. Me explico.
Mariana se encuentra cursando octavo año de bachillerato en el Colegio Santa Mariana de Jesús. Como parte de su programa, en el año 2018 el colegio conformó el Club de Robótica SM Robotics que está integrado por 15 alumnos y tres docentes.
En noviembre del año pasado ese grupo de lúcidos jóvenes tuvo la oportunidad de participar en las eliminatorias regionales de la Universidad Minuto de Dios para el evento First Lego League. En la competencia obtuvieron el 5º lugar, lo cual les dio la clasificación a las competencias nacionales.
El 26 y 27 de enero, en el Cubo de Colsubsidio de Bogotá, se llevó a acabo la eliminatoria a nivel nacional con la participación de 40 equipos. Y en esa final el grupo de Mariana obtuvo el primer lugar ganando un cupo para representar a Colombia en el Mundial de Robótica de Lego.
El importante evento se llevará a cabo del 17 al 20 de abril de 2019 en el George Brown Convention Center en la ciudad de Houston, Texas, en Estados Unidos. Pero ahí viene el problema.
Mariana no tiene los recursos para poder asistir ya que, entre otras, su padre lleva más de tres años sin responder por la cuota alimentaria que se fijó en el Juzgado Noveno de Familia en el año 2007.
Esta brillante niña es hija de la señora Leyda María Melo Tinjaca, una abogada trabajadora y preocupada por la educación y el desarrollo intelectual de su hija, y de Pedro Nel Pineda Rojas, un oscuro señor que ha hecho todo lo contrario.
Acá se complica la cosa. El señor Pineda Rojas trabajaba en la Contraloría de Bogotá como director de Desarrollo y Participación Ciudadana en el momento en el que tuvo a Mariana. En la actualidad se desempeña como inversionista en finca raíz y es el esposo de la consejera de Relaciones Exteriores de la Embajada de Colombia en Alemania, la diplomática Martha Patricia Medina González.
Antes de vivir en Alemania, Martha Patricia Medina González fue cónsul en los Países Bajos en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez como funcionaria inscrita en el escalafón de carrera diplomática.
Durante esa época, el 30 de julio de 2008 para ser más exactos, el señor Pedro Nel Pineda Rojas transfirió todos sus bienes a su esposa con el propósito de declararse insolvente frente al juzgado de familia que tenía el caso en su contra. No sin antes disolver la sociedad conyugal, por supuesto. (Ver Documentos).
Todas las artimañas legales que hizo el señor Pineda Rojas, con la complicidad de la representante del cuerpo consular de Colombia, eran para no cumplir con su obligación legal y no pagar por la educación de su hija, una niña a la que cualquier otro padre estaría orgulloso de poder ayudar a cumplir sus brillantes sueños.
Peor aún, se tienen indicios de que la doctora Medina ha usado sus influencias en el Ministerio de Relaciones Exteriores para que su esposo pueda salir y entrar de Colombia pese a que tiene una medida cautelar en Migración por tener varios casos pendientes debido a inasistencia alimentaria y una orden del Juzgado Tercero de Familia.
Pero la cosa se complica más.
Tal y como lo denunció Noticias Uno, el 14 de agosto de 2010 la narcotraficante Teresa de Jesús Cifuentes, hermana menor del mafioso Jorge Cifuentes Villa, celebró su matrimonio con una fastuosa fiesta en Guadalajara, México.
En la lista de 300 invitados figuran nada más y nada menos que la cónsul Martha Patricia Medina y su esposo, Pedro Nel Pineda Rojas. La pareja, muy tiesa y muy maja, está en las fotos nupciales al lado del criminal clan, famoso por ser socio del capo mexicano Joaquín el Chapo Guzmán.
No fue una coincidencia. En diciembre de ese año, hubo otro encuentro de Cifuentes con la cónsul y su esposo, quienes viajaron a la casa de campo del narco en Madrid. El diario El Tiempo estableció que celebraron juntos el Año Nuevo en esa ciudad.
El tema sigue. En julio de 2010 el señor Pineda Rojas viajó en un chárter a Puerto Inírida, Guainía, con Jorge Cifuentes, para, supuestamente, evaluar un ambicioso proyecto ambiental.
Dicho plan consistió en fundar una ONG ambiental que operó en el departamento de Guainía durante el gobierno de Álvaro Uribe. La organización llamada Salva la Selva decía que se encargaba de promover los derechos humanos de los indígenas y la protección del medio ambiente, pero en realidad fue solo una fachada para lavarle dinero al Cartel de Sinaloa.
El vínculo más comprometedor que enreda a la diplomática son dos cheques por $500 millones que fueron girados a una cuenta a nombre de Valores SAI S. A. Martha Patricia Medina y su esposo, Pedro Nel Pineda Rojas, son socios mayoritarios de esa empresa de inversiones que recibió la importante suma y a la que la Superintendencia Financiera le negó el permiso de funcionamiento. (Ver $500 millones de pesos).
Según la decisión, SAI compartía accionistas, incluidos Medina y su esposo, con Valores Urbanos, firma señalada de captar fondos de manera ilegal. Para la Superintendencia Financiera fue claro que Pineda Rojas y su esposa incurrieron en conductas penales por captar casi $20.000 millones, con los que levantaron un edificio de apartamentos y dos más de oficinas y parqueaderos en el norte de Bogotá, hoy ocupados por terceros de buena fe, ajenos al caso.
Posteriormente, Pedro Nel Pineda Rojas admitió que sí recibió el dinero en pago por la estructuración de un negocio de parte de los Cifuentes, pero advirtió en una carta remitida a la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) que el dinero provenía de un negocio legal de la firma Bioforestal, también vetada por el gobierno de Estados Unidos, y que era un préstamo personal.
Difícil de creer.
Lo que queda claro es que el empresario Pineda Rojas y la consejera Medina González han tenido relaciones cercanas y complejas con condenados mafiosos como los Cifuentes Villa.
También que la pareja ha hecho varias piruetas legales para esconder los bienes del señor Pineda Rojas frente a los juzgados con el fin de no pagar la cuota alimentaria de su hija.
Y no hay dudas de que la peor víctima de todo esto es la brillante niña de 13 años, Mariana Pineda Melo, que hoy está recibiendo donaciones para poder cumplir su sueño de dejar el nombre de Colombia en alto al asistir el próximo mes al Mundial de Robótica de Lego en Houston.