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La pequeña ciénaga

Yohir Akerman
22 de octubre de 2016 - 11:49 p. m.
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La Ciénaga Grande de Santa Marta es el complejo lagunar más importante de Colombia, y uno de los más significativos de América Latina, por esa razón en el año 2000 este tesoro natural fue declarado reserva de la biósfera por la Unesco. Y como buen tesoro se lo están robando a pedacitos.

La Dirección Regional de Parques Nacionales Naturales ha denunciado que las aguas de la ciénaga se han ido secando de forma acelerada y artificial por la falta de dragado dándole paso a fincas ganaderas y enormes plantaciones de palma africana.

Esta es la historia de cómo se desangra un humedal. El primer paso se dio con el nombramiento, el 1 de diciembre del 2000, del señor Orlando Cabrera Molinares como director general de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag, por un periodo de tres años.

Corpamag está encargada de administrar el medio ambiente y propender por el desarrollo sostenible del Magdalena, incluida la protección de la Ciénaga Grande de Santa Marta. El señor Cabrera Molinares se reeligió cuatro veces en el cargo para un total de 14 años en la dirección de esta entidad.

El segundo paso importante fue en 2003 cuando el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez nombró en el consejo directivo de Corpamag, como representante del gobierno central en la entidad, al señor Eduardo Agatón Díaz Granados Abadía.

Díaz Granados, desde su privilegiada posición, participó durante siete años de manera regular en dicho consejo directivo, y con su voto aprobó presupuestos, entregó autorizaciones y facultades; como quien dice, fue la voz del ejecutivo en esa entidad, entre otras, controlando la labor del señor Cabrera.

El problema es que en la Ciénaga Grande se conjugan intereses de todo tipo por la posición estratégica y la fertilidad de sus tierras, y la familia del representante Díaz Granados posee propiedades y cultivos que colindan con ese tesoro natural. (Ver La ciénaga era grande)

El tercer paso lo dio el señor Díaz Granados en el 2010, cuando se hizo elegir en la Cámara de Representantes por el departamento de Magdalena, y su obra maestra en su periodo legislativo fue tramitar y promover el proyecto de ley que se convertiría luego en la ley 1718 de 10 de junio de 2014. (Ver Proyecto de ley 189 de 2012)

El texto es muy sencillo, pero la estrategia es un poco más complicada.

La legislación que existía desde el 2005 hasta ese momento determinaba que un 5% del cobro de los peajes ubicados en vías de zonas protegidas se destinaba como recursos para las autoridades ambientales locales. La modificación que logró el representante Díaz Granados fue subir la base gravable del 5% al 8%, y de esa manera los peajes de Tasajera y Pumarejo, en la zona de la Ciénaga Grande de Santa Marta, tendrían que dar más dinero a Corpamag.

En papel se ve bien, pero en la práctica tiene su complicación.

Los recursos que Corpamag y sus directivas han destinado para el dragado de la Ciénaga Grande han sido entregados a un único proveedor en una serie de polémicos contratos, de los cuales no ha habido resultados visibles para la protección del complejo lagunar.

Por ejemplo, sólo 18 días después de que la ley del representante Díaz Granados se hubiera ejecutado, el consejo directivo de Corpamag aprobó de manera exprés a través del acuerdo No. 08 del 28 de julio de 2014, un contrato en el que se comprometieron los ingresos de esta entidad por concepto de la sobretasa ambiental, no solo del año 2015, sino de las vigencias futuras hasta por 15 años por más de 80 mil millones de pesos. Una belleza de contrato.

La ambiciosa licitación pública, histórica para esa entidad por el monto de la contratación, se la ganó, como único aspirante, una empresa llamada Servicios de Dragados y Construcciones S.A. de los hermanos Robert John y Michael David Williams Moreno. (Ver Contrato de Corpamag por 80 mil millones de pesos)

No es el único contrato que se han ganado los señores Michael y Robert Williams con esa entidad. No. Previamente los hermanos recibieron un total de 14 contrataciones, la mayoría a dedo, para dragados de sedimentos en los caños para la protección de la Ciénaga. (Ver Otro contrato de Servicios de Dragados y Construcciones)

En otras palabras: entre mayo de 2007 y diciembre de 2014, Corpamag, entidad que reeligió a la misma persona como director por más de una década, adjudicó un total de 14 contratos por un valor que supera los 160 mil millones de pesos para la empresa de los hermanos Williams Moreno.

Y en 2015, después del incremento del tres por ciento de los recursos de la sobretasa ambiental en los peajes de la vía Ciénaga-Barranquilla lograda por el representante Díaz Granados, la misma entidad adjudicó otro contrato que terminará en 2030 por 80 mil millones de pesos, donde el beneficiario es la misma compañía que hasta ahora no ha mostrado resultados en la protección de la ciénaga: Dragados y Construcciones S.A.

Lo peor es que en octubre de 2015 se cambió al director de Corpamag, y nada cambió puesto que se eligió como nuevo directivo al señor Carlos Francisco Díaz Granados, primo del señor Eduardo Díaz Granados. Los ratones vigilando el queso.

Así es inevitable seguir siendo testigo de cómo la Ciénaga Grande de Santa Marta pasa a ser un ciénaga chiquitica, en lo que parece ser es el daño ambiental más grande de la historia del país.

@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

 

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