Las campañas electorales muchas veces terminan utilizando estrategias sucias. El afán de ganar lleva a hacer alianzas oscuras, dar guerras indecorosas con los contrincantes y utilizar cualquier mecanismo para lograr el objetivo. La reciente campaña de Enrique Peñalosa para la Alcaldía de Bogotá no fue la excepción.
Me explico.
Dos fuentes distintas, que han preferido mantener el anonimato, contaron a esta columna cómo fue su trabajo durante los meses de junio a octubre de 2015 cuando se voluntariaron para trabajar en la campaña del hoy burgomaestre de Bogotá.
Las dos fuentes confirmaron lo mismo.
Pocos días después de entrar a colaborar en la organización, les fue ordenado que apoyaran al candidato trabajando desde una empresa externa en el manejo de redes sociales. La explicación que les dieron es que trabajarían en temas de comunidades de la campaña de Peñalosa, pero la realidad fue distinta.
Estos dos peñalosistas terminaron trabajando desde una empresa privada reportando a dos ejecutivas de cuenta identificadas como ‘Laura y Vivi’. Ellas les dijeron que el trabajo consistía en crear cuentas de correos falsas, y con esas cuentas crear perfiles en Twitter y Facebook.
En Facebook, los perfiles falsos que creaban eran principalmente de mujeres atractivas y para esto utilizaban fotos reales de jóvenes brasileñas, argentinas o venezolanas para “que parecieran colombianas”.
Con esas cuentas en Facebook tenían que amasar seguidores, para lo cual agregaban grupos de moteros, taxistas, fanáticos de carros u otras cuentas reales “que en el perfil se notara que eran gente popular para que no se fueran a dar cuenta que las cuentas eran falsas”, dice una de las fuentes.
Una vez se estaban siguiendo mutuamente en la red social se entablaban conversaciones, comentarios o chats con el fin de conseguir ‘me gusta o likes’ de las fotos que ponían de estas mujeres en los perfiles falsos.
Cuando el resultado no se conseguía de manera inmediata, la instrucción era clara: prometer fotos desnudas a cambio de los codiciados likes en las fotos existentes. “Soy Juanita y me gustan las motos”, “los carros siempre me han excitado” y “regálame un like y te mando una foto desnuda” eran algunas de las frases ganadoras.
Algunas de las conversaciones terminaban dándose en términos sexuales, y una vez el usuario víctima del engaño daba el me gusta a la foto de la chica, no se le mandaba ninguna imagen de retribución, sino que por el contrario se bloqueaba la cuenta para que no pudiera seguir el diálogo, no sin antes tomar un pantallazo y registro del like.
Esos likes se usaban para atraer mayor tráfico y actividad en una cuenta real: el ‘fanpage’ de la campaña Equipo por Bogotá, que era para promover los mensajes de Peñalosa en campaña y atacar a sus competidores en la elección. (Ver Peñalosa y la guerra directa en redes sociales)
Terrible.
En Twitter la estrategia era diferente pero no menos engañosa. En esa red se creaban miles de cuentas falsas, generalmente con perfiles de personas que parecieran serias o maduras, las cuales eran utilizadas para reproducir contenidos a favor de la campaña, crear tendencias de opinión, o atacar a las personas que criticaban a Peñalosa. (Ver análisis Un ejército de cuentas falsas)
Por medio de TweetDeck montaban las tendencias y los mensajes, generalmente atacando la campaña de Clara López o de Rafael Pardo y con eso bombardeaban las redes con el mismo mensaje poniéndolos en miles de cuentas falsas a la vez.
Asqueroso. Pero lo peor es que esa estrategia con cuentas falsas en Twitter todavía se sigue usando por la Alcaldía.
La empresa contratada por la campaña y la administración para el manejo de estas redes sociales y donde trabajaban Vivi y Laura se llama LinkTic, ubicada en el último piso de un sofisticado edificio de oficinas de la Zona T, en la dirección Cra. 12A No. 83 - 75. (Ver Documento de la Alcaldía en Proceso de Selección)
Esta empresa fue fundada por el empresario de Manizales, Fernán Ocampo, que es visto como un “geek con alma de político” por la revista Jet-Set y que se auto describe como un apasionado por “crear empresa de base tecnologica bajando inflacion de los paises con innovación al instante”. (Ver @FernanOcampo – errores originales de sintaxis y ortografía)
Ocampo, un vargasllerista puro como se define frente a su equipo, ha estado inmerso en varios escándalos, uno de ellos por un cuestionado contrato de 522 millones de pesos entregado a dedo por la Contraloría de Bogotá, y otros por tener un escuadrón de usuarios fantasma en las redes dedicados a comentar en los foros de internet a favor de quien le pague para ello. (Ver El hombre detrás de la urna de cristal)
Interesante. Sobre todo porque haciendo una revisión de los contratos que ha recibido LinkTic de diferentes entidades estatales se suman más de mil millones de pesos solo en el 2016.
Nada mal. La compañía de Ocampo logró contratos con la Aeronáutica Civil, el Ministerio de Transporte, Servicios Postales Nacionales y el Ministerio de Minas y Energía, entre otros, y todos estos tienen un común denominador: que son instituciones que fueron controladas por cuotas del exvicepresidente Germán Vargas Lleras. (Ver Contratos de LinkTic)
Se puede decir entonces que el señor Ocampo ha sabido capitalizar su vargasllerismo, y en grande. Al igual que su apoyo a Enrique Peñalosa y el trabajo que ha hecho para la Alcaldía.
Sin duda después de esta columna vendrán los ataques e insultos provenientes del ejercito de cuentas falsas en las redes sociales. Es de esperar.
@yohirakerman
Nota del editor: A propósito de esta columna, la empresa Linktic envió una comunicación a la dirección del periódico.
Las campañas electorales muchas veces terminan utilizando estrategias sucias. El afán de ganar lleva a hacer alianzas oscuras, dar guerras indecorosas con los contrincantes y utilizar cualquier mecanismo para lograr el objetivo. La reciente campaña de Enrique Peñalosa para la Alcaldía de Bogotá no fue la excepción.
Me explico.
Dos fuentes distintas, que han preferido mantener el anonimato, contaron a esta columna cómo fue su trabajo durante los meses de junio a octubre de 2015 cuando se voluntariaron para trabajar en la campaña del hoy burgomaestre de Bogotá.
Las dos fuentes confirmaron lo mismo.
Pocos días después de entrar a colaborar en la organización, les fue ordenado que apoyaran al candidato trabajando desde una empresa externa en el manejo de redes sociales. La explicación que les dieron es que trabajarían en temas de comunidades de la campaña de Peñalosa, pero la realidad fue distinta.
Estos dos peñalosistas terminaron trabajando desde una empresa privada reportando a dos ejecutivas de cuenta identificadas como ‘Laura y Vivi’. Ellas les dijeron que el trabajo consistía en crear cuentas de correos falsas, y con esas cuentas crear perfiles en Twitter y Facebook.
En Facebook, los perfiles falsos que creaban eran principalmente de mujeres atractivas y para esto utilizaban fotos reales de jóvenes brasileñas, argentinas o venezolanas para “que parecieran colombianas”.
Con esas cuentas en Facebook tenían que amasar seguidores, para lo cual agregaban grupos de moteros, taxistas, fanáticos de carros u otras cuentas reales “que en el perfil se notara que eran gente popular para que no se fueran a dar cuenta que las cuentas eran falsas”, dice una de las fuentes.
Una vez se estaban siguiendo mutuamente en la red social se entablaban conversaciones, comentarios o chats con el fin de conseguir ‘me gusta o likes’ de las fotos que ponían de estas mujeres en los perfiles falsos.
Cuando el resultado no se conseguía de manera inmediata, la instrucción era clara: prometer fotos desnudas a cambio de los codiciados likes en las fotos existentes. “Soy Juanita y me gustan las motos”, “los carros siempre me han excitado” y “regálame un like y te mando una foto desnuda” eran algunas de las frases ganadoras.
Algunas de las conversaciones terminaban dándose en términos sexuales, y una vez el usuario víctima del engaño daba el me gusta a la foto de la chica, no se le mandaba ninguna imagen de retribución, sino que por el contrario se bloqueaba la cuenta para que no pudiera seguir el diálogo, no sin antes tomar un pantallazo y registro del like.
Esos likes se usaban para atraer mayor tráfico y actividad en una cuenta real: el ‘fanpage’ de la campaña Equipo por Bogotá, que era para promover los mensajes de Peñalosa en campaña y atacar a sus competidores en la elección. (Ver Peñalosa y la guerra directa en redes sociales)
Terrible.
En Twitter la estrategia era diferente pero no menos engañosa. En esa red se creaban miles de cuentas falsas, generalmente con perfiles de personas que parecieran serias o maduras, las cuales eran utilizadas para reproducir contenidos a favor de la campaña, crear tendencias de opinión, o atacar a las personas que criticaban a Peñalosa. (Ver análisis Un ejército de cuentas falsas)
Por medio de TweetDeck montaban las tendencias y los mensajes, generalmente atacando la campaña de Clara López o de Rafael Pardo y con eso bombardeaban las redes con el mismo mensaje poniéndolos en miles de cuentas falsas a la vez.
Asqueroso. Pero lo peor es que esa estrategia con cuentas falsas en Twitter todavía se sigue usando por la Alcaldía.
La empresa contratada por la campaña y la administración para el manejo de estas redes sociales y donde trabajaban Vivi y Laura se llama LinkTic, ubicada en el último piso de un sofisticado edificio de oficinas de la Zona T, en la dirección Cra. 12A No. 83 - 75. (Ver Documento de la Alcaldía en Proceso de Selección)
Esta empresa fue fundada por el empresario de Manizales, Fernán Ocampo, que es visto como un “geek con alma de político” por la revista Jet-Set y que se auto describe como un apasionado por “crear empresa de base tecnologica bajando inflacion de los paises con innovación al instante”. (Ver @FernanOcampo – errores originales de sintaxis y ortografía)
Ocampo, un vargasllerista puro como se define frente a su equipo, ha estado inmerso en varios escándalos, uno de ellos por un cuestionado contrato de 522 millones de pesos entregado a dedo por la Contraloría de Bogotá, y otros por tener un escuadrón de usuarios fantasma en las redes dedicados a comentar en los foros de internet a favor de quien le pague para ello. (Ver El hombre detrás de la urna de cristal)
Interesante. Sobre todo porque haciendo una revisión de los contratos que ha recibido LinkTic de diferentes entidades estatales se suman más de mil millones de pesos solo en el 2016.
Nada mal. La compañía de Ocampo logró contratos con la Aeronáutica Civil, el Ministerio de Transporte, Servicios Postales Nacionales y el Ministerio de Minas y Energía, entre otros, y todos estos tienen un común denominador: que son instituciones que fueron controladas por cuotas del exvicepresidente Germán Vargas Lleras. (Ver Contratos de LinkTic)
Se puede decir entonces que el señor Ocampo ha sabido capitalizar su vargasllerismo, y en grande. Al igual que su apoyo a Enrique Peñalosa y el trabajo que ha hecho para la Alcaldía.
Sin duda después de esta columna vendrán los ataques e insultos provenientes del ejercito de cuentas falsas en las redes sociales. Es de esperar.
@yohirakerman
Nota del editor: A propósito de esta columna, la empresa Linktic envió una comunicación a la dirección del periódico.