Hay pocos negocios tan rentables como la religión y la fe. Eso explica que en los últimos tres años se hayan fundado 1.258 Iglesias lo que significa más de una por día.
Según un editorial de El Espectador, hasta 2013 se tenían datos de más de 7.000 Iglesias con RUT con un patrimonio bruto que se aproximaba a los 10 billones de pesos.
De esas asociaciones religiosas, 145 reportaban ingresos superiores anuales a los cuatro mil millones de pesos. Un dineral y un negocio redondo.
Los feligreses, o clientes, van a buscar redención y salvación en estos lugares de fe, para eso entregan parte de su dinero a los líderes espirituales, tal y como lo pide la palabra de Dios, y para rematar, las instituciones religiosas, sean las que sean, no tienen que rendir cuentas de ese dinero a nadie, ni siquiera al Estado, ya que están exentas de pagar impuestos. (Ver Impuestos para las Iglesias)
Una maravilla.
Es claro que existen Iglesias e instituciones religiosas que hacen un importante y crucial trabajo social. Eso nadie lo discute. Alimentan al hambriento, protegen al desprotegido, guían al perdido, pero esta columna no es sobre eso. No.
Este texto es sobre la deformación de la palabra del señor.
El pastor Miguel Arrázola ha sido tan conflictivo como efectivo con su Iglesia Cristiana “Ríos de Vida”. Acá va un poco de su complicado expediente.
El miércoles 5 de octubre de 2016, tres días después de la victoria del “no” en el plebiscito por la paz, los estudiantes de todo el país protagonizaron una movilización masiva apoyando el acuerdo de paz con las Farc. Cartagena no fue la excepción.
Unos 20 estudiantes cartageneros organizaron un plantón frente al templo “Ríos de Vida”, conocido por invitar a sus creyentes a rechazar los acuerdos de paz entre el gobierno y la exguerrilla.
Momentos más tarde, dos hombres se bajaron de un carro, amenzaron a los estudiantes diciéndoles “sepan que ‘los Pepes’ todavía existen, los que mataron a Pablo Escobar, sepan que los vamos a joder”. (Ver Dios en manos de quién)
Esos personajes se sentaron en el parque donde se encontraban los estudiantes, quienes se acercaron a ellos para grabar sus rostros y denunciarlos ante las autoridades. En ese momento, uno de los sujetos autoidentificado como miembro de los Pepes, intentó sacar algo del cinto de forma amenazadora como si fuera un arma. (Ver Video de Noticias Uno con denuncia de Julián Martínez)
Los sujetos supuestamente pertenecientes a los Pepes fueron identificados. Uno de ellos es el señor Gustavo Rodríguez Cáceres, el que intenta sacar el revólver para amenazar a los jóvenes, quien es el jefe de escoltas del pastor Miguel Arrázola, y el otro señor se llama Pedro Ramírez Vega, escolta del hijo mayor del pastor Arrázola.
¿Por qué necesita escoltas privados y carros blindados un pastor de una Iglesia Cristiana?
La respuesta es sencilla. Según fuentes de personas que han trabajado con la Iglesia, el recaudo de Ríos de Vida puede llegar a 1.250 millones de pesos mensuales. La inmensa mayoría de este dinero llega en efectivo, y otra parte se entrega en tarjeta de crédito e incluso cheques. Dos veces por semana los camiones de la agencia de transporte de valores se estacionan por el lado de la avenida Pedro de Heredia para llevar la plata del señor.
Ríos de dinero.
No extraña, ya que el pastor Arrázola tiene el don de la palabra para convencer a su congregación, más aún cuando se trata de que le entreguen el diezmo diciendo que todo lo que le den, Dios se los devolverá. La fe es el camino y el pastor Arrázola es el peaje.
Dice literalmente el pastor: “entre más das, más lleno serás. Tú por no dar y por no poner, estás reteniendo a Dios. Deberías moverte y dar todo lo que tienes (…) Usted vacía los bolsillos acá y Dios se los llena”. (Oír Audio Pastor Arrázola pidiendo diezmo)
Esas frases, al lado de otras celebres como “los que no dan no prosperan porque salen de su cobertura” y “el que se retire de la Iglesia cae en desgracia o se puede enfermar”, hacen parte de lo que escuchan los feligreses de la voz de su pastor. Miedoso pero muy efectivo.
Dios le ha llenado sus bolsillos y los de su esposa la pastora María Paula García de Arrázola. El pastor Arrázola puso en venta su apartamento 6A en el edificio Regatta en Cartagena por 1500 millones de pesos ya que se mudó al exclusivo sector de Barcelona de Indias, a una casa avaluada en unos tres mil millones de pesos. (Ver Certificado de Tradición)
Fuera de eso compraron ocho hectáreas de tierra en la jurisdicción de Turbaco donde se construye la nueva lujosa sede de la Iglesia. Todo tiene un extraño nudo societario ya que en la propiedad de las tierras no figuran por ninguna parte ni el Nit. 806.011.550-0 relacionado a la sociedad Iglesia Cristiana Familiar Ríos de Vida, ni la Iglesia. (Ver Fotos de Nueva Sede)
Extraño, sobre todo porque los lotes costaron alrededor de siete mil millones de pesos y, claro, sus pastores le están pidiendo a cada uno de sus feligreses un mínimo de 4 millones de pesos por persona, no por familia, para apoyar la construcción de esta sede de lujo. (Ver Video Modo Construcción)
Todo esto sin entrar en la muy conocida y lamentable declaración del pastor Arrázola, que desde su púlpito amenazó de muerte al periodista Lucio Torres por publicar información sobre su Iglesia. Pese a que el pastor Arrázola ha pedido perdón públicamente por este suceso, queda claro que generar miedo es un pilar importante para el éxito económico de esta organización. Amén.
Hay pocos negocios tan rentables como la religión y la fe. Eso explica que en los últimos tres años se hayan fundado 1.258 Iglesias lo que significa más de una por día.
Según un editorial de El Espectador, hasta 2013 se tenían datos de más de 7.000 Iglesias con RUT con un patrimonio bruto que se aproximaba a los 10 billones de pesos.
De esas asociaciones religiosas, 145 reportaban ingresos superiores anuales a los cuatro mil millones de pesos. Un dineral y un negocio redondo.
Los feligreses, o clientes, van a buscar redención y salvación en estos lugares de fe, para eso entregan parte de su dinero a los líderes espirituales, tal y como lo pide la palabra de Dios, y para rematar, las instituciones religiosas, sean las que sean, no tienen que rendir cuentas de ese dinero a nadie, ni siquiera al Estado, ya que están exentas de pagar impuestos. (Ver Impuestos para las Iglesias)
Una maravilla.
Es claro que existen Iglesias e instituciones religiosas que hacen un importante y crucial trabajo social. Eso nadie lo discute. Alimentan al hambriento, protegen al desprotegido, guían al perdido, pero esta columna no es sobre eso. No.
Este texto es sobre la deformación de la palabra del señor.
El pastor Miguel Arrázola ha sido tan conflictivo como efectivo con su Iglesia Cristiana “Ríos de Vida”. Acá va un poco de su complicado expediente.
El miércoles 5 de octubre de 2016, tres días después de la victoria del “no” en el plebiscito por la paz, los estudiantes de todo el país protagonizaron una movilización masiva apoyando el acuerdo de paz con las Farc. Cartagena no fue la excepción.
Unos 20 estudiantes cartageneros organizaron un plantón frente al templo “Ríos de Vida”, conocido por invitar a sus creyentes a rechazar los acuerdos de paz entre el gobierno y la exguerrilla.
Momentos más tarde, dos hombres se bajaron de un carro, amenzaron a los estudiantes diciéndoles “sepan que ‘los Pepes’ todavía existen, los que mataron a Pablo Escobar, sepan que los vamos a joder”. (Ver Dios en manos de quién)
Esos personajes se sentaron en el parque donde se encontraban los estudiantes, quienes se acercaron a ellos para grabar sus rostros y denunciarlos ante las autoridades. En ese momento, uno de los sujetos autoidentificado como miembro de los Pepes, intentó sacar algo del cinto de forma amenazadora como si fuera un arma. (Ver Video de Noticias Uno con denuncia de Julián Martínez)
Los sujetos supuestamente pertenecientes a los Pepes fueron identificados. Uno de ellos es el señor Gustavo Rodríguez Cáceres, el que intenta sacar el revólver para amenazar a los jóvenes, quien es el jefe de escoltas del pastor Miguel Arrázola, y el otro señor se llama Pedro Ramírez Vega, escolta del hijo mayor del pastor Arrázola.
¿Por qué necesita escoltas privados y carros blindados un pastor de una Iglesia Cristiana?
La respuesta es sencilla. Según fuentes de personas que han trabajado con la Iglesia, el recaudo de Ríos de Vida puede llegar a 1.250 millones de pesos mensuales. La inmensa mayoría de este dinero llega en efectivo, y otra parte se entrega en tarjeta de crédito e incluso cheques. Dos veces por semana los camiones de la agencia de transporte de valores se estacionan por el lado de la avenida Pedro de Heredia para llevar la plata del señor.
Ríos de dinero.
No extraña, ya que el pastor Arrázola tiene el don de la palabra para convencer a su congregación, más aún cuando se trata de que le entreguen el diezmo diciendo que todo lo que le den, Dios se los devolverá. La fe es el camino y el pastor Arrázola es el peaje.
Dice literalmente el pastor: “entre más das, más lleno serás. Tú por no dar y por no poner, estás reteniendo a Dios. Deberías moverte y dar todo lo que tienes (…) Usted vacía los bolsillos acá y Dios se los llena”. (Oír Audio Pastor Arrázola pidiendo diezmo)
Esas frases, al lado de otras celebres como “los que no dan no prosperan porque salen de su cobertura” y “el que se retire de la Iglesia cae en desgracia o se puede enfermar”, hacen parte de lo que escuchan los feligreses de la voz de su pastor. Miedoso pero muy efectivo.
Dios le ha llenado sus bolsillos y los de su esposa la pastora María Paula García de Arrázola. El pastor Arrázola puso en venta su apartamento 6A en el edificio Regatta en Cartagena por 1500 millones de pesos ya que se mudó al exclusivo sector de Barcelona de Indias, a una casa avaluada en unos tres mil millones de pesos. (Ver Certificado de Tradición)
Fuera de eso compraron ocho hectáreas de tierra en la jurisdicción de Turbaco donde se construye la nueva lujosa sede de la Iglesia. Todo tiene un extraño nudo societario ya que en la propiedad de las tierras no figuran por ninguna parte ni el Nit. 806.011.550-0 relacionado a la sociedad Iglesia Cristiana Familiar Ríos de Vida, ni la Iglesia. (Ver Fotos de Nueva Sede)
Extraño, sobre todo porque los lotes costaron alrededor de siete mil millones de pesos y, claro, sus pastores le están pidiendo a cada uno de sus feligreses un mínimo de 4 millones de pesos por persona, no por familia, para apoyar la construcción de esta sede de lujo. (Ver Video Modo Construcción)
Todo esto sin entrar en la muy conocida y lamentable declaración del pastor Arrázola, que desde su púlpito amenazó de muerte al periodista Lucio Torres por publicar información sobre su Iglesia. Pese a que el pastor Arrázola ha pedido perdón públicamente por este suceso, queda claro que generar miedo es un pilar importante para el éxito económico de esta organización. Amén.