En la madrugada del 24 de septiembre de 2018, autoridades colombianas y de Estados Unidos tenían listo el operativo para capturar a Álex Saab en Colombia. La operación falló, ya que para ese momento el testaferro de Nicolás Maduro no se encontraba en el país. Algunos elementos recientes demuestran que esto no fue por pura coincidencia.
Todo empieza el 1° de septiembre de 2018, 23 días antes del fallido operativo. Ese día el policía Eddie Pinto Rúa, quien investigaba a Saab por encargo del agente de la DEA Edward Martínez, contactó a una abogada de la oficina de la firma De la Espriella Lawyers para anunciarle que el empresario y sus colaboradores serían arrestados. Abelardo de la Espriella y su firma eran en ese momento los abogados principales del empresario hoy preso en Cabo Verde.
El día siguiente, a 22 días del operativo que no funcionó, Pinto Rúa contactó nuevamente a la abogada María Paula Escorcia con el fin de solicitarle una reunión. El propósito era entregarle información detallada sobre los avances de la investigación que adelantaban la Policía Nacional de Colombia y la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).
La doctora Escorcia, según se supo después en la entrevista FPJ-14 frente a la Policía Judicial, le avisó a su jefe, el doctor Abelardo de la Espriella, sobre el contacto del policía. Según su relato, De la Espriella autorizó que se diera la reunión con el patrullero en la oficina de su firma de abogados en Bogotá, pero le pidió que grabara el contenido de la reunión. (Ver Abogado de Álex Saab en Colombia autorizó pactos con policía corrupto).
En la reunión, el policía Pinto Rúa, que trabajaba para la sala de interceptaciones Rojo del SIU-Dijín, le entregó detalles importantes de la investigación de las autoridades en contra de Saab. Datos como que, fuera de ser investigado por lavado de activos, también era indagado por terrorismo, por su apoyo al grupo Hezbolá.
Con un detalle adicional: el policía Pinto le entregó información confidencial a la, en ese entonces, firma de abogados de Saab sobre la inminente captura que se venía en contra del empresario barranquillero, su familia y asociados, con todos los pormenores del operativo.
La abogada Escorcia grabó clandestinamente a Pinto en la sala de juntas de la firma de Bogotá y le dijo que tenía que verificar la información que le había entregado. El policía, especialista en comunicaciones e interceptaciones, le dijo que, para comunicarse de manera más segura la abogada y él, le hiciera llegar un teléfono de marca iPhone y le entregó una dirección en el barrio Restrepo para su entrega.
Algo tuvo que haber verificado muy bien con sus jefes en la firma de Abelardo de la Espriella, ya que la abogada Escorcia, muy tiesa y muy maja, le pidió la hoja de vida al policía y al día siguiente, a 21 días del operativo frustrado, le llevó el teléfono de marca iPhone a la dirección en Restrepo. Pinto Rúa le dijo que cuando hablaran por esa línea fingieran ser pareja.
Y la relación falsa fue muy fructífera, ya que después de eso la abogada y el policía, fingiendo ser pareja, cruzaron varios mensajes y tuvieron varias conversaciones que, según la abogada, fueron autorizadas por sus jefes diciéndole que “le siguiera la corriente”.
El 9 de septiembre, a 15 días del fallido operativo de la Policía y la DEA, Pinto Rúa le pidió una reunión personal a la abogada de la firma De la Espriella Lawyers por la zona del aeropuerto. Cuando se reunieron en un centro comercial, le dijo a Escorcia que tenían que sacar a la familia de Saab del país, porque se venía la inminente captura.
“Eddy me dice que no hable nada por teléfono ya que todo lo escucha y que mejor mande a la familia de Saab de vacaciones para que no los capturen, que él puede borrar las llamadas de todos los informes y que a cambio de eso él quería el diario que Álex Saab se gastaba en su caja menor, es decir, $500 millones, que él en la primera cita me dijo que Álex Saab se gastaba”. La abogada informó de todo a sus superiores.
El 24 de septiembre de 2018 se frustró el operativo en contra de Saab, sus socios y familia, precisamente por una fuga de información, pues ya no se encontraban en el país.
Pero, oh, sorpresa.
La abogada Escorcia esperó hasta la tarde del 26 de septiembre, dos días después de la frustrada captura, para rendir la declaración en una estación de policía del Gaula en Barranquilla, sobre el pedido ilegal de soborno del policía Pinto Rúa y sus múltiples comunicaciones. En la entrevista con la Policía Judicial, ni siquiera una denuncia formal, la abogada entregó los detalles del pedido ilegal por parte del patrullero que trabajaba para la sala de interceptaciones Rojo del SIU-Dijín y sobre la naturaleza del teléfono que le entregó, pero quedaron algunos temas sin aclarar.
Un poco tarde, ¿no?
En relación con este caso y por los hechos anteriormente narrados, los abogados De la Espriella y Escorcia fueron denunciados en agosto de 2020 por concierto para delinquir y fraude procesal y también existe una queja contra ellos ante un tribunal disciplinario en Colombia.
El periodista investigativo Gerardo Reyes, de Univisión Noticias, quien ha seguido de cerca este caso y escribió un excelente libro titulado Álex Saab, logró conocer el contenido de una reciente audiencia virtual que rindió De la Espriella por ese proceso disciplinario, en el que se le acusa de prácticas ilegales en el ejercicio de la profesión.
Reyes pudo determinar que, en esa audiencia, De la Espriella cayó en contradicciones y dijo, entre otras cosas, que sí le dio la orden a la abogada de su firma de grabar al policía. Pero eludió explicar por qué esperó más de 20 días para denunciarlo y no aclaró que lo hizo después de que se frustró la operación de arresto del empresario, por la fuga de información. (Ver Exabogado de Saab admitió haber ordenado contactos con un policía que frustró el arresto de su cliente).
Como si no fuera suficiente, De la Espriella salió al ataque. “Esta queja está sustentada en informes de prensa que, dicho también sea de paso, vienen de periodistas con quienes me he enfrentado en tribunales, aquí en los Estados Unidos y en Colombia. Yo tengo una pelea casada con el señor Daniel Coronell, con el señor Gerardo Reyes, con la señora Cecilia Orozco y con todos esos militantes que fungen de periodistas independientes”.
Pero De la Espriella no le explicó al magistrado que esas peleas casadas, de las que saca pecho el abogado, ya las perdió. A De la Espriella le faltó contar que la demanda contra Reyes y Univisión fue desestimada por el juez en Estados Unidos y que él mismo abandonó el caso contra Coronell, luego que los abogados del periodista le pidieron información sobre los contratos de asesoría legal en los últimos seis años, incluyendo sus acuerdos con Saab.
Pero otra cosa llama la atención. Pese a que el policía Pinto Rúa fue condenado por soborno al aceptar el teléfono celular que le obsequió Escorcia con autorización de sus jefes y 300 dólares adicionales para que se comprara otro móvil, entregados por Mario García, asesor legal de Saab, ni el juez ni el fiscal del caso de Pinto se ocuparon de investigar a los que entregaron el soborno. Ni el origen del dinero por el cual fue condenado.
Interesante. Se juzgó al policía que recibió el iPhone, pero no a los abogados que entregaron las presuntas dádivas. ¿Justicia para los de ruana?
En la madrugada del 24 de septiembre de 2018, autoridades colombianas y de Estados Unidos tenían listo el operativo para capturar a Álex Saab en Colombia. La operación falló, ya que para ese momento el testaferro de Nicolás Maduro no se encontraba en el país. Algunos elementos recientes demuestran que esto no fue por pura coincidencia.
Todo empieza el 1° de septiembre de 2018, 23 días antes del fallido operativo. Ese día el policía Eddie Pinto Rúa, quien investigaba a Saab por encargo del agente de la DEA Edward Martínez, contactó a una abogada de la oficina de la firma De la Espriella Lawyers para anunciarle que el empresario y sus colaboradores serían arrestados. Abelardo de la Espriella y su firma eran en ese momento los abogados principales del empresario hoy preso en Cabo Verde.
El día siguiente, a 22 días del operativo que no funcionó, Pinto Rúa contactó nuevamente a la abogada María Paula Escorcia con el fin de solicitarle una reunión. El propósito era entregarle información detallada sobre los avances de la investigación que adelantaban la Policía Nacional de Colombia y la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).
La doctora Escorcia, según se supo después en la entrevista FPJ-14 frente a la Policía Judicial, le avisó a su jefe, el doctor Abelardo de la Espriella, sobre el contacto del policía. Según su relato, De la Espriella autorizó que se diera la reunión con el patrullero en la oficina de su firma de abogados en Bogotá, pero le pidió que grabara el contenido de la reunión. (Ver Abogado de Álex Saab en Colombia autorizó pactos con policía corrupto).
En la reunión, el policía Pinto Rúa, que trabajaba para la sala de interceptaciones Rojo del SIU-Dijín, le entregó detalles importantes de la investigación de las autoridades en contra de Saab. Datos como que, fuera de ser investigado por lavado de activos, también era indagado por terrorismo, por su apoyo al grupo Hezbolá.
Con un detalle adicional: el policía Pinto le entregó información confidencial a la, en ese entonces, firma de abogados de Saab sobre la inminente captura que se venía en contra del empresario barranquillero, su familia y asociados, con todos los pormenores del operativo.
La abogada Escorcia grabó clandestinamente a Pinto en la sala de juntas de la firma de Bogotá y le dijo que tenía que verificar la información que le había entregado. El policía, especialista en comunicaciones e interceptaciones, le dijo que, para comunicarse de manera más segura la abogada y él, le hiciera llegar un teléfono de marca iPhone y le entregó una dirección en el barrio Restrepo para su entrega.
Algo tuvo que haber verificado muy bien con sus jefes en la firma de Abelardo de la Espriella, ya que la abogada Escorcia, muy tiesa y muy maja, le pidió la hoja de vida al policía y al día siguiente, a 21 días del operativo frustrado, le llevó el teléfono de marca iPhone a la dirección en Restrepo. Pinto Rúa le dijo que cuando hablaran por esa línea fingieran ser pareja.
Y la relación falsa fue muy fructífera, ya que después de eso la abogada y el policía, fingiendo ser pareja, cruzaron varios mensajes y tuvieron varias conversaciones que, según la abogada, fueron autorizadas por sus jefes diciéndole que “le siguiera la corriente”.
El 9 de septiembre, a 15 días del fallido operativo de la Policía y la DEA, Pinto Rúa le pidió una reunión personal a la abogada de la firma De la Espriella Lawyers por la zona del aeropuerto. Cuando se reunieron en un centro comercial, le dijo a Escorcia que tenían que sacar a la familia de Saab del país, porque se venía la inminente captura.
“Eddy me dice que no hable nada por teléfono ya que todo lo escucha y que mejor mande a la familia de Saab de vacaciones para que no los capturen, que él puede borrar las llamadas de todos los informes y que a cambio de eso él quería el diario que Álex Saab se gastaba en su caja menor, es decir, $500 millones, que él en la primera cita me dijo que Álex Saab se gastaba”. La abogada informó de todo a sus superiores.
El 24 de septiembre de 2018 se frustró el operativo en contra de Saab, sus socios y familia, precisamente por una fuga de información, pues ya no se encontraban en el país.
Pero, oh, sorpresa.
La abogada Escorcia esperó hasta la tarde del 26 de septiembre, dos días después de la frustrada captura, para rendir la declaración en una estación de policía del Gaula en Barranquilla, sobre el pedido ilegal de soborno del policía Pinto Rúa y sus múltiples comunicaciones. En la entrevista con la Policía Judicial, ni siquiera una denuncia formal, la abogada entregó los detalles del pedido ilegal por parte del patrullero que trabajaba para la sala de interceptaciones Rojo del SIU-Dijín y sobre la naturaleza del teléfono que le entregó, pero quedaron algunos temas sin aclarar.
Un poco tarde, ¿no?
En relación con este caso y por los hechos anteriormente narrados, los abogados De la Espriella y Escorcia fueron denunciados en agosto de 2020 por concierto para delinquir y fraude procesal y también existe una queja contra ellos ante un tribunal disciplinario en Colombia.
El periodista investigativo Gerardo Reyes, de Univisión Noticias, quien ha seguido de cerca este caso y escribió un excelente libro titulado Álex Saab, logró conocer el contenido de una reciente audiencia virtual que rindió De la Espriella por ese proceso disciplinario, en el que se le acusa de prácticas ilegales en el ejercicio de la profesión.
Reyes pudo determinar que, en esa audiencia, De la Espriella cayó en contradicciones y dijo, entre otras cosas, que sí le dio la orden a la abogada de su firma de grabar al policía. Pero eludió explicar por qué esperó más de 20 días para denunciarlo y no aclaró que lo hizo después de que se frustró la operación de arresto del empresario, por la fuga de información. (Ver Exabogado de Saab admitió haber ordenado contactos con un policía que frustró el arresto de su cliente).
Como si no fuera suficiente, De la Espriella salió al ataque. “Esta queja está sustentada en informes de prensa que, dicho también sea de paso, vienen de periodistas con quienes me he enfrentado en tribunales, aquí en los Estados Unidos y en Colombia. Yo tengo una pelea casada con el señor Daniel Coronell, con el señor Gerardo Reyes, con la señora Cecilia Orozco y con todos esos militantes que fungen de periodistas independientes”.
Pero De la Espriella no le explicó al magistrado que esas peleas casadas, de las que saca pecho el abogado, ya las perdió. A De la Espriella le faltó contar que la demanda contra Reyes y Univisión fue desestimada por el juez en Estados Unidos y que él mismo abandonó el caso contra Coronell, luego que los abogados del periodista le pidieron información sobre los contratos de asesoría legal en los últimos seis años, incluyendo sus acuerdos con Saab.
Pero otra cosa llama la atención. Pese a que el policía Pinto Rúa fue condenado por soborno al aceptar el teléfono celular que le obsequió Escorcia con autorización de sus jefes y 300 dólares adicionales para que se comprara otro móvil, entregados por Mario García, asesor legal de Saab, ni el juez ni el fiscal del caso de Pinto se ocuparon de investigar a los que entregaron el soborno. Ni el origen del dinero por el cual fue condenado.
Interesante. Se juzgó al policía que recibió el iPhone, pero no a los abogados que entregaron las presuntas dádivas. ¿Justicia para los de ruana?