Conpes de Tecnologías para Educar, y cómo pensar en la ruralidad

Carolina Botero Cabrera
06 de septiembre de 2019 - 05:00 a. m.

El pasado 26 de agosto se cerró el plazo para comentarios del borrador del Conpes “Tecnologías para educar: Lineamientos de política para impulsar la innovación en las prácticas educativas a través de las tecnologías digitales”. El texto incluye un diagnóstico y sienta las bases para un plan, pero todavía no se arriesga a proponer acciones concretas. Espero que se nutra de muchas voces con enfoques diversos.

En Karisma, donde trabajo, desde hace años venimos pensando en cómo hablar de apropiación de tecnología en educación para la ruralidad del país que está afectada por la desconexión. Así, nos involucramos en un proyecto de investigación mundial que terminó con la publicación del artículo CoKreación colaborativa de REA por profesores y educadores profesores en Colombia.

Tal y como lo señala el borrador del Conpes, durante esta investigación confirmamos que la conectividad es una barrera para la apropiación de tecnología y para su uso en el aula. En el proceso de desarrollo de nuestra investigación (se llamó CoKrea), surgió la necesidad de apoyar a una de las profesoras que estaba en una zona rural donde la conectividad era incierta. Dentro del equipo de investigación estaba una red de investigación educativa, ieRED, que usando herramientas de software libre convirtió el computador de la profesora en un servidor local.

El computador fue cargado con contenido, en concreto, el recurso que la profesora estaba desarrollando, que luego era conectado a las tabletas de la escuela (de las que fueron entregadas masivamente por el Ministerio TIC durante el Gobierno Santos por todo el país, incluso en sitios donde la conectividad era bastante deficiente). Esto le permitía a la docente desarrollar su experiencia pedagógica con tecnología.

Así nació el prototipo de servidor local, una solución que reproduce un ambiente de conectividad en el aula consiguiendo mitigar el efecto de desconexión. Esta fue la inspiración para nuestro siguiente proyecto.

En El planeta es la Escuela, que empezó en 2018 -y aún no termina-, queríamos ampliar la idea, buscando diseñar actividades que abrieran caminos olvidados en el modelo educativo, explorando las oportunidades del contexto local e incorporando como propósito la apropiación tecnológica. Una de las iniciativas se desarrolla en escuelas urbanas y rurales de Fresno (Tolima), donde la conectividad no existe o es poco confiable. La tecnología se incorpora con una versión más desarrollada del servidor local para montar una red local a la que llamamos Kimera que funciona con y para las escuelas.

Algo interesante de esta red es que funciona con la infraestructura de la escuela (equipos: computadores viejos, routers y tabletas) y es compatible con los teléfonos celulares de estudiantes y docentes. Esta infraestructura se conecta a un servidor local con contenidos digitales pertinentes como Wikipedia, herramientas pedagógicas como moodle y otros recursos educativos que han sido creados por los docentes o son facilitados por la comunidad. La red recrea un entorno de conectividad y permite a la comunidad procesos de apropiación de contenidos incorporando elementos de lo digital a su proceso de aprendizaje. El proyecto que ha sido recibido positivamente, logra impulsar la innovación en las prácticas educativas a través de las tecnologías digitales y sucede en una zona donde la brecha digital es sentida.

Algo que aprendimos en estos años es que la ausencia, pero también la falta de confiabilidad en la conexión, producen frustración. Este sentimiento se explica muy bien en el artículo “¡Hola! ¿Hoy hay internet?”de Ancestra, donde se analiza el plan Vive Digital, la política pública del Gobierno Santos que ha sido central para conectar al sector educativo rural del país. Cualquier política pública que no aborde esta realidad y aprenda de lo que ha pasado va a quedar coja.

Con base en estas experiencias, propusimos dos temas para ser incorporados en el Conpes:

1. La conectividad a internet no es la única que existe, ni la única que puede lograr los objetivos propuestos.

Si bien compartimos el diagnóstico en el sentido de que la falta de conectividad a internet afecta negativamente la apropiación de tecnologías digitales en educación, lo que sabemos es que el proceso para conectar a las comunidades es complejo y demorado. Más aún, cuando se logra llevar internet, que la conexión sea confiable y de calidad es otro nivel. Lo cierto es que nuestras comunidades rurales tienen afán de conectarse y pueden hacerlo ya mismo, hay muchas cosas que se pueden hacer fuera de internet. Esto es ignorado en el documento.

Los comentarios que presentamos muestran ejemplos de redes locales y comunitarias que pueden impactar positivamente estos procesos.

2. Los pilares del Conpes deben ser transversalizados por las necesidades concretas de la comunidad educativa.

En su estado actual, el borrador del Conpes es un marco general que establece un diagnóstico y las bases para un plan que impulse el uso de tecnología en las escuelas del país soportado en los siguientes pilares: incremento del acceso a tecnologías digitales, mejora de conectividad a internet, promoción de la apropiación de dichas tecnologías y fortalecimiento de las prácticas de monitoreo y evaluación del impacto de las tecnologías digitales en la educación.

Aunque allí se reconoce la diversidad de necesidades en las comunidades educativas del país, se necesita que también sea un criterio transversal que impacte de forma diferencial los mecanismos de monitoreo y evaluación del Conpes. Con este propósito, proponemos dos nuevos pilares que atraviesan los propuestos: (i) oportunidades adecuadas de uso y (ii) la calidad de acceso a las tecnologías de la información.

Les invitamos a conocer los comentarios que presentamos.

Aprovecho para recordar que el proyecto de ley 099 de 2018 Cámara que busca restringir los celulares en el aula fue aprobado en Cámara y pasa al Senado. Como ya señalamos, los celulares pueden ser herramientas de educación. Invito a las y los congresistas a leer esta norma pensando en la desigualdad que afecta a las escuelas rurales. ¿La brecha digital presente en estas escuelas merece la prohibición que se piensa para, y propone desde Bogotá?

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