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El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un acto ético comprometido con la defensa de los derechos de las mujeres y con la protección de su dignidad e integridad. Las mujeres sufren de varios tipos de violencias caracterizadas desde las agresiones físicas, sexuales, psicológicas, hasta las más graves representadas en los feminicidios. Este tipo de violencias se expresan en distintos ámbitos locales y globales, además de hacer parte de diversos contextos y escenarios sociales relacionados con los círculos familiares, laborales, escolares y en dimensiones más amplias asociadas a conflictos sociales y políticos.
Según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal, comparando los datos existentes en los primeros cinco meses del 2017 y del 2018, los casos de violencia de pareja aumentaron en un 3,90%, pasando de 17.050 a 17.715 casos; también se registró un incremento en la violencia intrafamiliar del 8%, de la violencia interpersonal en 2,78%, los delitos sexuales en 18,26% y los homicidios en 10,31%. Estos datos evidencian la necesidad de adoptar estrategias concretas para disminuir y prevenir las diferentes violencias contra las mujeres.
En el ámbito universitario también se presentan violencias contra las mujeres y frente a esta problemática la Universidad Pedagógica Nacional ha emprendido un trabajo sistemático al respecto. Entre el 2016 y el 2018 hemos registrado 21 casos de estudiantes que reportan acoso sexual; sus edades oscilan entre los 19 y 25 años. Los acosos se registran por parte de siete estudiantes y 14 profesores, frente a lo cual se iniciaron procesos disciplinarios por la instancia pertinente dando como resultado la no vinculación de tres profesores, en cumplimiento de la Ley 1257 del 2018 que estipula que “las violencias contra las mujeres vulneran los derechos humanos, afectan la dignidad de las personas”. Asimismo, se han sancionado estudiantes agresores.
Ahora bien, más allá de las medidas punitivas que son necesarias, pero no suficientes, la Universidad Pedagógica Nacional a través de la resolución rectoral no. 1175 de agosto del 2018, adoptó el protocolo para la prevención y atención de las violencias contra las estudiantes en la institución, promoviendo de forma ágil y oportuna la protección de los derechos de las mujeres para garantizar un espacio universitario libre de acoso y violencias. El protocolo establece una ruta de atención legal y psicológica que busca dignificar a las estudiantes en el proceso de denuncia y sobre todo busca una prevención y atención efectiva.
El protocolo abarca el acompañamiento psicosocial ofrecido por el Grupo de Orientación y Acompañamiento Estudiantil (GOAE), a través del cual se busca superar las alteraciones psicológicas que presentan las estudiantes cuando han sido agredidas. Este proceso pasa por recuperar la autoestima, la seguridad y la confianza en sí mismas y en el ámbito universitario. Teniendo en cuenta que las estudiantes que han sufrido violencia sexual presentan serios trastornos en el estado de ánimo, hábitos de estudio, alimentación, sueño e inseguridad permanente, el trabajo que hace el equipo, conformado por siete psicólogas, dos sociólogas, dos psicopedagogas y una trabajadora social, es esencial. Precisamente, somos la universidad que cuenta con el equipo más amplio para atender esta compleja problemática. A su vez se cuenta con el apoyo jurídico de abogados que la institución ha dispuesto para efectos de asesorar eventuales denuncias ante organismos competentes como la Fiscalía.
El protocolo descrito fue producto de un importante estudio desarrollado por más de un año por parte del Grupo de Orientación y Acompañamiento Estudiantil, durante el cual se caracterizaron las percepciones de estudiantes de las cinco facultades de nuestra universidad a propósito de las múltiples expresiones de las violencias de género, destacándose la existencia de violencias simbólica, psicológica y sexual. Frente a las reacciones que presentan los entrevistados sobre las violencias de género, llama la atención que un alto porcentaje es indiferente, mientras que otra parte se manifiesta solidario y una pequeña proporción establece las denuncias pertinentes.
La experiencia más bella de todo este proceso se evidencia en los colectivos de mujeres estudiantes de nuestra universidad, los cuales han creado un equipo llamado Banda sin miedo, que con autonomía y convicción realiza distintas actividades de reflexión y denuncia frente a las violencias que enfrentan las mujeres.
Queda mucho por hacer en todos los campus universitarios para que la vida, la dignidad y la justicia hagan parte de la cultura institucional en el tema de las violencias contras las mujeres. No obstante, la educadora de educadores le apuesta con compromiso y dedicación a la protección de sus derechos y al cuestionamiento de las concepciones patriarcales aún existentes.
* Rector, Universidad Pedagógica Nacional.