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Pasados más de dos años desde que el ex presidente de REFICAR alegó sufrir de Alzheimer ante la Fiscalía para zafarse de sus responsabilidades en la billonaria corrupción en ese proyecto, no le puede pasar lo mismo a Colombia.
Recordemos que Reficar pasó de costarle a Ecopetrol USD$3.460 millones a USD$8.016 y su Junta Directiva buscó ocultar que el valor presente neto del proyecto era negativo o financieramente inviable, a tal punto que perdió acceso al crédito bancario y creó un sospechoso vehículo financiero o “banco” en Suiza con un capital de un billón de pesos para financiar a Reficar, pero que aún sigue funcionando, sin que la Superfinanciera o la Contraloría revisen y rindan informes sobre su desempeño o créditos con recursos públicos.
Recordemos que prontamente la Corte Constitucional deberá fallar sobre le exequibilidad del artículo 20 de la Ley 1882 de 2018 que obliga a que, de manera retroactiva, paguemos con nuestros impuestos los créditos que contratistas corruptos como el Consorcio Ruta del Sol, compuesto por Odebrecht y Grupo Aval, contraten con entidades financieras, sea que se roben esos dineros o no hagan las obras.
Recordemos que el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, ha sido involucrado en la entrega de sobornos en los contratos de Navelena; Ruta del Sol y en el Caso Hyundai, en los que fue abogado y asesor privado, pero sobre los cuales actúa como Fiscal encubriendo, desviando las investigaciones002C o buscando acuerdos para lograr pactos de silencio que terminen en impunidad para sus antiguos clientes.
Recordemos que desde Saludcoop a Cafesalud se hallaron por la Contraloría irregularidades que superan el billón de pesos y tienen preso a Guillermo Grosso, y que con la venta de sus activos a Medimás solo se ha empeorado la situación para sus usuarios, trabajadores y proveedores. Recordemos que el gobierno quieren “Ley de Punto Final” para las deudas en el sistema de salud que pagaríamos de nuestros impuestos y que podría ser una Ley de salvación para los corruptos.
Todo mientras el nivel de endeudamiento llega al 64% del PIB total, superando los niveles vistos antes de la crisis de 1999, la cartera del sistema financiero se deteriora, los hogares se endeudan más para consumo y menos para vivienda, y pagan tasas de usura por sus tarjetas de crédito.
@jrobertoacosta1 jrobertoacostaopinion@gmail.com
