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La hora decisiva de las elecciones presidenciales de 2022 —la 1ª vuelta en mayo y la 2ª, casi segura, en junio— podría ocurrir en marzo de ese mismo año. ¿Por qué? Porque entonces se hacen las consultas partidistas e interpartidistas que se anuncian todavía más decisivas en 2022 de lo que ya lo fueron en 2018.
La derecha dura o no tan dura de seguro tendrá su consulta en esa época. Uno duda mucho que les alcance para ganarse un puesto a la 2ª vuelta. ¿Quién aspira a este puesto? Escojan ustedes, a mí me da lo mismo. ¿Por qué? Porque los que me interesan son los candidatos de centro y centroizquierda, quienes no aceptarán seleccionarse con la derecha. Ahí participarán miembros de la Alianza Verde (¿uno, dos?), Juan Manuel Galán, Humberto de la Calle (si quiere), otro liberal de partido, digamos Juan Fernando Cristo, y queda la incógnita de si Alejandro Gaviria se le mide. Algunos sospechamos que no está interesado, pese a que lo van a tentar. De más está decir que Sergio Fajardo irá a esta consulta. La ventaja de hacerla es que después de marzo quedaría tan solo un candidato, eso sí, catapultado. Porque, ojo, no participar en las consultas de marzo es casi impensable hoy. Después se formaría una coalición, como ha habido varias.
Preguntan algunos si esta consulta de centro y centroizquierda incluirá a Gustavo Petro. Pues bien, parece que no. Se ha ido viendo que casi ninguno de los candidatos de peso que no son de derecha quiere una consulta con este senador. ¿Por temor a perder? Sí y no. El hombre tiene una base de votos fiel que lo hace fuerte en una consulta, pero que no le alcanza para imponerse en la 1ª y menos en la 2ª vuelta, salvo que para su fortuna la alternativa sea un candidato caracterizado de derecha, tipo Paloma Valencia, Rafael Nieto Loaiza o Germán Vargas Lleras. Por supuesto que alguien se conseguirá Petro, como en 2018 reclutó a Carlos Caicedo. Es probable que busque a un miembro del Partido Alianza Verde. Hablo de la línea patilla, como les dice un amigo a quienes son verdes por fuera y rojos por dentro. Aparte de que este personaje casi con seguridad perdería la consulta, como la perdió Caicedo por un margen de seis a uno, su actitud, si quiere el respaldo del partido, implicaría una división pura y simple. Viéndolo con claridad, los caicedos de este mundo actúan como calanchines. De cualquier modo, la línea patilla es muy minoritaria entre los verdes y se les olvida que Petro es quizá el peor enemigo que tiene la dignataria de mayor figuración de ese partido, la alcaldesa Claudia López. En fin, sería un dilema de vida o muerte para el Partido Alianza Verde.
Por descontado se da que ya en la campaña el candidato de centro o centroizquierda deberá hacer propuestas audaces en materia social, de salud y educativa, so pena de perder vapor ante los extremistas, sobre todo del costado populista. ¿En qué consisten estas audacias? Sé de buena fuente que esto implicaría implantar la renta básica universal, con algunas modulaciones que no la desnaturalicen ni la compliquen, y una promesa de aumentar a mediano plazo la participación del Estado en la economía en una cifra de mínimo el 5 % del PIB, si no del 7 %. Ojo que solo con recursos pueden materializarse programas ambiciosos. Mucha gente entiende este cobro de impuestos como una suerte de seguro que la sociedad paga para evitar que llegue el despelote.