Assange y la lucha por el acceso a la información

26 de junio de 2024 - 05:00 a. m.
“Hacer periodismo de denuncia se ha vuelto cada vez más difícil y no es claro que las democracias liberales tengan la voluntad de proteger con vehemencia la libertad de prensa”.
“Hacer periodismo de denuncia se ha vuelto cada vez más difícil y no es claro que las democracias liberales tengan la voluntad de proteger con vehemencia la libertad de prensa”.
Foto: EFE - SAMANTHA SALAMON

En 2010, Wikileaks publicó más de 250.000 documentos confidenciales del gobierno de Estados Unidos, incluyendo cables diplomáticos de sus embajadas en todo el mundo y material militar. Esto, más allá de avergonzar a la burocracia estadounidense, ayudó a demostrar cómo las guerras en Afganistán e Irak estaban plagadas de abusos y desinformación. Catorce años después Julian Assange, fundador del portal y quien se convirtió en “enemigo del Estado” para distintos gobiernos de Estados Unidos, podrá regresar en libertad a su natal Australia. En todo ese tiempo el mundo cambió, hacer periodismo de denuncia se ha vuelto más difícil y no es claro que las democracias liberales tengan la voluntad de proteger con vehemencia la libertad de prensa.

Hay cuestionamientos serios sobre los métodos de Assange y Wikileaks, como el pago por información y la difusión de los datos de forma irresponsable, poniendo en riesgo la vida de personas vulnerables. Sin embargo, el actuar de Wikileaks vino en un momento en el que el gobierno de Estados Unidos había expandido su operación de espionaje a gobiernos extranjeros y libraba dos guerras costosas en vidas humanas y violaciones a los derechos humanos. La publicación del material confidencial para que el mundo entero lo conociera fue un acto de utilidad democrática, de vigilancia a los poderosos y de mostrar que los servidores públicos no pueden acostumbrarse a actuar en las sombras. Por eso mismo, la persecución de Estados Unidos fue implacable.

Durante siete años Assange vivió confinado y refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres. Después estuvo recluido cinco años adicionales en la prisión de Belmarsh, al sureste de Londres. Gobierno tras gobierno de Estados Unidos había pedido su extradición. Querían imputarle 18 delitos por los que podría haber pagado hasta 175 años en prisión. El deseo de utilizar a Assange como un escarmiento era tan claro, que el Tribunal Supremo de Reino Unido, en decisión reciente, expresó su preocupación por la incapacidad de recibir un juicio justo en caso de ser extraditado. Eso terminó siendo determinante para su liberación.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos, viendo inminente un cambio de gobierno en Reino Unido, y ante la presión del nuevo gobierno en Australia, decidió ofrecer un acuerdo. Si Assange aceptaba haber violado la Ley de Espionaje, podría ser condenado y dar su pena por cumplida. Él aceptó, y eso fue lo que permitió que hoy esté en Australia, acabando esta saga de persecución.

No obstante, el precedente es nefasto. Porque el delito que tuvo que aceptar es “recibir y obtener” documentos secretos para “comunicarlos voluntariamente” a “personas que no deberían recibirlos”. Eso, palabras más, palabras menos, es lo que hace el periodismo de investigación. Si se convierte en un delito, ¿cómo se sentirán protegidos quienes prenden alarmas en todo el mundo ante los abusos de los Estados? Lo dijo Seth Stern, director de abogacía en la Fundación para la Libertad de Prensa (FPF, por su sigla en inglés): “Esta decisión va a pesar sobre las cabezas de todos los reporteros de seguridad nacional por años”. La lucha por la libertad de prensa y por el acceso a la información sigue siendo urgente.

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Flor(3922)26 de junio de 2024 - 09:46 p. m.
El Espectador, en este edtitorial, omitió recordar cuando su reportero fue a buscar a Juliian Assange y trajo valiosos documentos del insigne periodista que fueron publicados por El Espectadory deben existir en los archivos de este diario. Ahora, EE no puede calificar de "irresponsable" a Assange por investigar y publicar documentos de inetrés mundial.Assange es y será, el símbolo del periodismo investigativo.
Cincinatus(46377)26 de junio de 2024 - 08:21 p. m.
El delito fue hackear ordenadores del gobierno para acceder a información clasificada y luego divulgarla. No es un delito hackear ordenadores?
  • usucapion1000(15667)27 de junio de 2024 - 02:48 a. m.
    Delitos monstruosos contra la humanidad fueron los denunciados por Assange, ocultarlos es conestarlos y de algún modo contribuir a justificarlos. VIVA EL HEROISMO DE ASSANGE Y OJALÁ ALGÚN DÍA PAGUEN SUS PODEROSOS TORTURADORES.
Helga66(40077)26 de junio de 2024 - 07:17 p. m.
Libertad de prensa no es hackear bases de datos o comprar información para publicar en bruto sin análisis ni contexto y sin proteger las fuentes y a eventuales inocentes. Libertad es tomar datos, construir una historia y publicar para formar opinión publica que actué dentro de una sociedad democrática. Eso se puede llamar periodismo pero dudo que publicar un informe de una embajada en Internet alcance tal categoría
  • usucapion1000(15667)27 de junio de 2024 - 02:50 a. m.
    Bastante singular y poco recomendable su concepto de libertad de prensa!.
orlando(94712)26 de junio de 2024 - 06:47 p. m.
Una verdad que no se dice es cómo Assange lo dejaron solos los medios periodísticos...La presión la ejercieron otros con mayor carácter y solidaridad...Le tocó auto incriminarse contra su propia voluntad y violando la libertad de información...que las democracias liberales tengan la voluntad de proteger con vehemencia la libertad de prensa, aduce el editorial...Pero para colmo esa libertad es de la que adolecen los medios de comunicación empresariales en Colombia, dedicados a desinformar...
Alberto(3788)26 de junio de 2024 - 06:43 p. m.
Lo cometido contra Assange es otro delito de Lesa Humanidad de los pretendidos gendarmes del mundo. Muy grave para la libertad de prensa.
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