Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Por primera vez en 14 meses bajó la inflación. Además, el informe de desempleo de abril muestra una reducción: pasó de 12,1 % en marzo a 11,2 %, siguiendo la tendencia a la baja que comenzó desde febrero, cuando estaba en 12,9 %. Son dos buenas y necesarias noticias para la economía colombiana, que ha estado golpeada desde la pandemia y estaba viendo una inflación desmedida. Sin embargo, hay motivos de preocupación que persisten. Por un lado, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) espera que la inflación vuelva a subir en junio. Por otro, las mujeres siguen siendo afectadas de forma abrumadora por una tasa de desempleo mucho mayor que los hombres. Ambos problemas persistirán y marcarán el inicio del nuevo gobierno, independientemente de quién ocupe la Casa de Nariño.
El descalabro de la inflación fue global. Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, hizo una confesión en CNN la semana pasada: “Creo que me equivoqué sobre el camino que tomaría la inflación. Ha habido grandes impactos imprevistos en la economía que han disparado los precios de la energía y los alimentos, y cuellos de botella en el suministro que han afectado gravemente a nuestra economía que yo, en ese momento, no entendía completamente, pero lo reconocemos ahora”. Es una admisión gravísima, porque Yellen fue una de las principales impulsoras de la inversión estatal no solo en Estados Unidos, sino en el mundo entero, con especial influencia en la Unión Europea y también en las decisiones colombianas. Ahora, la inflación alta es el coco de todos los países.
Colombia, claro está, no ha sido ajena al fenómeno. Sin embargo, tenía razón José Manuel Restrepo, ministro de Hacienda, cuando dijo que esperaba que “hacia el mes de mayo [veremos] una inflación anual que empieza a ceder”. Así fue. El mes pasado alcanzó 9,07 %, con una variación mensual del IPC del 0,84 %. En lo que va del año, la inflación está en un 6,55 %. Desde marzo de 2021 no veíamos una reducción en la inflación, lo cual demuestra que las medidas tomadas por el Gobierno han servido. Sin embargo, la continuada guerra en Ucrania y otros pendientes macroeconómicos dicen que estamos lejos de superar el problema.
Esa ambivalencia se ve marcada en el reporte de desempleo. Hay una buena noticia y es que bajamos a 11,2 %, 4,3 puntos por debajo de la presentada en abril del 2021. Todo el año ese indicador viene cediendo. Eso, sin duda, hay que celebrarlo después de los años difíciles de pandemia. Es agridulce la realidad porque, no obstante, las mujeres son las más afectadas y las que más sufren. Los hombres tienen una tasa de desempleo de 8,9 % mientras que la de las mujeres está en 14,2 %, con una brecha de 5,3 puntos muy notable. Hay, adicionalmente, casos de ciudades preocupantes: Quibdó tiene una tasa de desempleo del 21,9 %, mientras que el 63,4 % de las personas en Valledupar viven del rebusque.
Todo parece indicar que estamos en un momento de transición y estancamiento. Los candidatos a la Presidencia deben saber que sus promesas económicas tienen que hacerse en el marco de un país golpeado, con una inflación dolorosa especialmente para los más vulnerables y con una brecha de género notable. Atender esto debe ser prioridad.
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.
Nota del director. Necesitamos de lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.