¿Cómo evitamos los asesinatos por Whatsapp?

El Espectador
31 de octubre de 2018 - 05:00 a. m.
Debemos alfabetizar a la población colombiana sobre las buenas prácticas en internet, cómo manejar la información y los riesgos de las noticias falsas. / Foto: Bloomberg
Debemos alfabetizar a la población colombiana sobre las buenas prácticas en internet, cómo manejar la información y los riesgos de las noticias falsas. / Foto: Bloomberg
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La desinformación mata. El problema de la posverdad y de las noticias falsas demostró cómo puede motivar a las personas a cometer actos atroces, como el linchamiento de una persona que fue acusada equivocadamente de haberse robado un niño. Son varias las preguntas: ¿cómo combatimos efectivamente las cadenas de información errada? ¿Por qué la gente está tan dispuesta a acudir a la violencia en casos de este estilo? ¿Algo en la retórica alrededor de qué hacer con los victimarios de niños fomenta este tipo de actuaciones?

Los hechos ocurrieron en el barrio Acapulco, en Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá. Una multitud atacó a un hombre que se movilizaba en un vehículo y que había sido acusado, a través de una cadena de Whatsapp, de ser un ladrón de menores. Pese a que las autoridades intervinieron, el hombre falleció. Dos hombres que iban con él quedaron gravemente heridos.

Incluso si en efecto se tratara de una persona buscada por ser ladrón de menores, ¿eso justifica el actuar de los ciudadanos? Por supuesto que no. El sistema de justicia existe porque, como sociedad, hemos decidido ser mejores que nuestras ansias de venganza.

¿Por qué, entonces, ocurrieron estos hechos? Creemos que hay pistas en los discursos y la frustración que se maneja alrededor de los casos que involucran a menores de edad. La falta de acción por parte de las autoridades y la complejidad de las soluciones para un problema estructural se mezclan con los discursos de quienes ven en la cadena perpetua la única posible salida. El resultado es que los colombianos están profundamente frustrados con este tema.

Dicho lo anterior, este caso tiene otro factor preocupante, y es el rol de Whatsapp como mecanismo para exacerbar la información falsa.

No es un problema únicamente en Colombia. De hecho, India ha visto un incremento preocupante en casos de linchamientos por culpa de información falsa en Whatsapp. Según The Times of India, entre mayo y junio de este año fueron asesinadas 27 personas en 13 incidentes de “justicia” por mano propia inspirada por acusaciones a través del servicio de mensajería. En ellos, se acusaba a las personas asesinadas de ser secuestradores de niños y ladrones de órganos. Todo era falso.

¿Qué podemos hacer para combatir la desinformación? Un primer paso puede ser dado por Facebook, dueño de Whatsapp, al establecer mejores mecanismos para rastrear el origen de las cadenas. Si esto existiera, las autoridades podrían perseguir a las personas que inicien los rumores.

Otro paso, mucho más difícil, pero también urgente, es alfabetizar a la población colombiana sobre las buenas prácticas en internet. Deben existir campañas nacionales que les hablen a las personas sobre cómo manejar la información que reciben: desde los colegios hasta espacios ocupados por personas adultas que hoy tienen acceso a muchas fuentes de noticias falsas y no son conscientes de los riesgos.

La violencia suele ser una manifestación de la confusión y la frustración. Ante eso, la claridad de las conversaciones nacionales son la única herramienta.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a yosoyespectador@gmail.com.

Por El Espectador

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